¿Negociaciones gremiales?
A una cierta edad le dije a mi padre que me gustaría trabajar en donde él lo hacía. Lejos de mostrarse incómodo con la propuesta me dijo: ¿estás dispuesto a empezar desde abajo? Y….. Sí, articulé dudando. Y siguió diciendo: -porque vos sabés que allí yo tengo trabajados muchos años y… que soy el Jefe de Personal… en fin; si lo tenés claro voy a ver qué puedo hacer-
A esta altura de la conversación yo ya no lo tenía tan claro pero no era cuestión de retroceder. Para ser breve diré que al poco tiempo era citado para la revisación médica pertinente y en menos tiempo del que me imaginé, ya estaba en condiciones de empezar a trabajar. Y así fue. Si bien joven e inexperto, sabía que no iba a ser sencillo.
En esa circunstancia y transcurridos algunos meses supe del mi primer contacto con el cuerpo de delegados. Claro, yo era el hijo del Jefe de Personal y había que probarme. Y estos tipos eligieron una circunstancia poco menos que perfecta para saber con quién estaban tratando. Me invitaron a un quite de colaboración por causas que yo no podía conocer totalmente. Es que se trataba de viejas rencillas que se fueron acumulando con el correr de los años. Como corresponde, decidí no meterme en líos con mis nuevos compañeros y me sumé al reclamo. Para qué!!!
Mi padre había decidido mantener una reunión con la Comisión Interna del momento para acercar posiciones. Afuera de la Oficina estaban todos los compañeros que sumaban con su presencia, apoyo a la gestión gremial. Y yo, naturalmente. Cuando termina la reunión y salen de la Oficina mi padre me ve (pero hizo como que no me vio) y, dirigiéndose a todos dijo: –muchachos: esto se resuelve solamente si cada parte hace un aporte para construir una mejor relación laboral. En éstos términos… NADA!!!
Los muchachos del la Comisión Interna contaron que, en un momento cuando estuvieron reunidos, le dijeron a mi padre:
-Mire Sr. Rucci, usted no se puede negar a nuestro pedido. Nos apoya SU hijo
Siempre pensé (en aquel momento y ahora) que aquella expresión, lejos de hacerle sentir presión, a mi padre le actuó como disparador de sus peores días de vasco Me dijeron que contestó: -Mire; si mi hijo apoya este reclamo, casi sin conocer por qué lo hace y de qué se trata, ESTÁ DESPEDIDO. Y no creo que ninguno de ustedes se esfuerce demasiado por defenderlo. Dicho esto se levantó y se fue.
Las negociaciones siguieron por los carriles habituales y el conflicto se superó, como solía ocurrir la mayoría de las veces. Yo seguí con mi trabajo pero supe que en esas condiciones la cosa se pondría cada día más difícil, sobre todo para mi padre. De modo que transcurrido un tiempo le dije que quería renunciar, buscar nuevas oportunidades, etc., etc. En esa época surgió la posibilidad en una planta de la misma empresa pero ubicada en otra zona. Estaban por incorporar a un empleado para la Oficina de Personal. Y allá fui yo con mis huesos.
Del relato anterior saqué estas conclusiones:
En aquella frase a la salida de la oficina, mi padre había concentrado un estilo de negociación del que toda su vida hizo un culto. Dicho en otras palabras:
Para negociar con la representación gremial hay que hacerlo pensando en encontrar soluciones a partir de que ambas partes, aporten a la solución. Siempre me gusto esta frase que lo pinta bien al tema: O usted forma parte de la solución o forma parte del PROBLEMA. Y para lograr esto no se puede partir de cualquier medio Habrá muchos estilos de negociación gremial pero el único que a mí me ha dado resultados en el tiempo es:
Los conflictos se resuelven SOLO si las partes que lo tienen que resolver se sientan a negociar QUERIENDO la solución. Parece obvio; pero créanme que no lo es. Muchos podrán dar fe de lo que digo.
Naturalmente que para esto hace falta gimnasia y mucho sentido común. Pero lo digo porque algunos empresarios NO TIENEN una política clara en lo que se refiere al tema GREMIAL. Es como que lo subestiman. No digo que vivan pendientes del tema. Digo que lo consideren. Pretenden imponer condiciones a través de conceptos confusos y sin estrategia. Y los resultados que se obtienen con esos métodos son cortoplacistas Tratan de salir del paso sin lograrlo. Imaginan (no todos) que con los sindicatos hay que apretar y no ceder. Habrá circunstancias que requieran de mano firme y esto no está mal. Pero no analizar detenidamente los pasos a dar?!
Del mismo modo que cuando del lado gremial se pretende defender lo indefendible, se termina transitando por caminos desparejos que cansan y desgastan innecesariamente las relaciones.
En este sentido es conveniente tener en cuenta que contar con experiencia en negociaciones gremiales es muy valioso. Los conocimientos técnicos tanto más. Pero lo que seguramente establece mejores bases (o más firmes si se quiere) para no volver a cada rato sobre caminos recorridos, es el respeto por las necesidades GENUINAS de cada parte.