Creció la compra privada de armas en Estados Unidos durante la pandemia
En un viaje de Miami a Washington DC, Infobae encontró en distintas gasolineras una gran cantidad de merchandising con consignas como “Prohíban a los idiotas, no las armas”, y “Nosotros no marcamos el 911”, entre otras. El testimonio de Michael Stupy, un electricista de 56 años, acerca del derecho de los estadounidenses a vivir armados.
Desde Bowman, Carolina del Sur (EEUU).- Si las armas matan, entonces son las cucharas las que hacen engordar a la gente. Burda, la frase es un sofisma que, sin embargo, convence a más personas de las que podría creerse en Estados Unidos.
Basta con entrar a una gasolinera y prestarle atención a la parafernalia pro armas que florece allí.
“Amo las armas y el café”, dice una pegatina que imita el logo de una conocida cadena de cafeterías. “Prohíban a los idiotas, no las armas”, dice otra. “Nosotros no marcamos el 911”, suma una tercera. “La segunda enmienda es mi permiso de portación de armas”, concluye otra. Y hay muchas más, recargadas de militarismo algunas, nostálgicas de la Confederación otras y con fuerte desprecio al movimiento contra el racismo “Black Lives Matter” unas cuantas.
Ese merchandising, anclado en los sentimientos más profundos de una parte relevante del pueblo estadounidense, puede encontrarse a lo largo de toda la interestatal 95 de Miami a Washington DC -el viaje que hizo Infobae- y en otras autopistas y carreteras de todo el país. Allí pueden aparecer personajes como Michael Stupy, un afable y locuaz electricista de 56 años que en una gasolinera cercana al lago Okeechobee, en el centro de la Florida, argumentó acerca del derecho de los estadounidenses a vivir armados más allá de la protección que les puedan ofrecer las fuerzas de seguridad…