4 señales de que estás en una relación tóxica con tu trabajo
¿Cada mañana, al arrancar tu jornada laboral sólo piensas en el momento en que estarás de vuelta a casa? ¿Todo el tiempo estás malhumorado y sólo te hacen feliz los días de paga? Cuidado, porque estos pueden ser signos de que tu relación con el trabajo no está pasando por su mejor momento.
Es normal que lleguemos a tener días malos, pero cuando el sentimiento de infelicidad nos atormenta en demasía, y comienza a cobrarnos factura en otros aspectos de nuestra vida, es justo ahí cuando hay que hacer un alto y replantearnos si aún es posible reencontrar la pasión y motivación que experimentamos el primer día de nuestra estadía en dicho trabajo.
La rutina y monotonía pueden influir en el desenamoramiento laboral. Y es que cuando comenzamos a tener las mismas tareas de forma repetitiva, solemos perder el interés y la motivación, y terminamos cayendo en el hartazgo. Otro factor que puede apagar la llama que existía entre tú y tu empleo, es la falta de compromiso por parte de los líderes.
En mi experiencia, he visto que los colaboradores no dejan a las empresas, dejan a los líderes. La realidad es que un proyecto puede ser extraordinario, bueno o regular, dependiendo de la inspiración que el líder del equipo contagie, y de la visión y claridad para poder lograr que la gente quiera unirse y generar un ambiente de Engagement. Asimismo, al no compartir la visión o valores con nuestros líderes, e incluso, más allá, cuando la empresa ha perdido su esencia y lo que realmente nos llevó a comprometernos con ella, no existe más; el resultado inmediato esperado será el desencanto, antesala de la infelicidad.
Y tú, ¿tienes una relación tóxica con tu empleo?
Si aún no logras identificarlo, no te preocupes. A continuación, te enlisto algunas señales que nos ayudarán a reconocer si estás pasando por un desengaño con tu trabajo.
Mi relación es meramente contractual-salarial y no ofrezco ningún valor agregado o de innovación a la empresa.
No soy un embajador de la marca, hacia adentro ni hacia fuera de la compañía.
No existe una atracción-pasión con lo que hago. De hecho, puedo ya no sentir empatía con los objetivos o valores de la empresa, y la relación líderes-compañeros de trabajo pudiera estar fracturada.
No estoy aportando mi mejor versión y me veo sumergido en un conformismo.
Si asentaste una o más de estas afirmaciones, es muy probable que tu relación esté pendiendo de un hilo. La buena noticia es que, si tú lo deseas, puedes tomar acción y mejorar esta situación.
5 pasos para reconciliarte con tu trabajo
Reconéctate con tu misión y con la pasión que te hicieron aceptar dicha propuesta laboral. Construye desde lo positivo, haz un análisis de cuáles son aquellas cosas buenas que has tenido dentro de la empresa, y busca la forma de replicarlas nuevamente.
Céntrate en lo que sí puede darte la compañía. Todas las organizaciones tienen cosas positivas y negativas. Revisa qué es lo que tu empresa está dispuesta a ofrecerte y realiza un balance para ver si aún es compatible con lo que estás buscando.
Conversa con tus líderes. Extérnales cómo te encuentras y con toda sinceridad hazles saber qué es lo que requieres de su parte para poder hacer de nuevo esta conexión con lo laboral. Comunica cualquier factor que esté propiciando dicha desmotivación.
Hazte responsable. Es fácil culpar a alguien más de tu insatisfacción. Si bien es necesario que hagas una revaloración positiva de lo que requieres, es igual de importante que enlistes qué es lo que tú has dejado de hacer, o qué cosas podrías hacer diferente.
Cambia la rutina. Prepárate y busca la forma en la que puedas volverte un mejor profesional. Quizá aportando cosas que no estén dentro de tu rol sea un buen primer paso. La recomendación es que vayas más allá, para que marques la diferencia y te permitan engancharte nuevamente con los retos. Sal de la zona de confort y atrévete a hacer cosas nuevas.
Por último, es importante tener presente que no hay trabajo perfecto. Nada que pueda ajustarse 100 por ciento a ti; no sucede en las relaciones interpersonales, ni tampoco en las laborales. Pero cuando te conectas con la misión, visión, valores de la compañía, y evidentemente con los líderes, ves la diferencia y empiezas a dejar de ver tus actividades como “trabajo”,
pues estás haciendo día a día lo que te apasiona. Y lo que es mejor, te pagan por ello.
No obstante, resulta importante reflexionar que todo en la vida tiene un principio y un fin, y por mucho que hagamos el esfuerzo, hay cuestiones que están rotas y, en esos casos es mejor ser honestos y evaluar si es el tipo de empleo en donde nos queremos mantener. Re-enamorarte o no depende sólo de ti. Hazte responsable, busca tu pasión, conéctate, y si ves que aún así, haciendo esta revaloración positiva, el puesto donde te encuentras no te apasiona como antes, no te frustres y cierra el ciclo de manera profesional, recuerda que siempre vale la pena dejar las puertas abiertas…