Así puedes reforzar la confianza de los empleados en el reinicio de labores
Contar con un protocolo de higiene y seguridad enfocado al regreso escalonado a las actividades productivas es particularmente importante para evitar efectos negativos. Si bien la etapa de transición entre el aislamiento y la reactivación generará efectos positivos a nivel económico, permitiendo evitar un número mayor de personas desempleadas, también constituye un reto para la capacidad de readaptación y resiliencia de las empresas.
La prisa por la reactivación económica no permite un campo de acción amplio, sobre todo cuando el riesgo real se transforma en percepción: datos de la décima quinta encuesta nacional sobre COVID19 en México, realizada por Consulta Mitosfsky, muestran que son más las personas que tienen miedo a que su economía se vea afectada por el virus (41.8%, en comparación con el 33.2% que las que temen a contagiarse de coronavirus). La prisa y el tiempo son factores que juegan en contra de la correcta planificación.
Hernan Saenz y Dunigan O’Keffe, expertos de Bain & Company, institución dedicada a la consultoría para la gestión y alta dirección, recomiendan a los CEOs acostumbrarse a pensar de manera dinámica y seguir dos principios básicos para enfrentar la contingencia creada por la pandemia: “actúa ahora” para proteger y manejar el negocio, y “planea ahora” la reingeniería de tu negocio de cara al futuro y las nuevas condiciones del mercado.
El primer lineamiento incluye, entre otras, recomendaciones para dar seguridad a los empleados y clientes, así como establecer un cuarto de guerra que ayude a hacer frente a los desafíos, en el que se prevean acciones inmediatas, así como las posibilidades de enfrentar los mejores y peores escenarios en el futuro.
En este sentido, la necesidad de implementar las medidas de sanidad necesarias, reformular o adaptar los procesos a las nuevas condiciones, evaluarlas y, en su caso, modificarlas, son tareas permanentes en un contexto de pandemia como el que vivimos. Sin duda esto incidirá en la percepción, nivel de confianza y productividad de la plantilla laboral.
Este proceso puede reforzarse con base en figuras que incluyan la participación directiva y operativa en los centros de producción, con el objetivo común de asegurar un ambiente laboral en el que la salud sea uno de los pilares. Nos referimos a los Servicios Preventivos de Seguridad y Salud en el Trabajo y a la Comisión Mixta de Seguridad e Higiene, ambos previstos en la Ley Federal del Trabajo, en una Norma Oficial Mexicana, así como en la “Guía de acción para los centros de trabajo ante el COVID-19, de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social…