La época dorada de los jets privados
Ante un sistema financiero global fracturado que hace más urgentes sus viajes entre fronteras, la aviación privada cobra cada vez más sentido sobre los vuelos regulares para los empresarios.
En una soleada mañana la pista de estacionamiento del aeropuerto privado británico de Farnborough se asemeja más al museo personal de un multimillonario que a un aeródromo en activo. El aeropuerto está lleno de jets privados inmaculados. Su consejero delegado, Brandon O’Reilly, explica que proceden de países como San Marino, España, Gabón o, en un buen número, la Isla de Man, donde algunas de las personas más ricas del mundo se han establecido por motivos fiscales.
Ante la incertidumbre económica y política que se vive en Reino Unido y en otros muchos países, la gente con más recursos aprecia la discreción, la privacidad y la rapidez que ofrece la aviación privada. Preocupados por el escrutinio público, la seguridad y los impuestos, y ante un sistema financiero global fracturado que hace más urgentes sus viajes entre fronteras, la aviación privada cobra cada vez más sentido sobre los vuelos en primera clase para los empresarios y la gente rica que viaja por placer…