La diferencia entre una recesión y una depresión económica – deGerencia.com
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La diferencia entre una recesión y una depresión económica

Algunas de las expectativas por parte de quienes siguen el desempeño de la economía nacional, regional y global apuntan a severos desplomes en los índices de crecimiento global; todo es preocupante en esta materia, pero de manera especial los países más industrializados del planeta por ser ellos los que siempre marcan la pauta en la economía mundial.

Al respecto, las primeras expectativas de algunos analistas empiezan a señalar la posibilidad de un declive en el PIB de Estados Unidos de hasta -4 por ciento en forma anual durante 2020.

De ser así, estaríamos frente a un auténtico colapso en la mayor economía del planeta, con todas las consecuencias para el resto del mundo y no se diga para aquellos países que están más relacionados con esta nación, entre ellos desafortunadamente México. Sin embargo, algunos analistas también empiezan a señalar el inicio no de una recesión, que es más que inminente y que de hecho el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) ya dio como un hecho, sino de algo mucho peor. Estos analistas
dicen que la economía mundial empieza a inclinarse hacia una Depresión; la palabra nos remite de inmediato a los años 20 y 30 del siglo pasado, con la Gran Depresión.

Por supuesto, nadie sabe a ciencia cierta lo que sucederá, es muy complicado determinarlo, pero en aras de aclarar un poco el panorama, sería interesante conocer algunas diferencias entre lo que es una recesión y una depresión económica.

Recesión Vs. depresión

Antes de hablar de cifras, podemos señalar lo más breve posible que la gran diferencia entre recesión y depresión radica en el tiempo de duración de la crisis. Básicamente una depresión es una recesión de larga duración, que provoca desde luego
efectos devastadores para la economía o las economías que la padecen. Una recesión puede durar meses o incluso algunos analistas hablan de recesiones de hasta 2 o 3 años, pero con altibajos en los índices de crecimiento, es decir, que el PIB puede subir o bajar aunque generalmente se mantiene en zona negativa.

En cambio, con una depresión el tiempo es factor determinante ya que dura más allá de dos años y lo peor es que los índices de crecimiento bajan constantemente, de modo que, al graficar el desempeño del PIB de la economía afectada, la recta es cada vez más baja, lo que señalan claramente la depresión económica, generalmente no existen periodos certeros, pero es más o menos lo que la historia ha demostrado. También es importante aclarar que la humanidad solamente ha vivido una Gran Depresión en su historia, la que iniciara en 1929 y durara casi una década, en el siglo pasado. Sin embargo, varias economías regionales y países sí han vivido depresiones. Por ejemplo, África en los años 80 y 90; una parte importante de Latinoamérica también en los años 80 del siglo pasado y ahora mismo Venezuela vive una profunda depresión con todo y ser el país con las mayores reservas petroleras del mundo. Comentario aparte, sus políticos están acabando con esa nación desde hace varios años.

¿Cuándo se está en recesión y cuándo en depresión?

Como señalamos, no existen fórmulas ni cifras mundialmente aceptadas que señalen una recesión y/o una depresión económica, pero debido a la experiencia internacional, se habla de que una depresión económica se presenta cuando el PIB cae 10 por ciento o más, y claro que entre más se acerque el desempeño del PIB en un periodo recesivo a dicha tasa entonces el riesgo es mayor. Por lo tanto si atendemos lo anterior, el mundo no entraría en depresión este año, al menos no por parte de Estados Unidos y por el tamaño del decrecimiento de su PIB, pero la situación en Europa y gran parte de las economías asiáticas es impredecible.

En la Gran Depresión de 1929 las cifras fueron terribles y mostraron con toda su crudeza lo devastador que es este fenómeno; de acuerdo con las cifras históricas de entidades como el Departamento del Trabajo de Estados Unidos, en ese periodo el comercio internacional descendió a una tasa media de 60 por ciento; el desempleo en Estados Unidos aumentó a 25 por ciento y en algunos países alcanzó el 35 por ciento, debido en gran parte  que las ciudades del mundo que dependían de la industria pesada y la industria de la construcción se detuvieron prácticamente. La agricultura y las zonas rurales sufrieron la caída de los precios de las cosechas. Ante la caída de la demanda, las zonas dependientes de las industrias del sector primario, con pocas fuentes alternativas de empleo, fueron las más perjudicadas.

Así, para 1932 en Estados Unidos el producto interno bruto (PIB) había disminuido 27 por ciento y la producción industrial 50 por ciento. La inversión ni siquiera alcanzaba para el mantenimiento de las instalaciones existentes. Bajo estas presiones, el sistema bancario acabó por derrumbarse. Como sabemos, fue sólo hasta 1940 cuando inició la recuperación, y eso porque Estados Unidos entró a la guerra.

Ojalá y los analistas que hablan ya de una depresión se equivoquen rotundamente, por el bien de la economía global con todo lo que incluye…



  • Ver original en Alto Nivel
  • Publicado el viernes abril 3, 2020


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