Protocolo en la oficina con Coaching

Cuando en la oficina otros compañeros gritan y no hablan, no utilizan las extensiones de los teléfonos, cuando hacen gritería, bulla, ruido. ¿Cómo manejar este tipo de situaciones sin pasar por amargado?

En los tiempos del cólera se lee: “Luego fue con las dulceras sentadas detrás de sus grandes redomas, y compró seis dulces de cada clase, señalándolos con el dedo a través del cristal porque no lograba hacerse oír en la gritería”

Los ambientes demasiado ruidosos se consideran como contaminación auditiva y es uno de los índices de mayor improductividad en las organizaciones, en Coaching en productividad que es una modalidad que aplico con ejecutivos y equipos de trabajo, enseño sencillas prácticas que contribuyen a disminuir el impacto de este factor.

Cada vez que nuestra atención se “desvía” de lo que estamos haciendo por centrarse en el llamado “ruidoso“ de quien lo emite y volver a retomar lo que estábamos haciendo, se fugan instantes que pueden sumar las horas que debemos alargar la jornada o incluso llevar trabajo a casa.

Una técnica sencilla es generar acuerdos, que en conjunto manifiesten como éstas “interrupciones auditivas” están disminuyendo la productividad del equipo, puede llegarse a soluciones como: acordar para que aspectos del trabajo se usará el teléfono, para cuales el correo, para cuales un comunicador virtual interno y para cuales será necesario comunicarlo verbalmente y en el volumen adecuado.

¿Qué hacer cuando otros no saludan, no responden el saludo?

Ante todo, “No lo tomes como algo personal”, en alguna ocasión en una entidad pública los funcionarios resentían que su líder no compartiera el ascensor con los demás servidores públicos, empezó a correr el rumor que no quería “saludar a nadie”, lo que realmente ocurría era una serie de cambios temporales en su esquema de seguridad. Es muy común que las personas construyan ideas equivocadas del porque alguien no contesta un saludo o porque asume algunas actitudes.

Por otro lado, si es repetitivo, puedes hacérselo notar, mostrarle como esta actitud te está haciendo sentir, para ello puedes usar ésta sencilla técnica: “Tu acción – genera en mi este sentimiento…”

¿Cómo comportarnos con aquel que nos deja hablando solos, nos ignora, o no da respuesta a lo que solicitamos?

Esta es una clara manifestación de que algo está ocurriendo; el silencio o el ignorar generalmente revelan dolor, ira o miedo. Vale la pena nuevamente manifestarlo directamente, puedes usar esta sencilla técnica: “Te siento callado y quiero verificar si todo está bien contigo…”

¿Qué decir del compañero de trabajo confianzudo, que va haciendo comentarios de la vida personal?

El respeto hacia lo privado está o debe estar presente en todas las culturas, organizaciones y escenarios. Por eso es recomendable establecer límites hacia lo que puede comentarse en privado y que puede comentarse en público, la herramienta nuevamente es manifestarlo directamente, estableciendo el límite: “Tu comentario sobre mi vida privada no fue agradable para mi, te pido por favor que no lo hagas más…”

¿Cómo abordar al que no pide favores? ¿Es decir, cómo manejar la mala educación de los demás?

Existen dos frases que abrirán muchas puertas: “Por favor” y “Gracias”, aunque en ocasiones sentimos que no es necesario usarlas. La realidad es que nuestra cultura cálida requiere del buen trato y de la amabilidad. Esto contribuye a un buen clima laboral y a trabajar mejor y más feliz. Los últimos estudios sobre Neurogestión han demostrado que un “cerebro feliz” produce más”. Te animo a que establezcas un código de buen trato, el cual puede funcionar como lo hemos implementado en muchas empresas; Todas las personas se comprometen a utilizarlas y cuando alguien olvide su importancia, de manera amena, grata y respetuosa, sus compañeros le mostraran una tarjeta roja. Es una buena retroalimentación ver cuántas tarjetas rojas acumulas en el mes. Lo cual te impulsará sin duda a incluir nuevos cambios y a utilizar tu inteligencia emocional en tu trabajo.