Tu historia personal es el motor de tu proyecto; aprende a contarla
Si eres un líder empresarial o un emprendedor sabes que, para diferenciar tu marca de todas las demás, alinear a tus colaboradores a una estrategia común o impulsar proyectos de innovación, necesitas encontrar la historia de tu empresa. Pero eso no es suficiente. Es importante que, además, aprendas a construir tu historia personal de una forma coherente,
porque si no lo haces, tus colaboradores, socios, clientes, amigos y hasta tus familiares se inventarán una historia sobre ti que muy probablemente no corresponda a la verdad y que no te guste.
Una historia personal es el arma más poderosa a tu disposición porque es el vínculo entre tu pasado y tu futuro; te convierte en el héroe de tu propia vida e invita a que otros te sigan. Tu historia define claramente tu proyecto de liderazgo, articula tu propósito personal y profesional, y se convierte en la fuerza que impulsa resultados
extraordinarios.
Sin embargo, al construir una historia personal, es importante tener claro que no es un cuento o un relato, sino que constituye tu estrategia: debe definir los aciertos y desaciertos del pasado, aclarar por qué seguir haciendo lo de siempre no es una opción y dibujar con claridad el camino a seguir hacia adelante.
Sé que los sitios que he visitado, las personas que he conocido, mis logros y mis errores me definen, pero he aprendido que mi historia personal se vuelve mucho más interesante cuando soy capaz de articular mi visión de futuro. Por eso, contar una historia personal no significa únicamente escribir unas memorias, sino integrar lo que hemos vivido con lo que queremos vivir.
Si te estás enfrentando a definir tu historia personal, debes hacerlo en tres fases.
1. Génesis
En esta etapa debes responder a preguntas como: ¿Cómo empezó mi viaje? ¿Por qué elegí un determinado camino? ¿Cuáles eran mis sueños originales? ¿Se han cumplido esos anhelos?
En esta fase es importante que recuerdes todo el viaje y, con la máxima honestidad, reconozcas si en algún momento te has extraviado del camino original, aceptes lo que has hecho bien y dónde te has equivocado.
2. Status Quo
En esta segunda etapa debes reflexionar si el momento presente está situado en la mitad de un viaje o es el final de un viaje que desencadena el comienzo del siguiente, y así responder a preguntas como: ¿Cuál es mi situación personal y profesional actual? ¿El día de hoy está conectado con el ayer? ¿Necesito un cambio? ¿Por qué?
3. La tierra prometida
Se trata de colocar tu mirada en el futuro. ¿Hacia dónde quieres ir? ¿Cuáles son los sueños que quieres cumplir? ¿Cómo se conectan los sueños de hoy con los sueños que en su momento no se cumplieron? Aquí debes tratar de visualizarte los próximos cinco o 10 años y pintar con claridad un mundo en el que quieras vivir y al que puedas invitar a las personas relevantes para ti, tanto en el ámbito personal como el profesional. Debes recordar que tus colaboradores o socios, familiares y amigos te seguirán solo si tú sabes hacia dónde vas, si tienes clara la razón de esa meta y si eres capaz de
contagiar tus pasiones a todo el mundo.
A lo largo de estas tres etapas debes buscar cuáles son tus valores, deseos y anhelos, y describir los antagonistas que se oponen a tus objetivos. Esto te va a permitir encontrar y contar una historia que inspire y motive a todo el mundo, que sirva para impulsar tus ideas y proyectos, y que se convierta en tu estrategia…