La gerencia en los despachos judiciales: A propósito de la cuarta revolución
Recientemente, dentro del ciclo de capacitaciones que la Escuela Judicial Lara Bonilla brinda a la comunidad jurídica del país, el H. Magistrado del Tribunal Administrativo del Valle del Cauca, Ronald Otto Cedeño Blume habló sobre los aspectos prácticos de los procesos ejecutivos en materia de lo contencioso administrativo y en su exposición señaló que el proceso ejecutivo debe observarse desde un enfoque gerencial, para que su trámite y gestión sea rápido, flexible y dinámico, aplicando los medios de control y generando una respuesta inmediata.
Es que gerenciar implica optimización de recursos, creatividad, iniciativa, tener dominio del procedimiento y control de este. Pero para efectos de este artículo, es preciso definir los conceptos de gerencia y cuarta revolución a fin de crear un marco en el que se desarrollará.
En efecto, muchos pueden tener en su imaginario la figura de gerente como alguien sentado frente a un escritorio que durante el día esté revisando documentos, resolviendo problemas y dando órdenes. No, no es este el concepto bajo el cual se quiere que se interprete la palabra gerencia; es un término polisémico que ha sido utilizado para diferentes operaciones y sobre todo en el campo empresarial y de los negocios tanto públicos como privados.
Con el auge del neoliberalismo, en 1990 se impulsó la visión de crear y desarrollar empresa basado en efectividad de la gestión y con la ayuda de todos los departamentos y colaboradores, además con mecanismos de control que permitieran evidenciar si realmente la organización estaba creciendo y generando más riqueza, a este tipo de gerencia se le denominó, gerencia basada en valores que traducido al inglés significa Value Based Management, VBM [1].
En términos sencillos y retomando el concepto anterior, gerencia significa gestionar, administrar recursos los cuales, pocos o muchos, ordenados o desordenados al estar en manos de un gran gerente, constituyen los insumos para llevar a cabo los objetivos de la organización; esto conlleva en sí no sólo principios, como en todas las disciplinas, sino que involucra en todo su qué hacer, un proceso administrativo el cual implica planear, coordinar, dirigir, ejecutar, controlar y evaluar.
De otro lado, respecto al concepto que hoy está de moda, el de cuarta revolución, su nombre se debe a que ya han existido otras tres revoluciones que impactaron el mundo y generaron cambios rotundos en la forma de pensar, se le denomina revolución porque lleva consigo un cambio en la manera de asumir la vida, el trabajo, la educación y todo el pensamiento afronta un choque el cual debe asumirse rápidamente, renovar la mente, ampliar la visión el panorama hacia otros escenarios y adaptarse. La primera revolución industrial inició cuando se puso en funcionamiento la primera máquina a vapor, más o menos en 1774, a partir de ahí se fue desarrollando y creando nuevas máquinas, ya para la industria textil o ya para el transporte, grandes desarrollos en la forma de producción utilizando la hidráulica y el vapor.
La segunda revolución implicó una nueva forma de trabajo, la producción en serie, el uso de la electricidad, el primer automóvil y la primera transmisión por radio, poco a poco se fue desarrollando la tecnología. En cada revolución surgieron distintas teorías y en todos los campos del saber que conducían a un paradigma diferente para afrontar los problemas de cada época; también implicó cambios en la ciencia del Derecho, lucha por el reconocimiento de derechos y trascender fronteras para ser reconocidos a nivel mundial.
En la tercera revolución involucró los ordenadores personales, robts programables controlando la producción, surgió la internet y con ello un desarrollo rápido, en las comunicaciones y la tecnología los cuales, desde el Derecho han constituido un reto y un desafío por cuanto el paradigma ya no fue local ni siquiera internacional sino global y este pensamiento dirigió el esfuerzo de empresarios a abarcar más territorio y más control sobre otros países, interfiriendo en las políticas internas de los Estados.
De estas tres revoluciones, se puede afirmar que primó una construcción hacia la obtención de riqueza pensando y enfocándose en el producto; luego, se enfocó hacia el diseño de las cosas, ya no importaba si el producto era o no duradero, lo importante era el diseño y que su reemplazo fuera rápido, mejorado, ergonómico, agradable a los sentidos. Las formas de trabajo también fueron cambiando y desde la gerencia, la visión del mando piramidal se traslado a una dirección horizontal en donde todos colaboran en pro de metas (“ponerse la camiseta”).
Poco a poco la humanidad fue acomodándose paulatinamente a cambios de moda, diseño, formas de comunicación y los avances en telecomunicaciones y en temas de virtualidad, muchos países latinoamericanos, no estaban aparejados con otros mucho más desarrollados. Se empezó a gestar cambios profundos y firmes en donde poco a poco se llegó a lo que hoy se denomina la “Cuarta Revolución.”
Esta nueva era de pensamiento, caracterizada por las nuevas tecnologías, que vienen a unir el mundo físico, digital y biológico e impactan a todas las disciplinas especialmente la económica, la industria, la ingeniería, las comunicaciones, la sociología, la medicina, la educación, el Derecho, llamando la atención sobre el concepto de lo “humano”; también comprende el internet de las cosas y las tecnologías. Klaus Schwab en su libro la Cuarta Revolución en la parte introductoria del libro expone [2]:
“De la multitud de diversos y fascinantes retos de hoy en día, lo más intenso e importante es cómo entender y dar forma a la nueva revolución tecnológica, que supone nada menos que una transformación de la humanidad. Nos encontramos al principio de una revolución que está cambiando de manera fundamental la forma de vivir, trabajar y relacionarnos unos con otros. En su escala, alcance y complejidad, lo que considero la cuarta revolución industrial no se parece a nada que la humanidad haya experimentado antes.”
Como se dijo, revolución significa transformación, lo que implica un cambió del qué, del cómo y de quien hace las cosas.
Desde la óptica judicial, en Colombia, la Ley 527 de 1999 introdujo regulaciones sobre los medios electrónicos, así mismo, el artículo 1° de la ley 1285 de 2009 invitó a modernizar el proceso, la ley 1564 de 2012 también agregó nuevas reglas para el expediente digital y la virtualidad; algunos jueces emprendieron la tarea para adaptarse a la normatividad que ordenaba ponerse a tono con las realidades tecnológicas. Otros no, como ya se ha visto en la realidad; ¿por qué? No veían la necesidad, estaban esperando que por parte de la dirección ejecutiva se dieran el primer paso, desconocimiento, apatía, en fin, muchas razones se podrían esbozar al respecto.
Sin embargo, el pensamiento y la manifestación del Magistrado cedeño Blume, no está fuera de tono, está acorde con las necesidades que exige el mundo de hoy, en el sentido de gerenciar el proceso, pero no sólo el ejecutivo sino todos los procesos y mirándolo desde la óptica empresarial, el expediente que llega a un juzgado constituye la materia prima para manufacturar o procesar lo que al final será una sentencia.
Todo esto conduce necesariamente a innovar sin generalizar porque cada juzgado es una célula independiente de otro, con sus propias necesidades y situaciones particulares, sin desconocer que en la mayoría de los juzgados del país existe la escasez de personal, de infraestructura e implementos para trabajar en óptimas condiciones, toda vez que, en algunos despachos judiciales, cada colaborador debe realizar tareas operativas o administrativas y las propias del estudio judicial de expedientes.
Independiente de esto, se hace necesario innovar en la práctica, adoptando las herramientas tanto metodológicas como tecnológicas para efectuar mejor el trabajo; es preciso innovar en la forma de cómo se está capacitando al abogado que pronto saldrá al litigio o que va a hacer parte de los servidores de justicia porque los pensum del derecho datan de 1945 obviamente con reformas y modificaciones pero sin ajustes que tiendan obligatoriamente a la interdisciplinariedad y al conocimiento de programación de sistemas.
El lenguaje, incluso debe cambiar, en términos de la virtualidad, del acercamiento con el usuario, se hace obligatorio mayor iteractividad, es decir, procurando estar pendiente a los cambios constantes del entorno y fuera de él, para mejorar la forma de comunicación, además incorporar el trabajo en equipo; la cuarta revolución ajustada al derecho requiere que tanto abogados como servidores judiciales estén a tono con los conceptos de nube, internet de las cosas, big data, la inteligencia artificial, el blockchain, y muchos más conceptos y que se precisa interactuar con los que saben de sistemas, de software, de otras disciplinas como la sociología, la psicología, entre otros.
Esta reflexión quiere invitar a pensar de verdad la forma de cómo se está asumiendo la realidad actual en la que a pesar de las circunstancias ajenas a cada persona siempre se puede ser mejor y lograr nuevas cosas. Es el momento, ahora sí, de aplicar el verdadero transliderazgo [3] en la actividad judicial y mostrar la verdadera cara que dice del Derecho de una manera efectiva, pronta y equitativa, sin desconocer el debido proceso y la ética.
Respecto de todo lo anterior, existe entre tantos peligros, uno, que es fundamental, evitar asumir los cambios conllevará al rezago al olvido y afectará la célula judicial; pero, esto no quiere decir que se actúe impulsivamente, al contrario, es cuestión de detenerse, diagnosticar, corregir y empezar otra vez el ciclo: planear, coordinar, dirigir, ejecutar, controlar y evaluar.
Referencias
[1] Revista Tendencias. Vol I No. 2 Tendencias Revista de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Vol 1. No.2 Noviembre de 2000, pp 109-132. Universidad de Nariño Gerencia Basada En Valor Y Gerencia Financiera /* Por: Mary A. Vera Colina /
[2] Schwab, Klaus. La cuarta revolución industrial. http://40.70.207.114/documentosV2/La%20cuarta%20revolucion%20industrial-Klaus%20Schwab%20(1).pdf
[3] Gerencia con transliderazgo. Cano, Clara Patricia. 2007.