Goleman y la ampliación del concepto de Inteligencia Emocional
Hace una década, Goleman publicó su muy influyente artículo acerca de la inteligencia emocional y el liderazgo. Ahora, él y Boyatzis, profesor en Case Western, amplían el concepto original de Goleman usando los resultados de una nueva investigación acerca de lo que sucede en el cerebro cuando las personas interactúan. Señalan que la inteligencia social es un conjunto de competencias interpersonales, que se construye sobre ciertos circuitos neuronales que inspiran a las personas a ser eficaces. Los autores describen cómo las neuronas espejo del cerebro permiten a las personas reproducir las emociones que detectan en los demás, lo que les brinda una sensación inmediata de experiencia compartida.
Los estudios organizacionales documentan este fenómeno en distintos contextos que varían desde evaluaciones de desempeño cara a cara hasta las interacciones personales cotidianas que ayudan a un líder a retener el mejor talento. Otras neuronas sociales incluyen las células fusiformes, que permiten que los líderes rápidamente elijan la mejor forma de responder a otra persona, y los osciladores, que sincronizan los movimientos físicos de la persona. Los grandes líderes, señalan los autores, son aquéllos cuyas conductas apalancan de forma poderosa este complejo sistema de interconexión cerebral.
Mediante un útil esquema, los autores comparten su enfoque para evaluar siete competencias que distinguen a los líderes con inteligencia social de los que no la exhiben. También ofrecen un consejo específico para los líderes que deben fortalecer sus circuitos sociales: dedíquese a modificar su conducta. Comparten el ejemplo de una ejecutiva que aumentó su inteligencia social al sumergirse en un programa de cambio que incluía una evaluación de 360 grados, coaching proporcionado por una psicóloga organizacional, y la colaboración en el largo plazo con un mentor. Los resultados: relaciones más sólidas con sus superiores y subordinados, un mejor desempeño de su unidad, y un importante ascenso.
Si bien ser un buen líder depende de muchos factores también cumple con otros rasgos de las Inteligencias Emocionales el hallazgo más destacado señala que ciertas cosas que los líderes hacen, específicamente demostrar empatía y adaptarse a los estados de ánimo de los demás, literalmente afecta tanto su propia química cerebral como la de sus seguidores. (Boyatzis R, 2008) estas habilidades pueden ser usadas tanto en el ámbito laboral como personal si recordamos el libro de la paradoja de James Hunter, todas sus relaciones sociales se fueron abajo, su matrimonio, su familia, hasta sus empleados hicieron huelga hasta que aprendió sobre su error y vio todo de otra manera para ser un líder y esa es la lección del articulo.