El correo electrónico, ¿en peligro de extinción?
Fue en 1998 cuando Meg Ryan y Tom Hanks, encarnaron a Joe y Kathleen en la mítica comedia romántica «Tienes un email». La historia de «amor digital» entre un multimillonario que había hecho fortuna con una cadena de librerías y la propietaria de un pequeño negocio de cuentros infantiles se forja parapetada en pseudónimos e intercambio de correos electrónicos. Internet comenzaba a desplegar su fuerza sobre la economía, pero aún faltaban décadas para que comenzara a despuntar su verdadero potencial. El email, sin embargo, amenazaba entonces con hundir para siempre a las compañías de mensajería física.
Veinte años después, la lucha de las grandes empresas que aminoran costes gracias a la red y los pequeños comercios que marcan la diferencia por su trato humano sigue vigente. Lo que ha cambiado de manera radical es el uso del email. De ser la herramienta estrella en todas las oficinas, 2008 arranca con la previsión de que su declive es ya inevitable. Según un reciente estudio del banco de inversión tecnológico GP Bullhound, el email «desaparecerá» debido al alza imparable de las aplicaciones de mensajería instantánea como como WhatsApp.
«2018 será el año en que el uso del correo electrónico dejará de crecer y comenzará a bajar Estados Unidos. Esta caída será causada por el rápido aumento de nuevas herramientas de comunicación como Slack y Messenger, la entrada de gigantes tecnológicos muy saneados financieramente y la evidencia de que el email como herramienta de márketing es ineficiente e insuficiente», asegura el banco de inversión.
Desde Isdi confirman el ocaso del correo electrónico. La directora de Comunicación de este centro de negocios digital, María Trénor, cree que, efectivamente, la mensajería instantánea acabará a medio o largo plazo con los tradicionales correos de trabajo. «El correo no va a desaparecer en 2018, pero sí lo hará en unos años. Una muestra de esta tendencia es que los jóvenes de 20 años no lo utilizan. Tienen una cuenta porque es obligatorio darse de alta en numerosos servicios, pero no lo revisan. Se comunican a través de aplicaciones o con mensajes privados de redes sociales como Instagram», asegura. En su opinión, en contra del correo electrónico también juega la capacidad superior de comprimir archivos con la que cuentan las aplicaciones de mensajería instantánea.
Esta nueva moda laboral ya está implantada enntre la plantilla de Isdi. La plataforma de mensajería Slack se ha convertido en una herramienta fundamental para el trabajo diario. Slack, «una mezcla entre el correo electrónico y WhatsApp», permite adjuntar archivos y documentos de mucho peso y crear grupos y conversaciones privadas. «Esta plataforma es más eficiente, rápida, intuitiva, con capacidad para los archivos, un buscador súper potente, versión web que hace que te puedas comunicar desde cualquier sitio y aplicación de móvil y de escritorio. Las organizaciones que lo usan acaban eliminando el correo de manera natural, explica Trénor.
Además, a la muerte del correo electrónico contribuirá otro factor como el auge de oficinas en espacios abiertos sin despachos y en las que el trabajador es el centro. «Aquí estamos todos en el mismo lugar y solo tienes que levantarte para comunicarte con otras personas. Con una pregunta de dos segundos, has eliminado tres correos. Creo que la eliminación del correo no es un objetivo en sí mismo, un efecto de hacia dónde van las tendencias en la oficina: ocurrirá como consecuencia de ello», añade la directora de Comunicación de Isdi.
Otros expertos, como la CEO de Paradigma, Carmen Vidal, apuestan por la perdurabilidad del correo electrónico, aunque reconocen que va a disminuir su uso. «El correo sigue aportando ventajas como la posibilidad de adjuntar documentos y que su uso es universal entre marcas». Frente a plataformas como Yammer o Slack, el correo aporta homogeneidad. «El correo no te casa con nadie ya que es universal y permite intercambiar mensajes por ejemplo desde Outlook a Gmail», argumenta.
Sin embargo, Vidal sí admite que se van a enviar menos correos. «Ahora estamos más pendientes de las herramientas de mensajería instantánea, pero el correo electrónico se va a continuar utilizando para mandar archivos y para comunicaciones que no requieren una respuesta rápida», afirma. «Se lleva hablando mucho tiempo de la desaparición del correo electrónico, pero no creo que vaya a ocurrir», sentencia.