El argentino más rico del país: cómo Marcos Galperin construyó su imperio en un garaje – deGerencia.com
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El argentino más rico del país: cómo Marcos Galperin construyó su imperio en un garaje

La prenda preferida de Marcos Galperin es el jean que combina con remera y zapatillas, una manera de no distinguirse del resto en esa especie de uniforme de la industria tecnológica. No le gustan los autos caros ni los relojes de marca.

El último noviembre, sentado en un amplio sillón Chesterfield en las oficinas de Mercado Libre en el DOT, daba la sensación de tener todo bajo control. Ya había ganado Alberto Fernández y deslizaba desazón por las críticas a su entrevista con el ahora Presidente en agosto, apenas conocido el resultado de las Paso. Es entendible para alguien que se define como una persona muy cuidadosa con su trabajo.

Galperin, con US$ 4.600 millones de fortuna personal de acuerdo al ranking de Forbes, encabeza la lista de los billonarios argentinos. Escaló al compás del crecimiento de Mercado Libre, la empresa que fundó a sus 28 años en 1999 en un garaje y que con un valor en la bolsa de US$ 60.000 millones es la compañía más valiosa de nuestra historia, la principal plataforma de comercio electrónico de América latina y la séptima del mundo. Opera en 19 países y equivale al PBI de Uruguay.

Decididamente es el Jeff Bezos de las pampas, como lo definió María Eugenia Estenssoro en el libro Argentina Innovadora. Y aunque Mercado Libre es menos de la tercera parte de Amazon, el gigante de Bezos, le gana la batalla en un país estratégico como México. Sus números anteriores a la pandemia ya se expresaban en millones: 11 millones de vendedores, 42 millones de compradores y 306 millones de usuarios registrados.

En la pandemia superó varias veces el récord de 1 millón de ítems vendidos en las 12 compras por segundo y 6.000 búsquedas por segundo.

Pese a que su familia es propietaria de Sadesa, la principal curtiembre de la Argentina y en la cima del mundo, Marcos Galperin, que pudo haber seguido el destino de tantos jóvenes de familias ricas y aspirado a la empresa que fundó su abuelo, tenía otros proyectos para su vida. En pocos años desarrolló Mercado Libre, que supera con creces en tamaño y fama a Sadesa. Y en cuanto a su fortuna personal.

Galperin comenzó a aparecer en el ranking de Forbes en 2017 con US$ 1.000 millones. Este año saltó a los US$ 4.600 millones a la par de la explosión del comercio electrónico. Ocupa el puesto 517 en ese selecto grupo de 2043 personas en el mundo. Y supera a los hermanos Paolo y Gianfelice Rocca, de Techint, que aparecen con US$ 3.200 millones.

Aún con esa forma de hablar dócil y encantadora que lo caracteriza, Galperin parece estar siempre en guardia. Sabe que nada está dicho en el mundo de las tecnológicas. Y en su caso, sintió que pagó un costo por no haber ocultado su apoyo a Mauricio Macri públicamente desde el grupo de Whatsapp Nuestra voz o como fiscal de mesa del macrismo en las elecciones de 2017 y las generales de octubre pasado.

Los ataques del gremio de camioneros bajo la batuta de Pablo Moyano, una investigación del fiscal Marijuan y hostilidades de la banca, que se sintió amenazada en su negocio por la irrupción de Mercado Pago, lo convencieron el último febrero de irse a vivir a Uruguay, una decisión que habría tomado, en parte, por su esposa Karina.

Los Galperin ya habían vivido en Carrasco, entre 2002 y 2015, con sus tres hijos, Félix, Julia y Simón. En ese momento, designó a Juan Martín de la Serna como CEO de la compañía en Argentina. Marcos continúa al frente de las otras operaciones en las que Brasil ha pasado a ser más representativa.

Se reivindica como un tenaz, digno nieto de su abuelo paterno, un inmigrante que cargaba bolsas en el ferrocarril, llegado de Rusia con los bolsillos vacíos y sin hablar español. Su abuela no terminó el colegio. Sus abuelos maternos, en cambio, eran personas educadas que desembarcaron desde aquella Alemania de los años treinta en la que asomaba el nazismo y se endurecía la persecución a los judíos.

Mercado Libre, la empresa más valiosa del país

De chico quería ser científico y antes de los diez años programaba en un país casi sin computadoras. Su padre le había regalado una. Esa habilidad especial la atribuyó siempre a ser fanático del ajedrez. Leía todos los libros que describen las partidas y sus secretos y su héroe sigue siendo Bobby Fisher, “el único ajedrecista americano que les ganaba a los rusos”, supo contar.

En sus 21 años de vida, Mercado Libre enfrentó ciclones políticos y económicos, desde la crisis de 2001, la megadevaluación, la revaluación del peso, el cepo cambiario y las restricciones a las importaciones y exportaciones. Es protagonista, junto a otras tecnológicas de alto impacto como Globant, Despegar, OLX, Satellogic, de lo que se ha dado en llamar la “sociedad del conocimiento”, donde hasta empresas de la industria automotriz tradicional se definen como firmas de tecnología más que como fabricantes de automóviles.

En ese ecosistema, Galperin es muy activo. A través de su fondo Meli Fund invierte en emprendimientos con ideas originales. Y donó una cifra millonaria para que la fundación Endeavor tenga una amplia sede propia en Vicente López.

Presidente y fundador de Mercado Libre, el argentino Marcos Galperin. Foto EFE/Alex Cruz
Presidente y fundador de Mercado Libre, el argentino Marcos Galperin. Foto EFE/Alex Cruz

Los primeros pasos
Jorge Luis Borges escribió que “cualquier destino por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento, es el momento en que el hombre sabe para siempre quién es”. ¿Cuándo supo Marcos Galperin que iba a construir una de las mayores empresas de la Argentina, la principal de comercio electrónico en América Latina y caso de estudio en dos cátedras de la Universidad de Stanford, en California? ¿Habrá sido en el momento en que le pidió a su padre dinero prestado para afrontar los estudios en Estados Unidos?

Desde sus inicios en el garaje en Panamericana y avenida General Paz, que le prestó su padre, Galperin trabaja en equipo y en red, en un ecosistema donde se comparte información y ayuda. Para desarrollar Mercado Libre necesitó acceder a varias rondas de capital de riesgo y ese fue otro motor de transparencia en los negocios. Los inversores obligan a mostrar números y resultados. No hay espacio para la opacidad.

Nacido en 1971, Marcos Galperin, el cuarto de cinco hermanos varones y el único que tras haber terminado el secundario en el colegio y luego la universidad San Andrés en Victoria, Buenos Aires, quiso ir a estudiar a EE.UU.

Dudó en algún momento porque significaba dejar atrás el deporte de sus amores: el rugby con el que incluso llegó a fantasear con integrar Los Pumas.

Lo cierto es que partió a la Escuela de Negocios de Wharton, en la universidad de Pensilvania, donde se graduó con honores en 1994. Regresó para trabajar en la YPF dirigida por José Estenssoro, que falleció trágicamente en 1995. Pero Galperin se quedó hasta 1997, y el master que cursó en la Universidad de Stanford entre 1997 y 1999, que en parte financió YPF, le cambió la vida.

Luego de aquellos primeros pasos en el garaje familiar, recibió un empujón cuando lo seleccionó la Fundación Endeavor, que al principio dudaba entre Mercado Libre y DeRemate, de Alec Oxenford. Una frase de Galperin inclinó la balanza en su favor: “Quiero demostrar que desde la Argentina se puede crear una empresa de calidad mundial. No somos oportunistas. No buscamos vender la empresa”.

Es una convicción que mantiene, aún cuando muchos le aconsejaron vender su participación. Austero y cultor del perfil bajo, habría embolsado varios millones de dólares después de haber realizado la proeza de lograr que Mercado Libre saliera a cotizar en el Nasdaq, el mercado en el que cotizan las tecnológicas, en Nueva York. Pero Marcos está convencido de que su compañía recién comienza, que el comercio electrónico se encuentra en sus inicios.

“Es súper democratizador del lado del comprador y también del lado del vendedor, que puede vender y distribuir en todo el país, aceptar todos los medios de pago, ofrecer financiamiento como si fuesen Walmart o Carrefour. Lo puede hacer un fabricante de muebles de Lanús, un carpintero de Bella Vista o un tipo que da clases de tenis. Hoy, el comercio electrónico sigue siendo en la vida diaria de la gente pequeño, y va a ser enorme”, anticipó en el libro Argentina Innovadora (Sudamericana, 2017).

Es curioso, pero en la compañía nada les funcionó de entrada. Para cobrar la primera factura tardaron dos años y medio, y demoraron siete en ganar plata. Pero el período que Marcos pasó en Stanford fue decisivo.

Una tarde supo aprovechar el corto trayecto que separa la universidad de Palo Alto del aeropuerto. Se vivía el boom de internet y Marcos se ofreció como chofer voluntario del expositor John Muse, cofundador del fondo de inversión HM Capital Partners. Tomó el camino más largo para llevarlo al avión privado. Y le contó de Mercado Libre, de la idea de replicar a Ebay, la plataforma de comercio electrónico que había despegado en el país del Norte.

Muse se bajó del auto y sacó las maletas, subió al avión, las dejó, bajó de vuelta y le dijo: “Tu historia es fascinante, quiero invertir en tu proyecto”. Lo hizo. “En aquel momento, a mí me temblaron las rodillas”, confesó después.

De la mano de Chase Capital con Susan Segal, la activa presidenta del Council of the Americas, y del fondo Hicks consiguieron los US$ 45 millones que necesitaban. Eso les permitió atravesar la tormenta internacional y la gravísima crisis de 2001 en la Argentina.

En 2001, Ebay, el modelo en el que se había inspirado Marcos, decidió buscar un socio para Brasil. Habían comprado una empresa de comercio electrónico y no lograban hacerla funcionar. Eligieron a Mercado Libre: adquirieron el 19% de la empresa en una transacción que los validó y les dio un gran respaldo para una plataforma que como Google y Uber, también se basa en la inteligencia artificial, en la alta tecnología numérica y en un frenesí de innovación constante.

Así, esa enorme diversidad de productos comercializados se apoyan en una propuesta de seis soluciones de comercio electrónico complementarias, retroalimentadas con la experiencia con sus usuarios y la búsqueda de la innovación.

El resultado es un ecosistema compuesto por Mercado Pago, Mercado Shops, Mercado Libre Publicidad y Mercado Envíos, que ofrecen soluciones para que individuos y empresas puedan comprar, vender, anunciar, enviar y pagar por bienes y servicios por Internet.

Un momento inolvidable fue cuando salieron a la Bolsa de Nueva York en 2007. La acción cotizó a 18 dólares con una valuación de mercado de 800 millones de dólares. Cada acción de Mercado Libre cotiza ahora a US$ 1.221. Haga la cuenta.



  • Ver original en El Clarin
  • Publicado el sábado septiembre 5, 2020
  • Noticia local de Argentina


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