Cómo buscar trabajo cuando la pandemia amaine
Se esperaban malos datos y llegaron. El pasado jueves, Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social, anunció la tramitación de 240.000 expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por parte de las empresas, una cifra que afecta aproximadamente a 620.000 trabajadores. La crisis del coronavirus está devorando puestos de trabajo cada día que pasa, la economía no se relanza, y las perspectivas, además, no son positivas. La patronal de empresas de trabajo temporal y agencias de empleo, Asempleo, estimó este lunes que el Covid-19 afectará a tres millones de trabajadores en España, y que el paro repuntará hasta el 14,2% durante el primer trimestre del año.
“Hace dos meses era mucho más fácil definir una estrategia. Ahora, desde luego, todo se ha puesto muy difícil”, reconoce Alfredo Vela, autor de Cómo buscar trabajo en redes sociales y sin ellas, que ha dedicado los últimos años a estudiar el comportamiento del mercado laboral. El primer paso, explica, es responder a una cuestión aparentemente sencilla, pero esencial: “Debemos saber en qué queremos trabajar. Si queremos mantenernos en nuestra profesión o si a lo mejor es interesante reciclarnos”.
Una vez resuelto el dilema, empieza el verdadero reto: buscar empleo. Con las empresas cerradas y la imposibilidad de entregar presencialmente el currículo, las redes sociales se han convertido en una herramienta fundamental para acercarse a los puestos de trabajo. Más de 660 millones de usuarios –de los que un cuarto busca empleo– de 220 países distintos, 30 millones de compañías registradas, 20 millones de ofertas laborales y 40 millones de perfiles de reclutadores contemplan, por ejemplo, a Linkedin, una red social especializada en conectar perfiles profesionales cuyo logaritmo, explican los expertos, cree profundamente en la teoría de los seis grados, que dice que es posible conectar a cualquier persona del mundo con otra sin superar nunca los seis grados de parentesco. En la práctica, esto significa que Linkedin premia con visibilidad a los usuarios audaces, capaces de entablar vínculos significativos.
Una vez redactado y actualizado con detalle el currículo y puesta la foto –una imagen sonriente, con ropa formal y sobre fondo blanco es lo ideal–, conviene lanzarse. “Debemos investigar qué empresas o reclutadores son interesantes para ampliar nuestra red de contactos. Sin atosigar y tendiendo a localizar siempre a quienes seleccionan personal”, explica Antonio Vallejo Chanal, director de marketing digital y experto en Linkedin.
Localizado un receptor interesante, comenta, lo apropiado es contactarlo con un mensaje conciso, individualizado y sincero, sin miedo a reconocer que se está desempleado. “Solo pueden pasar dos cosas: que nos rechacen, lo que solo significa que no están buscando a nadie de nuestro perfil en este momento, nada más; o que nos acepten, lo que quiere decir que está abierto a escuchar más sobre nosotros”, cuenta Vallejo Chanal. Para terminar de convencer a los responsables de recursos humanos, pocos elementos más relevantes en Linkedin que un blog. Al igual que otras redes sociales como Facebook, esta reserva también un espacio de cada perfil para que cada uno escriba lo que considere.
Al tratarse de una red de profesionales, los expertos recomiendan alimentarla al menos un par de veces a la semana con contenido especializado y poco polémico. Es decir, nada de religión, política o deporte. En su lugar, deben aparecer artículos bien hilvanados que muestren a los empleadores un conocimiento profundo de aquellos sectores donde estamos dispuestos a volver a trabajar en un futuro próximo. La clave, coinciden los expertos, reside en no caer en la desesperanza. Buscar trabajo, y más en un momento en el que la economía se ha detenido casi por completo, puede parecer agotador e inútil porque los resultados, en la mayoría de los casos, tardarán en llegar.
Precisamente por esto, razonan, es importante abrir todas las puertas posibles. Más allá de Linkedin, redes como BeBee, que organiza a sus usuarios por intereses y cuenta con una importante base de datos que aglutina ofertas de otros portales, están ganando cada vez más peso. Incluso Twitter, a través de tendencias como #empleo y #trabajo, o Facebook, donde proliferan los grupos de profesionales y es posible postularse a ofertas laborales, se están convirtiendo en poderosas herramientas sobre todo para quienes más difícil lo tienen: veteranos cerca de la edad de jubilación y jóvenes sin experiencia. “Hay que perder el miedo a ofrecer nuestros conocimientos a las empresas, independientemente de la edad. ¿Pueden ponernos en evidencia? Bueno, incluso a través de esto conoceremos gente y aprenderemos”, resume Vallejo Chanal.