¿Comprar o alquilar? Esta es la mejor opción en la actualidad
Que alquilar significa tirar el dinero o que comprar una vivienda ata mucho a los propietarios son solo dos tópicos asociados a uno de los grandes dilemas financieros a los que todo ciudadano se enfrenta alguna vez en la vida: ¿qué es mejor: comprar o alquilar?. Los expertos de Kelisto.es recuerdan que comparar el coste mensual del alquiler y del pago de la una hipoteca solo tendría sentido si el préstamo fuera a tipo fijo.
De hecho, con una hipoteca variable la cuota puede cambiar notablemente con el paso del tiempo ya que aunque el Euribor esté actualmente en negativo, no hay que olvidar que llegó a superar el 5% en 2008. Por otro lado, los propietarios tienen que asumir gastos que, normalmente, nunca tendrá que abonar un inquilino: impuestos (como el IBI), seguros o gastos de comunidad son solo algunos de ellos.
Además, antes de elegir entre comprar o alquilar, es importante tener en cuenta el horizonte temporal, Si buscamos una casa para vivir durante los próximos 30 años, los gastos iniciales que habrá que desembolsar al comprar una vivienda habrán merecido la pena. Ahora bien, si por motivos laborales, personales o por otras causas crees que pasarás poco tiempo en la misma vivienda, es muy probable que ese desembolso no salga a cuenta.
Una garantía para el retiro
Entre las ventajas de convertirse en propietario, encontramos las siguientes:
1. Seguridad de cara a la jubilación. Llegado este momento, los ingresos de un consumidor se reducen, de media, un 26%12. Lo normal es que, para ese momento, tu casa ya esté pagada. De esa forma, podrás llegar a final de mes mucho más relajado e, incluso, si llegado el momento fuera necesario e incluso podrías venderla para costear gastos que lleguen con el paso del tiempo.
2. Revalorización.
La teoría dice que la vivienda se revaloriza con el tiempo: ahora bien, ni esto es 100% seguro (no hay más que ver lo que pasó con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria), ni es probable (ni saludable) que lo haga al ritmo que lo hizo durante los años del bum.
3. Libertad para modificar tu casa. Aunque suene a obviedad, una de los beneficios de tener tu propia vivienda es que podrás hacer las obras y reformas que quieras sin que nadie te ponga limitaciones.
Contar con dinero ahorrado
Entre las desventajas de lanzarse a comprar un inmueble, encontramos las siguientes:
1. Los ahorros previos. Para
poder comprar una vivienda, es necesario tener ahorrado al menos un 30% del valor: el 20% que no te dará el banco (porque las hipotecas suelen ofrece el 80% del valor de tasación de una casa) y un 10% para impuestos y gastos iniciales. Así, por ejemplo, si quieres comprar una vivienda con una tasación de 200.000 euros, necesitarás contar con un colchón de 60.000 euros para que la operación fuera viable.
2. Los gastos habituales. Cuando te conviertes en propietario de una casa, tienes que hacer frente a numerosos gastos que una persona que vive de alquiler casi nunca tendrá que asumir como el pago de impuestos y tributos municipales (como el IBI y la tasa de basuras), los gastos de comunidad, el seguro de continente, seguro de vida, o las posibles reparaciones.
3. La mensualidad puede experimentar importantes cambios .Dado que el Euribor se encuentra en mínimos históricos, es necesario ser precavido a la hora de comprar una vivienda. Antes de tomar una decisión, es importante echar cuentas y calcular qué pasaría si este índice volviera a los máximos de 2008, cuando llegó a superar el 5%. Esa subida provocaría un fuerte aumento en la cuota mensual, por lo que es esencial comprobar que, pese a eso aumento, serías capaz de seguir pagando tu letra cada mes.
Flexibilidad ante las dificultades
Entre las ventajas de vivir de arrendamiento, encontramos las siguientes, según Kelisto.es:
1. No hacen falta ahorros previos. Para vivir de alquiler, el colchón necesario es mucho menor al que hace falta para comprar una vivienda. En principio, solo sería necesario el importe de la fianza, que según marca la ley de arrendamientos urbanos, debería equivaler a una mensualidad, aunque el propietario y el inquilino pueden acordar que sea mayor. A la fianza es posible que haya que sumar otros gastos, como los relacionados con el mobiliario (si la casa se entrega vacía) o los gastos de gestión de la inmobiliaria, en caso de que el alquiler no se cierre directamente con un particular.
2. La cuota solo aumenta si también lo hacen los precios. Para los alquileres firmados antes de junio de 2013, la mensualidad se actualiza año a año. Eso sí, no siempre sube: se tendrá que mover al ritmo al que lo haga el IPC (Ãndice de Precios al Consumo). Por tanto, si los precios suben, también lo hará el importe que se paga al propietario, pero si bajan, la cuota deberá descender.
3. La flexibilidad es mayor. Una de las principales ventajas del alquiler es la flexibilidad que ofrece al consumidor. Así, en caso de que pases por una mala racha económica o de que, por motivos de trabajo, no puedas seguir viviendo en el mismo sitio, podrás abandonar la casa y marcharte a otro sitio. Eso sí, para desistir del contrato de alquiler tendrán que haber pasado, al menos, seis meses desde la firma y tendrás que avisar al propietario con un mínimo de 30 días. Además, el dueño de la casa puede establecer (en el contrato) algún tipo de compensación económica en caso de que decidas dejar la vivienda antes de tiempo.
4. Ventajas fiscales. Al contrario de lo que sucede con la compra de vivienda (cuyas ventajas fiscales solo se aplican a viviendas adquiridas hasta 2013), quienes viven de alquiler sí disponen de ciertos beneficios de cara a Hacienda. Eso sí, esas ventajas varían en cada Comunidad Autónoma y suelen estar ligadas a la edad del contribuyente y/o a sus ingresos.
Lidiar con el propietario
Entre las desventajas de arrendar una vivienda se encuentran estas:
1. Dificultades cuando llegue la jubilación. Si vives de alquiler en el momento de la jubilación, el esfuerzo que realizas para pagar tu casa seguirá siendo el mismo que hacías antes, pero tus ingresos serán menores.
2. Pese a pagar, uno no tiene nada pasados los años. Resulta obvio, pero, al contrario de lo que ocurre con la compra, pese a estar pagando una casa durante muchos años, el inmueble alquilado nunca será tuyo.
3. Hay que lidiar con el propietario. Mantener una relación cordial con el propietario siempre es deseable cuando uno vive de alquiler, sobre todo si se produce algún tipo de avería o desperfecto en la casa o, por ejemplo, si hay problemas relacionados con la comunidad de vecinos.