¿Qué es lo peor que te puede pasar?
“Cuanto peor parece la situación, menos esfuerzo es necesario para cambiarla y mayor potencial de ascenso posee” dice George Soros.
“Ante la toma de una decisión, hazte esta pregunta: ¿Cuál podría ser la peor situación posible en la que te podrías encontrar?”.
Fue una de las recomendaciones que recientemente me hacía Javier Iriondo en una conversación con él.
Frase que me ha hecho recapacitar mucho y darme cuenta que cuando debemos y/o queremos tomar una decisión, lo afrontamos como el peor momento de nuestra vida.
Pensamos y creemos que nos va la vida en ello. ¿Para qué tengo que tomar esta decisión si estoy muy bien como estoy? Son algunas de las preguntas que nos hacemos cuando nos enfrentamos a una toma de decisión.
Sudamos, no dormimos , dudamos. Queremos saber que pasaría si optáramos por una opción y qué pasaría si dejáramos por optar por la otra. Y mientras tanto el tiempo se pasa, tenemos que tomar una decisión y esperamos como buen futurólogo, adivinar por cualquier método inimaginable, qué decisión tomar.
Tomamos una y aún tomándola, seguimos pensando qué hubiera pasado si hubiéramos optado por la otra. Bueno estoy diciendo que hemos optado por una opción, también cabe la posibilidad que no tomemos ninguna decisión o que sea otra persona quién la tome por nosotros. Algo que será muy beneficioso para nosotros, ya que si no alcanzar las metas que creemos que nos merecemos, tenemos una oportunidad de oro para echarle la bronca, cuando tendríamos que haber sido nosotros quién teníamos que haber tomado la decisión y ser dueños de nuestros éxitos, así también como de nuestras perdidas.
Llevo un mes ante un reto. Y la verdad que me sentía como hámster en la rueda de la jaula creyendo que dándole vueltas a la misma rueda sin parar, saldría la opción a tomar. Al final, la opción que tome, no fue ni una ni otra, sino opte por la calle del medio, la suma de las dos.
Pero recordando el comentario que me dio Javier, respecto a la toma de decisiones, sobre la vida, la aplique a la situación en la que me había encontrado recientemente.
¿QUÉ SERÍA LO PEOR QUE ME PODRÍA OCURRIR?
Ponte en lo peor que podría ocurrirte. Si se todo lo negativo que quieras. Piensa en lo peor que podría ocurrirte si no alcanzaras la meta que te has propuesto, si saliera mal la opción por la que has optado.
¿Qué ocurriría?
Pues la verdad que no soy adivino y no sé que opciones tienes, pero lo peor que podría ocurrir es que SIGUIERAS VIVO.
Al no ser que estés pensando en tirarte en paracaídas y caer en el pico más alto de los Pirineos, lo peor que te podría pasar es que siguieras vivo.
Las demás opciones negativas que has pensado están basadas según tu ego.
“Pues me señalarían por la calle…La gente de mis redes sociales dejarían de seguirme. Mis amigos ya no me hablarían al pensar que soy un fracasado…Hablarían de mi a mis espaldas diciendo que no soy un hombre de palabra…Me moriría de vergüenza y no saldría más de casa si no lo consiguiese…”
¿Algún pensamiento añadirías más a las consecuencias catastróficas que crees que te ocurrirían si no consigues lo que te has propuesto o no es cómo te esperabas?
Todas los pensamientos catastrofistas que crees que podrían ocurrir, PODRÁS SALIR DE ELLOS.
¿De verdad crees que serán amigos tuyos si te señalan como un fracasado? ¿De verdad vale la pena ese postureo en redes sociales para que crean que eres una persona de éxito? ¿Crees que te merece la pena rodearte de personas que te van a criticar por detrás y no te lo van a decir a la cara lo que has hecho bien y qué no has hecho tan bien?
Señores, nos hacemos unas pajas mentales, MUY GORDAS. Y todo porque tenemos miedo al éxito y al qué dirán. Por esas dos causas, acabamos optando por una decisión que creemos que nos puede producir el menor daño posible, la que pase lo que pase , seguiremos teniendo el cariño de los demás y no afectará a nuestro estatus quo.
Volví a mi rueda de hámster y con la frase que me comentó Javier que me tenía que hacer, la apliqué a mi situación. Daba igual la opción que había tomado, quería aplicar lo que me había recomendado:
¿QUÉ SERÍA LO PEOR QUE ME PODRÍA OCURRIR?
Que al igual que muchas cosas que me han ofrecido , opciones por las que he optado y no han ocurrido como esperaba o me habían comentado que iba a suceder, iba a seguir viviendo. Y si sigo vivo, puedo seguir luchando por lo que creo, siento y quiero en mi vida.
Todos nos hemos levantado tras una caída. La vida sigue adelante y hemos aprendido que por ahí no, que tal persona no es de fiar y que tenemos que hacer las cosas de otra manera, siguiendo como Gps nuestro PORQUÉ.
Y no ha pasado nada. Con el tiempo nos hemos reído. Hemos pensando que estábamos como una cabra al haber hecho tal o cual cosa, pero esas locuras nos han llevado mucho más lejos de lo que nos podríamos haber imaginado. Hemos aprendido cosas que desconocíamos, descubierto personas increíbles y otras que mejor no haber conocido… Y SEGUIMOS VIVOS.
Quizá no lo consigamos, pero te aseguro, que al no ser que quieras cruzar las cataratas del Niagara en un alambre y sin medidas de seguridad, la peor situación en la que te puedes encontrar a la hora de tomar una decisión , siempre será la de :
SEGUIRÁS VIVO.
¿Cómo tomas tú las decisiones?