La verdadera responsabilidad empresaria
RSE (responsabilidad social empresa) es una de las prácticas empresariales no tan antigua, pero que ha ganado protagonismo en las empresas en los últimos años. En su esencia y como las siglas lo indican, esta práctica engloba las distintas actividades de carácter social que realizan las empresas con vistas a contribuir a una mejor calidad de vida, y ayudar en aspectos críticos donde hace falta trabajo o inversión (desde la construcción o equipamiento de escuelas, la ayuda a comedores o las donaciones a hospitales o centros comunitarios). La lista es larga y las empresas de distintos tamaños u origen han abrazado estas causas con dedicación y consistencia. ¡Bienvenido el esfuerzo y la preocupación social!.
Dicho esto, el primer planteo que siempre nace es el carácter comunicacional o mediático que deben tener este tipo de acciones. ¿Son prensables? ¿Son acciones para comunicar y hacer branding? ¿O son para mantenerlas puertas adentro, bajo la filosofía no hacemos RSE para hacer marketing? Se presenta así un dilema que las empresas han resuelto en forma dispar: algunas han privilegiado el bajo perfil o a lo sumo lo han comunicado internamente; otras las han usado como un elemento más de construcción de imagen, y son consideradas y comunicadas sin límites o filtros.
Este dilema no resuelto no es lo más importante. El tema es mucho más profundo y no se refiere a las acciones satelitales de RSE que se puedan encarar. Se refiere a la esencia misma de la actividad y a la responsabilidad social del negocio principal. ¿Cuál es el verdadero espíritu de responsabilidad social de las empresas?
Surge entonces un conflicto más profundo, de difícil diagnóstico o más controvertida solución. Todos sabemos que las empresas tienen espíritu de lucro, y que sus dueños (unipersonales, socios, accionistas de empresas públicas, etc.) sin excepción buscan rentabilidad y ganar dinero con la actividad desplegada. También es cierto que esta búsqueda contribuye favorablemente a la sociedad y que ambos se ven beneficiados.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando la actividad desplegada se enfrenta con un dilema de responsabilidad social y que atente contra la posibilidad de obtención de rentabilidad? ¿Qué factor predomina? ¿El social o la rentabilidad? ¿Es viable en el mundo de hoy, encontrar ejemplos de empresas que decidan sacrificar ganancias para cumplir algún cometido social importante? ¿Dónde está la fina línea entre el interés privado y el interés social o público?
En estas preguntas está la clave de la verdadera responsabilidad social de las empresas. Las empresas realmente se ponen en conflicto cuando el interés social se contrapone con el lucro puro. Son situaciones donde la regulación o el estado no son los factores de decisión, sino que el camino a seguir surge o debe surgir desde la propia misma empresa.
En esta contraposición, es donde se muestra y transparenta la verdadera responsabilidad social de la empresa. NO en las acciones RSE, sino en el accionar empresarial donde lo social juega un rol de peso (aún pudiendo sacrificarse intereses o lucro).