5 hábitos diarios que debemos cambiar en las oficinas
Todos los días, gran cantidad de mexicanos trabajan durante ocho horas para obtener un sueldo determinado, de acuerdo con el contrato firmado con alguna empresa. Todos los días, nos enfrentamos a situaciones como el tránsito diario para llegar a la oficina, los puestos de comida que se ponen desde temprano frente a los corporativos o las bandejas de entrada con correos sin leer. Todos los días, nos enfrentamos al denominado gasto hormiga, al terrible mal del puerco o a las llamadas de los bancos para ofrecernos tarjetas de crédito, sin haber liquidado lo que ya debemos.
Este ambiente de todos los días, causan estrés y ansiedad en los trabajadores que viven la rutina como un aliciente de estar en constante cambio, lo que, combinado con los trabajos poco remunerados o empresas poco flexibles, genera mucha rotación de personal.
Sin el afán de meterse con los objetivos individuales o las múltiples razones de cada uno, las empresas deben saber que la cultura de trabajo tiene que transformarse y no seguir con algunos hábitos que representan disgusto entre los trabajadores:
1.Cooperación para el pastel o comidas: Cuando es cumpleaños de algún colega en la oficina, las invitaciones a comer a un restaurante son muy recurrentes. Sin embargo, a la hora de la pagar la cuenta, repartir entre todos el total a pagar, es un hábito que parece práctico, pero no es cómodo o justo para muchos. Incluso muchos prefieren no asistir a la comida para no caer en esa idea porque decir que “no” a cooperar a pagar al festejado y dividir la cuenta entre todos, podría ser perjudicial y muy incómodo. Ocurre lo mismo con el pastel, pues quienes suelen organizar la colecta, hacen la misma actividad de repartir entre todos y decir que “no” a dicha colecta, podría ser también incómodo y reflejar poco sentido de integración. La realidad es que este es un gasto no contemplado y muchas veces, muy injusto.
2.Código de vestimenta: La importancia de juzgar a alguien, de acuerdo a como se viste, está impregnado en esta política. Vestir con zapato cerrado, uso de calcetines, camisa, pantalón de vestir o falda que no corte por arriba de la rodilla, son los principios básicos de cualquier trabajador en una oficina. Sin embargo, entender la idea de vestirse como te sientas cómodo para trabajar, no parece del todo absurdo. Hay situaciones que no podemos controlar, pero vestirse y no juzgar a quien prefiere usar mezclilla, tenis, shorts, falda o playeras, sí está en una de las regulaciones que podrían transformarse. En realidad, la productividad no tiene nada que ver con lo que vistes, pero estar en un ambiente cómodo, sí puede ser un gran incentivo.
3.Horario: En promedio, un conductor vial está hasta 101% más de tiempo atrapado en el tránsito durante horas pico en comparación con el mismo trayecto sin congestión vehicular, según el Índice de Tránsito de Tom Tom. Esto es un caos durante la mañana y la tarde, por lo que salir temprano ya no es garantía de tener tiempo libre en la tarde. Incluso, entrar tarde o salir temprano, es “mal visto” en muchos corporativos, porque proyecta poco compromiso con la empresa. Ahora, si existen personas que se sienten más productivas en las mañanas y otras personas durante la noche, ¿se podría partir el horario laboral y dejar unas horas fijas para juntas? Tener una junta a las 9 de la mañana, podría ser muy temprano o tener una junta a las 5 de la tarde, puede ser muy tarde. Quizá, la movilidad en la Ciudad de México podría beneficiarse ligeramente si dejamos de entrar la mayoría a las 9 de la mañana y salir a las 6 de la tarde.
4. Lugares asignados: La brecha generacional constituye un ejemplo muy interesante para ser analizado: los lugares de trabajo. Generalmente, un millennial suele tener cosas muy básicas en su lugar pues prefiere un espacio limpio y vacío o tener la opción de trasladarse con su computadora, a otra parte de la oficina donde pueda estar más cómodo mientras trabaja. Si a eso agregamos que no siempre los vecinos de lugar son afines a como somos, trasladarse a una sala colaborativa mientras trabajas, es una gran idea. Mesas colaborativas, salas abiertas, lounge o alguna terraza, podrían ser espacios alternos para trabajar y ese movimiento dentro del inmueble, combate mantenerse estáticos y pasivos. Al final, mucho de lo que necesitamos está al alcance de la computadora portátil.
5.Evita las juntas: ¿Cuántas juntas pudieron haberse evitado con un correo? Si al final de la mayoría se tiene que desarrollar y compartir una minuta, quizá, la junta no fue del todo necesaria. En muchas ocasiones, la interacción inmediata con las personas involucradas es muy necesaria, pero en muchas otras ocasiones, retrasan tiempo de trabajo o generan desconcierto. Sin embargo, este hábito es parte de cada uno y no directamente de la cultura de trabajo.
Estas cinco prácticas de la cultura de trabajo podrían ayudar a generar un ambiente más saludable y cómodo. Pensar que estamos frente a una computadora alrededor de ocho horas diarias, resulta aterrador para quienes prefieren evitar trabajos de oficina y seguramente, para quienes sí comparten el mismo panorama, habrá más de uno de los cinco hábitos que te gustaría que en tu empresa se llevara a cabo. Cabe señalar que, para hacerlo, también debemos ser responsables y ser consientes que la rotación seguirá existiendo, pero al menos, involucras lo que sí puedes cambiar o transformar y como decían los teóricos de la comunicación organizacional, “un trabajador feliz, es un resultado positivo”.