Plan de contingencia: ejemplo y definición
Si buscas la definición de plan de contingencia y un ejemplo, has llegado al post indicado. Aquí resolverás tus dudas y podrás prepararte mejor ante un evento desconocido que podría dañar la imagen de tu empresa. Las buenas estrategias siempre implican un plan de contingencia en caso de que el plan original fracase.
En algunos casos, es posible que el plan original no tenga el éxito esperado, por lo que se necesita el respaldo de un plan de contingencia para lograr el mismo objetivo de otra forma.
Seguramente has oído hablar muchas veces del “Plan B”, así que, de alguna manera, ya sabes que es un plan de contingencia y ejemplo de él habrás conocido en el pasado. Pero vamos a profundizar en este concepto y ver en qué se traduce en el mundo empresarial.
¿Qué es un plan de contingencia?
Los pasos que toma una organización cuando se produce una situación o evento inesperado están recogidos en un plan de contingencia. Un ejemplo del mismo puede ser positivo, como cuando hay un superávit inesperado en el flujo de caja. Pero la mayoría de las veces, el proceso de planificación de contingencias se refiere principalmente a eventos negativos.
La motivación para crear un Plan B es prepararse ante la posibilidad de ocurrencia de eventos que pueden afectar la salud financiera de la organización, su reputación o su capacidad para continuar con las operaciones. Dichos eventos pueden tratarse de desastres naturales, incendios, fallas de la red o una violación de datos, por nombrar algunos.
Tener un plan de contingencia listo ayuda a asegurar la continuidad en el negocio, a pesar de las circunstancias.
La mayoría de las organizaciones tienen preparadas plantillas de planes de contingencia para diversas amenazas potenciales. Estos planes se someten a una extensa investigación y las respuestas apropiadas resultantes se testean antes de que ocurra la crisis.
Puede considerarse que definir un plan de contingencia es adoptar un enfoque proactivo, en comparación con la gestión de crisis, que es más un enfoque reactivo. Tener un plan de contingencia asegura que el negocio siempre esté preparado para cualquier eventualidad. Por el contrario, un plan para la gestión de crisis permite a la organización controlar la respuesta después de que ocurran los hechos.
Uso de un plan de contingencia: ejemplo en la gestión de riesgos
Como se mencionó anteriormente al inicio de este post sobre el plan de contingencia, un ejemplo del mismo responde a un evento negativo que podría afectar o empañar la reputación de una organización o su situación financiera. En los negocios, sin embargo, pueden darse circunstancias que lo requieran y no sean negativas. Por eso, también hay casos de planes de contingencia positivos.
Además, hay que tener en cuenta que el proceso de planificación de contingencias es una estrategia proactiva habitual en un departamento de gestión de riesgos con ejecutivos bien preparados. Los directores de proyectos o de negocio deben saber que el plan es simplemente un esquema. Sin embargo, hay ocasiones en las que hay que ir más allá. En esos casos, es preciso realizar cambios en el plan si se considera que así será más efectivo.
En su forma más simple, la definición de un plan de contingencia es la hoja de ruta que ayuda a saber lo que debe hacerse ante una situación inesperada, aunque, como decíamos, no siempre se trata de un riesgo o amenaza. Los planes de contingencia positivos también existen, por ejemplo, cuando los responsables del negocio se hacen la pregunta “¿y si…?” y desarrollan estrategias para hacer crecer la empresa y encontrar nuevas formas de llevar a cabo su misión.