¿Cómo construir resiliencia en tiempos difíciles?
¿Sabes cuál es la principal diferencia entre las personas que se paralizan ante cualquier obstáculo y las que siguen adelante? Sencillamente, la capacidad de superar la adversidad, con resiliencia.
Los psiquiatras coinciden en que hay tres formas de sobrellevar una desgracia: dejar que el suceso te marque, te destruya o te fortalezca.
En estos meses de pandemia y de adversidad económica, social, emocional, etc. La herramienta más útil se llama resiliencia, ya que se refiere a la capacidad para soportar las crisis y adversidades en forma positiva, logrando recuperarse y salir fortalecidos.
El término proviene de la física y se aplica a la elasticidad de un material que tiene la capacidad de resistir golpes, choques o impactos fuertes, y volver a su forma original. Por ejemplo, una pelota de goma que presionas en la mano, en cuanto la sueltas vuelve a recuperar su forma original, sin quedar marcada; en cambio, un vaso de cristal, si se cae, se rompe en pedazos y no se puede rehacer.
Trasladando esta característica al comportamiento humano, podemos decir que una persona resiliente cuenta con la habilidad para adaptarse exitosamente frente a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas y el estrés.
La resiliencia se considera uno de los mecanismos más avanzados de adaptación con los que cuenta el ser humano.
Sin embargo, no se nace siendo resilientes, esta característica desarrollando y se adquiere con el tiempo. Pero no sabemos qué tan resilientes somos hasta que pasamos por una experiencia de vida compleja, como la que estamos viviendo todos a causa del COVID-19.
Muchas personas se descubren a sí mismos ante la adversidad, porque como dice el Dr. José Villela, reconocido Psiquiatra: “La adversidad es una gran escuela, porque los valores y virtudes más grandes de las personas surgen en los momentos más difíciles”.
Por ejemplo, es de admirar la gran capacidad de adaptación que han demostrado las mamás ante el confinamiento, donde tienen que atender a la familia, preparar los alimentos, hacer las compras del supermercado, ayudar a los hijos en sus clases en línea, conectarse a una reunión de trabajo, y al mismo tiempo mantener la calma y la serenidad con una sonrisa.
¿Cómo se desarrolla nuestro nivel de resiliencia? Principalmente a través de nuestra forma de vida y nuestras experiencias personales, también influye nuestra familia y el entorno en el que nos desenvolvemos. La fe y las creencias religiosas también ayudan a aumentar el nivel de resiliencia, ya que nos permiten ver la vida con otra dimensión.
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¿Cómo construir resiliencia en tiempos difíciles?
Los expertos coinciden en algunas estrategias que ayudan a desarrollar esa fuerza interior, que nos lleva a afrontar sin miedo los momentos de cambio:
1. Aceptar la realidad tal y como es
Hemos de entender que el cambio y la adversidad forma parte de nuestra vida. Las personas resilientes son flexibles y saben adaptarse a las circunstancias. Una persona con resiliencia nunca espera que los obstáculos desaparezcan, los usa como herramientas para crecer.
2. Saber relacionarse y pedir ayuda
Un estudio de Harvard lleva 80 años investigando sobre la felicidad. Los resultados revelan que lo que da la felicidad son las relaciones con las personas. El estudio afirma que los beneficios de crear vínculos personales plenos son enormes: ayuda a retrasar el deterioro mental, mantiene la capacidad memorística, controla el estrés y ayuda a conservar la salud.
3. Enfocarse en las soluciones
Ante un conflicto, podemos elegir el rol de víctima y enfocarnos solamente en los problemas, o vivir de forma responsable y enfocarnos en las soluciones. Todo depende de nosotros.
“En cuanto te colocas en el rol de víctima, renuncias a la opción de ser protagonista de tu propia vida; estás a la merced de la enfermedad y de la adversidad, clausuras toda esa potencialidad de la voluntad” explica el Dr. José Villela.
4. Proyección positiva
Es la capacidad de imaginar un futuro mejor al presente. Encontrarle sentido a la vida y buscar la trascendencia aun sobre la adversidad.
Aunque no seamos capaces de controlar lo que sucede a nuestro alrededor, sí lo somos de controlar nuestra actitud ante esos acontecimientos, podemos controlar la forma en la que las cosas nos afectan y regular nuestra calidad de vida.
La pandemia pasará y nosotros saldremos fortalecidos de esta situación, experimentando un gran crecimiento y madurez emocional, si nos ejercitamos en estas estrategias. Con el paso del tiempo nos daremos cuenta que, más que una tragedia, este evento adverso se convertirá en una lección de vida que nos permitirá desafiarnos a nosotros mismos.