Un tejido industrial de calidad
En nuestro trabajo, en nuestra profesión, nos movemos en un mundo de reglas y normas; de Leyes y Decretos; de requerimientos y especificaciones: ISO 9000 para el registro del sistema de la calidad, ISO 14000 para el registro del sistema de control medioambiental; de especificaciones de materiales y productos; de Leyes y Decretos de Prevención de Riesgos Laborales, de Leyes y Decretos para el control de las mercancías, el transporte y los desechos; de Leyes y Decretos para el control financiero y contable y; finalmente, pero no por ello menos importante, leyes y decretos para el control del personal.
La pequeña y mediana empresa, que no cuenta con departamentos y personal especializados para la implantación de estas Leyes, Decretos, Normas, Especificaciones, etc., se puede ver abrumada por todos estos requerimientos, obligatorios unos y voluntarios o marcados por el mercado otros.
El esfuerzo para cumplir con todas estas obligaciones es, comparativamente hablando y en términos también comparativos de coste, respecto a la gran empresa, muy superior para las pequeñas y medianas empresas. La relación que existe entre el coste (asesoría, entidades de registro, personal técnico, etc.) para cumplir estos requerimientos entre la pequeña y la gran empresa, si lo consideramos respecto a la inversión realizada y la facturación mensual muestra una clara discriminación para la pequeña empresa.
Este abismo en las posibilidades de desarrollo e implantación de sistemas, puede quizás paliarse mediante la aplicación de subvenciones y ayudas estatales, pero también es necesario la comprensión de las Entidades de Registro y de las Empresas Asesoras o de Ingeniería, que deben ajustar sus precios a las posibilidades reales de la pequeña empresa, utilizando técnicas informáticas y de comunicación que ayuden a reducir los costes del servicio que debe ser, además, de la mayor calidad y ajustado a las características de cada empresa.
Nunca se logrará un verdadero tejido industrial de calidad, en donde el registro del sistema de la calidad sea lo normal en la mayoría de las empresas, si no se buscan soluciones a estos costes de implantación y mantenimiento de los sistemas en las pequeñas empresas.