La banca mundial no está preparada para la próxima crisis
La banca mundial es uno de esos sectores con luces, sombras, penumbras, e incluso negra oscuridad. Ni todos los bancos son iguales, ni tampoco lo son todos los banqueros, pero lo cierto es que las dosis de poder que acumula el sector sobre el conjunto de las economías mundiales, y en especial en economías fuertemente bancarizadas como la española, es un factor muy a tener en cuenta a la hora de desarrollar regulaciones eficaces, que corten de raíz los posibles desmanes del sector que más control puede ejercer sobre ese dinero que, al final, es como la sangre fluyendo por las venas de la economía.
Pero el dinero llama al dinero, y el poder sobre el dinero (como cualquier otro tipo de poder) llama a ejercerlo, con lo que, si los reguladores y los Bancos Centrales no hacen honor a su fundacional y sistémica función, no duden de que los desastres acaban llegando (a la vista hay casos ya acontecidos), y lo harán en mayor número y en un orden de magnitud muy superior al que sufriríamos si hay regulaciones, y si aquí no se deja imperar la ley de la jungla financiera (pasaremos de puntillas por esa burbuja inmobiliaria que nadie intentó realmente pinchar de forma controlada antes de que fuese catastrófica).
Y ahora que parece que ya tenemos a la vuelta de la esquina la próxima crisis, cuyo frenazo inicial lleva enseñado ya unos meses los dientes. Y aunque realmente puede que ya sea tarde para ello, lo que procede para al menos poder conciliar el sueño en el mientrastanto es preguntarse: ¿Están nuestros bancos preparados para afrontar la próxima crisis? La respuesta la veremos a continuación, pero vayan preparando los somníferos (y preparen también la cartera)…