Big data para pymes
La nueva normalidad genera mayor cautela en la toma de acciones y decisiones, y ante el deseo generalizado de volver más eficientes las operaciones y aumentar los ingresos, las empresas encuentran un gran aliado en el Big Data.
A diferencia de su adopción en las trasnacionales, las pymes mexicanas asumen erróneamente que se limita a comprar tecnología y no generan cambios culturales y de mentalidad. Anteponen la tradición a un enfoque basado en datos que permitirá retener clientes, aumentar los ingresos y mantener la ventaja competitiva.
Por ejemplo, una herramienta de análisis de precios recomienda cambios en las tarifas en función de la oferta y la demanda en tiempo real, se pueden generar métricas clave como ingresos, precio medio y usuarios segmentados por mercado y canal, por ejemplo. El acceso a datos operativos significativos en diversas áreas del negocio, asimismo, genera mejor toma de decisiones e inspirar la innovación de los procesos.
Hoy explotar los datos para perfeccionar y evolucionar su propuesta de valor es un imperativo. Ya no representa la oportunidad de crecer, sino que marca el parteaguas entre sobrevivir o no en un mercado recesivo.
Pero aunque la adopción disciplinada e integral de los datos será esencial para alcanzar este objetivo, aún existe reticencia de las organizaciones más tradicionales, como las pymes familiares que tienen obstáculos culturales (“así no hacemos las cosas por aquí”) como pragmáticos (infraestructura heredada o unidades de negocio anquilosadas). Esto implica generar una cultura que adopte la transición al cambio.
El primer paso es detectar el conocimiento que requiere la empresa y lo que realmente es accesible. Es decir, establecer un nexo entre la información necesaria de operación y de lo que puede construirse con ella (aporte al valor diferencial de mercado) y la posibilidad de obtenerla mediante métricas predeterminadas. De lo contrario puede caerse en un aumento ingente de datos y que éstos crezcan a un ritmo acelerado pero que no reporten valor para para empresa.
La “filtración” de datos relevantes es el segundo paso. Deben buscarse cuales son realmente fiables y, al mismo tiempo, contar con talento analítico para interpretarlos y sumar a la estrategia general de la empresa. Esto implica “unificar” criterios de obtención y 2lectura” de información y generar un sistema unificado en todas las áreas de la organización. También reflejará que unidades de negocio o funciones resultan obsoletas y todo lo que dificulta su comparación o combinación de forma fiable.
El tercer paso es la adquisición tecnológica. Debe adquirirse con un uso específico en mente y con la flexibilidad para extender la tecnología a las necesidades posteriores.
Para que los datos sean transformadores, deben ser críticos para el negocio, de la parte superior a la parte inferior de la organización. La información correcta debe ser fácilmente accesible, interpretable y procesable en el punto requerido de la organización.
Es decir, resulta crucial vincular los datos a la agenda de negocio. El poder de los datos reside en lo que hacen los equipos con ellos. El éxito del Big Data es que se incruste en las estrategias de negocio y en los planes de innovación.
Vale remarcar que para que los datos se traduzcan en resultados empresariales positivos, primero deben sintetizarse en conocimientos que informen la toma de decisiones. Para maximizar su impacto, los datos no deben limitarse a los administradores. Más bien, el objetivo debe ser obtener buenos datos hasta el punto de necesidad, y en manos de aquellos en la primera línea. Y para integrar realmente los datos en el pensamiento y el comportamiento convencionales, las organizaciones deben ver cómo pueden crear información sobre datos en los procesos empresariales de forma predeterminada.