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Las empresas españolas defienden su posición en Cuba

El deshielo completo aún necesitará alguna primavera adicional y debe avivarse con el calor del respeto a los derechos humanos, pero la histórica visita de Barack Obama a La Habana, acompañado de una nutrida delegación empresarial, confirma que las grandes compañías estadounidenses entienden que no hay marcha atrás en una apertura económica que abrirá jugosas y variadas posibilidades. Las más evidentes, en el sector turístico. Starwood Hotels firmaba esta misma semana sendos acuerdos para operar dos hoteles en La Habana. Seis décadas después, una compañía hotelera estadounidense vuelve a establecerse en la isla caribeña. Booking también ha logrado convertirse en la primera firma de reservas de hoteles en línea con permiso para operar en Cuba. Hasta Donald Trump ha asegurado que la isla tiene «cierto potencial» y que no descarta abrir allí uno de sus hoteles. «La apertura va en serio, pero no creo que sea inminente. La integración de Cuba en el mercado y en la economía global va despacio. Se está empezando a hacer una apertura parcial. El propio Gobierno cubano ha tomado la decisión de liberalizar progresivamente su economía y está negociando la deuda externa, lo que le permitirá tener recursos financieros para financiar su proceso de desarrollo. Además está promoviendo la inversión extranjera con una nueva ley y ha creado un consorcio, la Zona de Desarrollo Económico de Mariel, que es como una prueba piloto de liberalización de inversión extranjera», explica Alfredo Bonet, director Internacional de la Cámara de Comercio de España. Promesa «No daremos la espalda a los que apostaron por Cuba en los momentos difíciles» Sin embargo, la verdadera inserción en el mercado global no se producirá hasta que se levante el embargo desde Washington. «Ahora ya hay algunas autorizaciones específicas, pero será entonces cuando se producirá la explosión del turismo de EE.UU. en Cuba, que ahora mismo es muy limitado», añade Bonet. Es evidente que las compañías norteamericanas tienen a Cuba en el punto de mira. «Es un mercado pequeño, pero ofrece un gran atractivo por su localización estratégica en el Caribe, sus condiciones naturales, la preparación de su población y las oportunidades que ofrece un mercado donde todo queda por hacer», asegura Joaquím Gay de Montellá, vicepresidente de CEOE y presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales. España no parte desde cero en el objetivo de rentabilizar la apertura de la economía cubana al gigante estadounidense. En la isla ya operan más de 200 empresas españolas de muy distintos sectores. Aunque no hay datos oficiales, porque la Administración cubana no detalla la identidad de los inversores extranjeros, España es el primer inversor en la isla, con estimaciones que apuntan a un 45% del total. Además del sector turístico, en el que más del 90% de las plazas hoteleras de cinco estrellas y el 60% de las de cuatro son gestionadas por cadenas españolas, nuestras empresas tienen importantes participaciones en transporte áereo, producción de cemento y suministro de agua potable, aunque la presencia toca todo tipo de sectores, algunos insospechados. Flex, por ejemplo, levantó en La Habana un moderno centro de producción de colchones tras aliarse con una compañía estatal. España es también el tercer socio comercial de Cuba, solo por detrás de Venezuela y China. Las exportaciones rondaron los 965 millones en 2015, según los datos provisionales del Icex, un 28% más que el año anterior. En buena posición «Puede que algunos países hayan hecho más actividad diplomática o más ruido estos meses, pero las empresas españolas llevan muchos años en Cuba, tienen un gran conocimiento del país y han estado ahí en los momentos más complicados. Siempre ha habido canales de comunicación con las empresas cubanas, incluso cuando las relaciones diplomáticas eran inexistentes. Eso es algo que no se olvida fácilmente. Nuesras empresas están posicionadas y participarán seguro en el futuro desarollo de Cuba», defiende Bonet. Al calor de la ocasión, el Gobierno español ha abierto una línea de 40 millones de euros de apoyo a la inversión de Cuba a través de Cofides. Suspendidos desde 2000 por los impagos cubanos, la recuperación de los avales otorgados por la compañía público-privada Cesce a las empresas que pretendan invertir en Cuba podría ser un impulso extra, en especial para las pymes. «Nuestras empresas atesoran un conocimiento del mercado del que no disponen empresas de otros países. Pero no debemos relajarnos. Es importante que en los próximos meses mantengamos la intensidad de las visitas oficiales a la Isla, que mantuvimos el año pasado, ampliemos la cobertura de Cesce y demos a conocer mejor entre los empresarios algunos instrumentos de apoyo a la internacionalización, como la línea Cofides para Cuba», coincide Gay de Montellana. «Hay espacio para todos. Cuba va a necesitar muchas miles de plazas hoteleras y transformar muchos de los hoteles existentes» El primer campo de batalla será sin duda el del sector turístico. Esta misma semana, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, avanzaba que el Ejecutivo español está a la espera de que el cubano dé una serie de «pasos administrativos» pendientes para poder materializar varias inversiones en la isla, entre las que se encuentran «nuevos hoteles». La pujante competencia de EE.UU. no asusta: «Hay espacio para todos. Cuba va a necesitar muchas miles de plazas hoteleras y transformar muchos de los hoteles existentes en los próximos años», concluye el secretario de Estado. En una reciente visita a Madrid, el ministro de Turismo de Cuba, Manuel Marrero, lanzaba un mensaje de tranquilidad a las compañías españolas que operan en la isla: «No daremos la espalda a las empresa que apostaron por Cuba en los momentos difíciles». Sector turístico Más de diez cadenas españolas cuentan con intereses en Cuba y gestionan 60 hoteles. Meliá es el primer operador foráneo, con 28 hoteles en cartera y más de 13.000 camas. Además, Iberia volará a diario a La Habana a partir de junio, ruta que Air Europa también opera. Cuba superó en 2015 por primera vez el umbral de los 3,5 millones de turistas y la tendencia de crecimiento se mantiene. Pero el «boom» está al caer. «Necesitan de todo. El crecimiento de su turismo está limitado por la escasez de hoteles, especialmente en La Habana, y sobre todo por la falta de servicios: centros comerciales, campos de golf, parques temáticos, hostelería… Todo esto son oportunidades que se abrirán en los próximos años», explica Bonet. Gay de Montellá coincide en que las necesidades vinculadas al turismo son muchas, y destaca oportunidades en otros sectores como la agroindustria, la energía, los equipamientos médicos, el transporte, las infraestructuras, la maquinaria relacionada con la construcción, los materiales de construcción y la de otros bienes de equipo, entre otros. Bonet añade las ocasiones que abre la normalización del sector financiero. Las empresas españolas dieron primero, y ahora deben defender un terreno a punto de florecer entre las penúltimas gotas del deshielo…



  • Ver original en Diario ABC
  • Publicado el lunes marzo 28, 2016
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