¿Podría llega a ser negativo el precio del petróleo? No es una idea tan loca
¿Cuánto es demasiado malo para los mercados petroleros? A medida que las cotizaciones caen hacia los niveles más bajos desde el comienzo del siglo, los precios negativos han vuelto a entrar en el mundo de las posibilidades.
Los futuros sobre petróleo de Estados Unidos han alcanzado esta semana un mínimo de 18 años al desatarse una guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudita y Rusia en medio de la caída de demanda derivada de la crisis del coronavirus. Eso hace que algunos operadores y analistas se pregunten si los precios físicos del crudo –al menos en algunas partes de Canadá y la zona de shale oil– en realidad podrían caer por debajo de cero. Es un hito muy difícil, pero no imposible.
Un ejemplo: a raíz de la última recesión importante hace cuatro años, un crudo de mala calidad de Dakota del Norte tuvo por unos instantes un precio negativo de -50 centavos por barril antes de ser revisado a solo 1,50 dólares.
Paul Sankey, de Mizuho, advirtió sobre la posibilidad de que haya precios negativos del crudo en un informe, señalando que la capacidad de almacenar barriles de petróleo de EE UU en tanques y depósitos podría colmarse a mediados de año. Sin ningún lugar para almacenar, los barriles podrían generar una reacción inversa en toda la cadena de suministro, dijo.
No está claro exactamente cómo funcionaría un comercio de petróleo en un escenario de precios negativos. En los mercados de gas natural de Estados Unidos –que han estado plagados de precios negativos debido a la escasez de espacio en los gasoductos– los productores realmente han pagado a otros para que se lleven su producto. En los mercados de electricidad, especialmente en California, donde la energía cae por debajo de cero de manera regular debido al exceso de energía solar, los precios negativos se han convertido en una señal en tiempo real para que los generadores reduzcan el ritmo de producción en las plantas.
“Todo es posible en las materias primas”, asegura Francisco Blanch, jefe de investigación global de materias primas y derivados de Bank of America. “Sabemos que cero no es el límite inferior, lo aprendimos con el gas”.