Apague La Luz
¡Apaga la luz! Quizás esta era una de las frases más comunes que oíamos en nuestros hogares de pequeños, y era motivo por el cual nuestros padres nos fustigaban a diario seguido por la frase, que la cuenta eléctrica está muy alta.
Hoy en día es algo que no oímos muy comúnmente o en lo absoluto, simplemente porque es una costumbre olvidada o porque ahora los padres somos nosotros y ciertamente es algo irrelevante en nuestras vidas.
Con el pasar de los años la tecnología se ha diversificado y se ha hecho cada vez más eficiente en el consumo de energía y nos hemos convertido en adictos a la misma, por lo que es más común ver ocupadas casi todas las tomas eléctricas de nuestros hogares con cargadores de celulares, laptops, tablets y cualquier otro tipo de dispositivo electrónico; razón por la cual el ver una luz o cualquier otro equipo encendido, no representa, en nuestro entender, un costo adicional significativo.
Ciertamente los desarrolladores y fabricantes de todo equipo que precisa de energía eléctrica para funcionar se han abocado, con bastante éxito según mi opinión, a la optimización del consumo, logrando cada vez más trabajar con mucho menos energía. No menos cierto es, que a la par de los avances en el consumo de energía, han venido una infinidad de innovaciones desde el punto de vista de funcionalidades y experiencia de uso que indudablemente han mejorado nuestra calidad de vida, pero que a su vez han creado una dependencia que raya en la gran mayoría de las veces en la adicción.
Como ejemplo resalto el uso del televisor. Si recordamos hace unos cuantos años, en casa había 1 o 2 televisores como máximo y se utilizaba en familia para ver nuestros programas favoritos, mas no era el centro de nuestras vidas. Hoy en día, la mayoría de los hogares, y los que no muy seguramente están reuniendo presupuesto para que sea así, cuenta con un televisor en cada uno de sus cuartos, sala y cocina principalmente. Y podría extenderme con muchos otros ejemplos.
La razón detrás de todo esto reside en el hecho de que nuestro presupuesto siempre se va a amoldar favoreciendo a nuestras necesidades y claro está, si es para pagar una necesidad como lo es el uso de infinidad de aparatos eléctricos por supuesto que está más que justificado. Además, los gobiernos se han preocupado por dar cierta cantidad de subsidios que indudablemente tienen la intención de garantizar el acceso a la energía a sectores de la población más necesitados pero que el consumidor no percibe como una oportunidad.
La realidad, es que no somos conscientes o poco nos importa todo lo que implica el consumo de energía y mucho menos el desperdicio de la misma. Detrás de esto existe toda una industria de generación eléctrica, que en su gran mayoría mantiene tecnologías que no utilizan recursos renovales y que aunque realmente han trabajado en ser cada vez más eficientes, esto no quita el hecho que de igual manera siguen siendo contaminantes y nocivas para el medio ambiente. Y somos nosotros como individuos, padres, hijos, profesionales y sobre todo como seres humanos, los principales responsables de esta actividad, ya que la producción de energía siempre será directamente proporcional a nuestra demanda o necesidad.
Por esta y muchas otras razones, debemos recordar aquella frase de nuestros padres y darle un sentido comprensible, significativo y de profundidad a nuestros hijos para acompañarla.
Mi humilde propuesta. Apaga la luz! Estamos dañando al planeta.