La fortaleza del sector seguros se enfrenta a una lluvia de incertidumbre
Pagar por el seguro del coche solo los días que se va a usar, asegurar el coche auónomo o utilizar una pulsera que mide tu actividad física a la que tiene acceso tu aseguradora para pagar menos por el seguro de vida. Son solo unos ejemplos del momento de disrupción que afecta al sector de los seguros en todo el mundo, y también en España. Y, todo ello con una nueva regulación, llamada Solvencia II, fruto en buena medida de los excesos que se cometieron durante los años de la crisis, que obliga entre otras cosas a aumentar el capital de las compañías aseguradoras, en línea en cierto modo con los nuevos requisitos que se exigen también a los bancos.
Denis Kessler, presidente del grupo asegurador SCOR, aseguró el jueves en Madrid en el marco del 7º Encuentro del Sector Seguros organizado por el IESE y patrocinadado por EY, que «el sector se encuentra en una verdadera encrucijada porque la globalización está cambiando mucho el día a día de las empresas, que ahora trabajan en casi todo el mundo, y también los riesgos, porque no hay que perder de vista que, por ejemplo, el cambio climático y las desastrosas consecuencias que hemos visto en forma de tsunamis son un riesgo enorme para las empresas y que, por tanto, las aseguradoras tenemos que cubrir. Y, por si todo lo anterior fuera poco el aumento de la competencia en el sector ha hecho bajar los precios, con lo que la rentabilidad de las aseguradoras está ahora a la baja». Según Kessler, «a todos estos nuevos riesgos, entre los que está en lugar destacado la cibercriminalidad también, hay que sumar los antiguos, porque no han desparecido ni mucho menos».
Las aseguradoras ingresaron 63.827 millones en 2016, un 12,2% más que el año anteriorPese a la especial encrucijada por la que atraviesa la industria aseguradora el ambiente de la jornada del IESE, en la que se dieron cita los máximos representantes de casi todas las compañías, no era de pesimismo sino todo lo contrario, en el sentido de que el mundo está cambiando, y también el ecosistema en el que viven las personas y las empresas, y que por tanto no adaptarse no es una opción, al igual que ocurre con la nueva regulación, que hay que tener muy en cuenta y adaptarse a ella.
Pilar González de Frutos, presidenta de la patronal española del sector, Unespa, aseguró durante su intervención que «la nueva norma de Solvencia II, en vigor desde el 1 de enero de 2016, no puede implantarse en una aseguradora en menos de tres o cuatro años, ya que supone instalar la gestión basada en riesgos, adaptar las políticas de gobierno corporativo pasando por la aplicación de la fórmula estándar o las obligaciones mínimas de transparencia. Todo esto hace que la entidad aseguradora, cuando implanta Solvencia II, en realidad se vea sometida a una tensión de cambio muy acusada, que hace necesaria la implantación de periodos transitorios y el desarrollo de guías suficientemente flexibles».
La representante del conjunto del sector añadió que «sin duda tenemos retos por delante que son de gran importancia ya que hay dos periodos diferentes, el que está actualmente en marcha de Solvencia II y que debería finalizar en el año 2018, y el que está centrado en la revisión de la fórmula para el cálculo del capital regulatorio de solvencia, que comenzaría inmediatamente después y terminaría a finales de 2020 y dedicado fundamentalmente a la revisión de las normas desarrolladas relativos a los compromisos a largo plazo».
«Las entidades se enfrentan al reto de lograr niveles de rentabilidad sostenibles»
Manuel Martínez Pedraza, socio responsable de seguros de EY, asegura que «los principales retos y desafíos a los que se enfrenta el sector asegurador se refieren, en primer lugar, a los cambios en los comportamientos y necesidades de los asegurados en gran medida como consecuencia de la evolución demográfica. Esto obliga a las aseguradoras a adaptar sus productos y a situar al cliente, aún más si cabe, en el centro de su estrategia. Asimismo, las entidades se enfrentan al reto de lograr niveles de rentabilidad sostenibles, en una doble dimensión: por un lado, la necesidad de optimizar el rendimiento de las inversiones y, por otro lado, la necesidad de dar más eficiencia a su estructura de costes. Finalmente, el sector asegurador no escapa al reto tecnológico que exige adaptación para cubrir las expectativas de los clientes y que puede permitir también un ahorro de costes». En materia de digitalización, según Martínez Pedraza, «supone una gran oportunidad para ofrecer mejores productos y para distribuirlos de forma más ágil. También permiten dotar de mayor eficiencia a la estructura operativa de las entidades. Asimismo, en el marco digital es posible hacer un uso más extensivo y eficiente de la información tanto externa como de las bases de datos de la propia compañía para generar modelos analíticos predictivos y por segmentos de carteras que ayudarán a dar mejor servicio a los clientes».
Por su parte Ignacio Eyres, director general de Caser Seguros, aseguró que «el conjunto del sector ha salido fortalecido de la crisis y ahora está bien posicionado para sacar partido de las nuevas tendencias».
Vicente Cancio, consejero delegado del Grupo Zúrich, por su parte, aprovechó su intervención para hablar sobre el riesgo de asegurar la dependencia, «que es una cosa carísima y por tanto es muy difícil de vender en un mercado como el español que tradicionalmente no ha ahorrado para la jubilación y que continúa sin hacerlo pese a que todo el mundo sabe que las pensiones que se van a cobrar serán muy pequeñas y no darán para vivir».
El ahorro en seguros de vida fue de 177.735 millones, un 5,9% másEyries coincidió en que uno de los principales problemas que tiene la sociedad española es el envejecimiento de la población y lo que supondrá para el conjunto de la economía ya que «esas personas consumen menos, no viajan etc.. con lo que harán falta menos viviendas y, en general, disminuirán los seguros de actividad, por lo que nosotros tenemos que ser capaces de evolucionar y de desarrollar los servicios a la personas. Si los españoles no somos capaces de ahorrar para la jubilación, menos aún lo hacemos para la dependencia».
Ahorrar para la jubilación
Desde VidaCaixa su director general, Antonio Trueba, coincidió con el resto de ponentes en que «tenemos que ser capaces de sensibilizar a la sociedad de que es necesario ahorrar para la jubilación y desde las aseguradoras tenemos que aumentar los servicios relacionados con el envejecimiento, es algo así como un mercado nuevo».
Por su parte Mirenchu Villa, directora general adjunta de negocio asegurador de Grupo Mutua, explicó que «tenemos que ser innovadores ya que las nuevas generaciones, los que tienen ahora 20 años, van a tener otras demandas en materia de seguros».
«Tenemos que ser innovadors ya que las nuevas generaciones van a tener otras demandas en materia de seguros»El ambiente de la jornada subió de tono cuando se tocó el tema de las pensiones. La mayoría de los ponentes coincidió en que la solución para este problema tiene que ser individual. Trueba llegó a decir que «a la Administración ni está ni se la espera. Los políticos, sean del partido que sean, no tienen interés en afrontar este enorme problema y este tema me solivianta porque las soluciones están inventadas desde hace mucho tiempo, y sería por ejemplo sustituir un sistema de reparto por otro de capitalización, como se hace ya en muchos países».
Y muy ligado al envejecimiento están los seguros de salud que, como es lógico, tendrán que sufrir cambios también ya que si la población vive más tiempo tendrá más enfermedades y aumentarán los costes. El representante de Caser Seguros fue el que relacionó la salud con la tecnología en el sentido de que «nos da mucha información sobre los pacientes, por lo que tenemos que saber aprovecharla».
Otro de los nubarrones que planea sobre el sector es la competencia de las empresas «insurtech», que llevan ya tiempo en el mercado y son muy fuertes por ejemplo en los seguros de automóvil, con los populares comparadores de pólizas de coche donde puedes calcular el precio de tu póliza introduciendo unos mínimos datos del conductor y el vehículo.
Desde Mutua su representante aseguró que «el cliente compra donde quiere y el que existan canales nuevos es bueno para el mercado, aunque todas las empresas deberíamos tener un mismo ámbito regulatorio y no debería haber vacíos legales para los nuevos entrantes en el mercado».
Fusiones a la vista
En cuanto al número de empresas que hay en el sector, los expertos creen que se avecinarán fusiones y adquisiciones, como ocurre ya en muchas otras áreas, fruto sobre todo de la irrupción de la tecnología, que hará también que aumenten las alianzas entre empresas para no duplicar inversiones.
El representante de Zurich, por ejemplo, explicó que en su empresa hay 150 analistas de datos que se dedican a cruzar información para adaptar al máximo los productos a los cambios de los clientes. La cuestión de fondo es sacarle partido al análisis de los datos a un coste eficiente. Trueba, de VidaCaixa, lo explicó muy claramente al asegurar que «todos estamos invirtiendo mucho dinero en comprar minas pero lo que interesa es encontrar diamantes, o lo que es lo mismo, extraer valor de los datos».
Otro de los aspectos que se destacó es que el uso de la tecnología está sirviendo también para cruzar datos entre compañías y, de ese modo, poder detectar con más rapidez los fraudes ya que hay gente experta en intentar defraudar a las compañías de seguros y no sólo en las pólizas de automóvil, sino también en las de vida y accidentes.
En materia de talento el sector asegurador no podía ser menos y también está preocupado por atraer y retener talento, y especialmente joven. La mayoría de los asistentes al mencionado foro coincidió en que es el sector seguros es algo así como el hermano pequeño de la banca y en general aburrido, lo que hace que no sea muy atractivo entre las nuevas generaciones, obstáculo que intentan salvar todas las empresas ya que ahora más que nunca necesitan al creatividad que emana de estas generaciones.
La realidad es que la demanda es ahora digital ya que, por ejemplo, el 75% de las personas que quieren contratar un seguro de salud o de coche lo miran primero en la Red, por lo que desarrollar las aplicaciones adecuadas para atender esa demanda es fundamental para todas las compañías.
En cualquier caso, tormentas de ideas y desafíos al margen, el sector asegurador en España goza de buena salud ya que ingresó 63.827 millones en 2016, un 12,2% más que en ejercicio anterior.