La bancarrota expone a Venezuela a perder Citgo, una ficha clave en el tablero petrolero
Entre 2004 y 2014 Venezuela disfrutó del boom petrolero más largo de su historia, pero Hugo Chávez, para ese entonces presidente de la república, disparó el gasto con tal intensidad que la lluvia de petrodólares quedó pequeña y la deuda en divisas se quintuplicó a una velocidad centelleante. Tras no crear un fondo de ahorro, malbaratar buena parte del dinero y sufrir una catastrófica caída de 70% en la producción de petróleo -el producto que provee 96 de cada 100 dólares que ingresan al país-, la bancarrota es un hecho y los acreedores amenazan con despedazar a Citgo, la filial de Pdvsa que opera en el mercado estadounidense y que es un activo estratégico para los venezolanos, porque actúa como un puente para vender petróleo en el principal mercado del planeta.
Las estadísticas oficiales registran que la deuda en dólares del Gobierno y sus empresas suma 131.000 millones de dólares, pero un estudio de la firma Torino Capital sostiene que al añadir otros compromisos, como expropiaciones a compañías extranjeras, el monto aumenta hasta 168.000 millones de dólares, una cifra descomunal para una economía que acumula cinco años en caída y que equivale a 800% del ingreso por exportaciones proyectado para este año por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello.
Sumergida en la insolvencia, la administración de Nicolás Maduro, quien ocupa actualmente la presidencia del país, ha suspendido el pago de capital e intereses por la montaña de bonos emitida en el pasado, y el monto en mora asciende a 11.900 millones de dólares, de acuerdo con el registro de la firma Síntesis Financiera.
Hasta el momento los inversionistas han demandado el pago en once tribunales de Estados Unidos, y aumenta la presión: los acreedores que en sus portafolios tengan al menos 25% del monto total del bono, pueden exigir la cláusula de aceleración, es decir, reclamar que Venezuela pague de inmediato todo lo que les debe, no solo los giros atrasados.
Además, las condiciones en que Venezuela emitió los bonos contemplan que el incumplimiento en el pago de uno de los títulos puede equipararse al incumplimiento en el pago de otros títulos, lo que amenaza con desatar una cascada de reclamos en las cortes de Nueva York y Londres…