La inercia en las empresas
En física se estudia el principio de inercia, que se explica como Todo cuerpo que no está sometido a ninguna fuerza permanecerá en reposo.
He globalizado el concepto encontrando que este principio encaja perfectamente en nuestras organizaciones y empresas, pues cuerpo es también un equipo de seres humanos que interactuan entre sí, con la tecnología adecuada, hacia una visón común. (Al menos eso se espera)
Ahora quiero exponer tres aspectos básicos de la incidencia de la inercia en las empresas de hoy:
PRIMERO: Inercia es resistencia pasiva, o no obedecer al movimiento, y de eso he encontrado bastante en mis años de empresario y entrenador de equipos empresariales, generalmente la he sentido como el apego a las prácticas acostumbradas y se muestra como desgano, desconocimiento, incapacidad y en todo caso renuencia obstaculizadora capaz de retrasar o anular en las empresas los posibles esfuerzos dinamizadores o acciones útiles requeridas para revisar de raíz sus procesos, alcanzar mejoras espectaculares, brindar más valor al cliente y demostrar amor por su empresa.
SEGUNDO: La fuerza que se requiere para vencer la inercia es proporcional a la masa del cuerpo (empresa) de lo que se deduce que a mayor masa en inercia mayor fuerza externa requerida para iniciar un movimiento deseado e influir notoriamente en los acontecimientos y resultados. ¿Y a que equivale esa masa en las empresas? Será su tamaño, antigüedad, anacronismo, desorden, inexperiencia, conformismo, incredulidad, vanagloria,… estas y otras tantas a las cuales usualmente denomino FIN (Fuerzas Internas Negativas) y las he llamado así, por varias razones, entre otras, por que están dentro de las organizaciones, son capaces de acabar con ellas y van en sentido opuesto a la fuerza externa que deseamos emplear para impulsar a la empresa hacia un salto gigantesco que le permita innovar en sus procesos y sus resultados.
¿Surge entonces la pregunta por donde empezar la dosis de un esfuerzo útil? La respuesta puede parece más simple de lo que en realidad es, usualmente sugiero empezar por aquéllos procesos que estén presentando mayor dificultad o mayor impacto ante el cliente para desalojar de ellos cada restricción Administrativa, Operativa, Logística,…
TERCERO: Un cuerpo (empresa) mantendrá su inercia hasta que una fuerza externa lo impulse a cambiar su rutina ¿Cual será esa fuerza que mueve una organización? Cliente, competencia, ganas, necesidad, estrategia, conocimiento, involucramiento, amor por el trabajo, motivación, conciencia,… tal vez estas u otras, lo importante es salir de lo conocido, vencer la inercia, moverse rápidamente, crear nuevas reglas y ganar negocios.
Aplicando estos y otros conceptos he apoyado durante los últimos años a mis clientes para que encuentren el VIGOR [1] que les permita innovar y fortalecer su potencial para superar a su competencia venciendo toda inercia y usando sus experiencias con inteligencia e imaginación para conducir la empresa hacia su meta.
Como es usual, utilizo estas líneas para sembrar inquietudes, deseando que cada lector riegue, abone y coseche sus mejores frutos; en otras palabras te invito a profundizar en estos conceptos y a identificar como puedes tu ser la fuerza externa que imprima la energía requerida para mover a tu empresa y sacarla de la inercia en la cual se encuentra, por que aún sin conocerte sé que tu empresa tiene alguna inercia y muy seguramente necesitas cambiarla y para ello cuentas también con mi apoyo.
Nota [1] del autor: VIGOR EMPRESARIAL; Fuerza activa que anima y da vida a las empresas. Producto y Marca Registrada de Consultoría y Seminarios Empresariales Ltda.
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