4 verdades sobre la conciliación laboral y familiar
Aunque se ha escrito mucho sobre la conciliación laboral y familiar y no es nada original retomar el tema, la verdad es que muchas lectoras me han pedido ayuda sobre eso y, además, poco hay ya de original con la sobrecarga de información que tenemos, ¿verdad? Así que hoy os cuento qué podéis hacer para conciliar vuestra vida laboral y la familiar y personal. Esto es lo que yo he ido aprendiendo con mi experiencia (¡y eso que me queda un largo camino por recorrer!):
- No hay una definición universal de equilibrio laboral-personal. Mucha gente opina que no existe el equilibrio entre trabajo y vida personal, pero yo discrepo, sí que existe pero es diferente para cada persona. Por eso habrá consejos que a ti no te solucionarán nada y a otra persona sí. Lo que está claro es que no hay una formula, solución o receta universal x+y= feliz equilibrio. Cada persona tiene unas circunstancias, prioridades y necesidades distintas y en eso te tienes que basar, en las tuyas. Es algo que menciono en casi todos mis artículos, y es que es fundamental, tienes que conocer tus valores, prioridades y necesidades en este preciso momento (ya sabemos que irán variando con el tiempo, pero lo que te preocupa es el presente) para poder determinar la mejor manera de conciliar trabajo y vida personal para ti y tu familia. Y no te agobies si te parece que tu vecina es feliz y tú no, lo que a otra persona le hace feliz no tiene por qué hacerte feliz a ti.
- Si no sabes lo que quieres, difícilmente lo conseguirás (y si lo consigues no lo sabrás). ¿Cómo quieres conseguir un equilibrio si no sabes lo que es para ti? Así que responde, cuando hablas de conciliar tu vida personal y laboral, ¿a qué te refieres exactamente? ¿Qué sería para ti un equilibrio sano? ¿Qué combinación te haría sentir satisfecha? A lo mejor no es tan difícil como tú crees pero no te habías parado a pensarlo hasta ahora.
- Sé realista y empieza con lo que tienes. Analiza tus horarios y disponibilidad y piensa cómo podrías aprovechar el tiempo que tienes. Recuerda que importa más la calidad que la cantidad. No por tener toda la tarde libre vas a conciliar mejor tu vida que si sólo tienes un par de horas. Parece ilógico pero por experiencia te digo que cuando no tienes claro lo que quieres y no te organizas bien, pierdes el tiempo en vez de aprovecharlo en cosas que te harían sentirte bien. De hecho cuanto más ocupada estás, más cosas haces, ¿o no te has dado cuenta? Así que en vez de pensar que sólo tienes dos horas libres y que no te va a dar tiempo a hacer nada, ¡aprovechalas! No son necesarios largos periodos de tiempo para sentirte bien, un cuarto de hora leyendo en el sofá es suficiente para relajarte, una clase de yoga de media hora, un paseo de 20 minutos con tu pareja, media hora de atención ininterrumpida a tu hijo. Si tienes poco tiempo, empieza con ese poco tiempo que es mejor que nada. Que me dices de aprovechar el tiempo en el coche para escuchar tu música favorita o una teleclase, o de pasar el rato de la comida charlando con tus compañeras, comiendo al aire libre, leyendo un libro o simplemente no haciendo nada, lo que más te relaje. Aprovecha cada momento.
- Haz cambios. Es obvio, pero no lo haces, y así por mucho que te quejes no vas a lograr nada. ¿Que quieres más tiempo para ti o para tu familia o para las dos cosas? Pues pon manos a la obra, organiza bien el día, delega lo menos importante, crea sistemas para facilitar tu vida (menús para las comidas, todos los recados el mismo día, etc), pon límites a tu trabajo y di no a personas y proyectos, acepta que el día no tiene suficientes horas para hacer todo lo que quieres y elige las actividades y personas que quieres que formen parte de él. Fácil no es, pero tú verás si merece la pena seguir así.
Al final es una cuestión de elecciones, hay muchas cosas que se pueden posponer sin causar un drama, lo que tienes que hacer es atreverte a marcar límites, a decir hasta aquí he llegado y mañana más. En resumen, esto te recomiendo: define qué es equilibrio para ti, aprovecha el tiempo libre que tengas (por poco que sea) para hacer cosas que te den energía y contribuyan al equilibrio, ponte manos a la obra y deja espacio para lo que realmente te importa.