Las mujeres ingresan un 34% menos que los hombres de sus pensiones
La diferencia entre las pensiones de hombres y mujeres ha sido del 34% en 2016, según un estudio del Instituto BBVA de Pensiones, que señala que esa diferencia obedece principalmente a la baja inserción en el mercado laboral de las mujeres de mayor edad, si bien detecta que la tendencia es hacia una reducción de esta brecha de género.
El estudio ‘¿Hacia la progresiva reducción de la brecha de género en las pensiones contributivas?’, publicado por Mercedes Ayuso y Elisa Chuliá, muestra la existencia de esa importante brecha de género, que, según ha explicado la segunda durante la presentación del informe en Madrid, «se está reduciendo» por el ritmo en el que las mujeres se están incorporando al mercado de trabajo durante las últimas décadas.
Las autoras del informe consideran que esa diferencia de prestaciones en las pensiones no se debe a una legislación «formalmente discriminatoria», sino de acusadas diferencias en el «comportamiento laboral entre los hombres y las mujeres que conforman la actual población mayor».
En 2016, el sistema de Seguridad Social español pagaba 3.605.892 pensiones de jubilación a hombres, cuyo importe medio llegaba a 1.200 euros mensuales, mientras que abonaba 2.125.985 pensiones de jubilación a mujeres, cuyo importe medio era de 760 euros.
Por un lado, la brecha de género entre pensionistas en España, que se refiere a las diferencias entre hombres y mujeres que reciben pensiones, el mencionado 34%, se encuentra por debajo de la media europea (40%) y es muy inferior a las de Alemania (45%), Holanda (46%) y Reino Unido (42%).
Pero por otro lado, el informe tiene en cuenta un indicador que analiza la brecha de género entre la población mayor, es decir, las diferencias entre hombres y mujeres de 65 a 79 años, independientemente de si reciben pensión o no.
Ãâ°ste se sitúa en España en el 52%, muy por encima de la media europea (44%), una diferencia que responde a que gran parte de las mujeres hoy mayores no han trabajado remuneradamente los años suficientes a lo largo de su vida como para poder acceder a la pensión contributiva de jubilación.
Periodo de carencia
Así las cosas, BBVA recoge en su estudio que las reglas sobre el periodo de carencia para cobrar una pensión contributiva está entre las causas de las diferencias de cobertura entre hombres y mujeres en la población mayor española.
Y es que, para tener derecho a esta pensión contributiva de jubilación en España hacen falta un mínimo de 15 años cotizados y, tal y como ha explicado Chuliá, las mujeres que hoy están en edad de jubilación, por lo general, «han registrado carreras de cotización más cortas, en el caso de que hayan cotizado alguna vez».
Mientras que en países como Alemania, el mínimo es solo de cinco años para tener derecho a una pensión contributiva de jubilación, lo que permite que haya muchas más mujeres que cobren una pensión aunque la cuantía de ésta sea más pequeña.
«En España hay una brecha en la cobertura y en este sentido no está bien, porque el sistema ha cubierto poco a las mujeres y éstas no han podido acceder a pensiones de jubilación contributivas», ha reflejado Chuliá, coordinadora de Estudios Sociales de Funcas, que también ha señalado que la brecha de género entre pensionistas en España es mayor según más bajo es el nivel educativo, algo que no ocurre en otros países europeos, que han retribuido mucho mejor a los hombres bien formados que a las mujeres en la misma situación formativa.
La brecha se reduce en las nuevas altas
El estudio del Instituto BBVA de Pensiones muestra una clara reducción de esa brecha en las nuevas altas ya que, mientras en 2006 la pensión media de las altas masculinas era de 1.108 euros y las femeninas, de 591 euros (47% de brecha); diez años después, las nuevas altas de los hombres están en 1.458 euros y en 1.130 euros las de las mujeres (22,5% de brecha).
Esto refleja, según apuntan las autoras del estudio, a una «inserción progresiva de las mujeres en el mercado laboral» que está provocando la «reducción de la brecha existente entre los jubilados y las jubiladas más jóvenes».
Para ellas, la razón de estos cambios está en que, a partir de los años 80, las tasas de empleo de las mujeres jóvenes, mayores de 24 años, «empezaron a crecer de manera muy importante, incrementándose de década en década en todos los grupos de edad».
Por otra parte, Chuliá también ha indicado que la brecha salarial, en general, se reduce entre los salarios de los más jóvenes, pero en ese sentido, ha advertido de que será un «mal cambio» si lo hace no porque los salarios de las jóvenes aumenten, sino porque el salario de los hombres jóvenes va bajando considerablemente.
Sin embargo, el informe también puntualiza que la reducción de la brecha en la incorporación del mercado laboral «no se transmite en la equiparación de la brecha salarial entre hombres y mujeres» y por ello resaltan que la mejor forma de combatir la brecha de género en las pensiones consiste en «reducir las diferencias en el comportamiento laboral y en las trayectorias profesionales de hombres y mujeres».
Más mujeres pensionistas
El informe de BBVA concluye que de cara al futuro la Seguridad Social asignará un porcentaje cada vez mayor de sus recursos a las mujeres, debido al creciente aumento del número de mujeres pensionistas por jubilación, al aumento de mujeres pluripensionistas (que recibirán pensión de viudedad y de jubilación) y al incremento del importe medio de las pensiones que percibirán (al tener carreras de cotización más largas).
En todo caso, «la brecha solo puede desaparecer si se alcanza la igualdad plena entre hombres y mujeres en el mercado laboral», si se «reducen las diferencias en el comportamiento laboral y las trayectorias profesionales de hombres y mujeres», ha concluido Chuliá.