Las Emociones Comerciales
¿Se ha puesto a pensar cuánto vale su empresa? Tal vez sí, porque usted es un empresario consciente de lo importante que es conocer este valor, pero muchas personas no tienen una idea clara al respecto, no porque no lo sepan, si no porque no han considerado la idea de vender su negocio o conocer el valor de sus acciones.
Pero de aquellos que saben el valor de su compañía, ¿cuántos han incluido sus Emociones Comerciales para valorarla?
Las Emociones Comerciales no son buenas consejeras cuando queremos hacer una transacción comercial. Ellas suman una serie de factores (sacrificio, horas lejos de los hijos, tiempo libre, et.) al valor real de su empresa y por ello es fácil caer en la tentación de dar una cifra altísima cuando quiere vender su negocio. Tenga en cuenta que lo que realmente van a comprarle es su negocio, no el cariño que le tiene por los años que usted le ha dedicado, sino su valor futuro, su potencial crecimiento en el mercado, su rentabilidad.
Lo que debe considerar son los factores reales que generan valor a la empresa: sus clientes, marcas, licencias de funcionamiento, posición geográfica entre otros. Todos ellos suman al momento de realizar su flujo de caja y maximizan su valor de venta, muestran escenarios reales que pueden explicarse por si solos y le van a permitir pasar un Due Diligence al momento de vender su empresa. En otras palabras, son hechos comprobables y fácilmente demostrables.
Si desea vender una empresa, evite estos errores buscando que un tercero realice la valorización de su empresa, alguien imparcial, con experiencia comprobada y que además se encargue de la venta de la empresa, porque sus Emociones Comerciales no influirán en el análisis. Tendría un enfoque más racional y justo y no estará sesgado al momento de analizar su valor.