Una revolución tecnológica a la medida de las personas
«¿El acontencimiento más importante de 1989?», preguntó durante una conferencia en la Singularity University de San Francisco ante un selecto grupo de altos ejecutivos de compañías de todos los ámbitos. «¿La caída del muro de Berlín?», contestó alguna voz de la audiencia. Paul Saffo, experto en inteligencia artificial, análisis de datos, tecnología y economía, negó entonces con la cabeza, mientras mostraba a su público un documento titulado «Gestión de la información: una propuesta». Era el primer borrador de lo que más adelante se convertiría en internet. «Esto, sin duda, ha cambiado más el mundo», aseveró Saffo. Dicen que un murmullo de asentimiento llenó entonces la sala de este centro de formación impulsado por Google y la NASA.
Hace sólo treinta años desde que la World Wide Web llegó a nuestras vidas y desde entonces, hasta la aparición de los teléfonos inteligentes, hemos ido adaptando nuestras conductas a las nuevas tecnologías que han ido surgiendo en torno a la Red. El proceso ha sido rápido, imparable, pero ahora algo está volviendo a cambiar. Las personas están comenzando a darle la vuelta a la tortilla y están adaptando la tecnología a sus propias necesidades. «La tecnología ha empoderado a las personas a lo largo de la historia, desde la imprenta hasta los teléfonos inteligentes. Sin embargo, esta vez la estamos utilizando de manera diferente. No sólo estamos incorporando la tecnología a nuestras vidas; a medida que esta se hace exponencialmente más sofisticada, estamos infundiendo humanidad a la tecnología», asegura Accenture en su informe Tecnology Vision 2017 titulado «Tecnología para las personas».
Los tiempos de aprender cómo funciona un determinado programa o el nuevo cajero de mi banco se han terminado para siempre. Ahora se trata de «diseñar tecnologías que funcionen para las personas, no a causa de ellas. Esto implica acabar con las herramientas que obligan a los clientes y a los empleados a aprender y a adaptarse a ellas», relata el documento.
Un nuevo mundo de «empresas inteligentes», que saben lo que quieren sus clientes y sus empleados, comienza a despuntar. Un mundo de posibilidades inexploradas y con el impulso de una filosofía radicalmente nueva a lo que se ha venido haciendo hasta ahora. El empoderamiento de las personas gracias a la tecnología ha generado un nuevo perfil de consumidor, que demanda productos más personalizados. Y los demanda ya. Por su parte, la democratización de la tecnología ha supuesto que todas las empresas, pequeñas o grandes, tengan acceso a herramientas con las que competir en el nuevo mundo.
Instagram tardó dos meses en tener un millón de usuarios, mientras que el PC necesito un año para sumar ese número
Los expertos coinciden en señalar a la llamada nube, el «cloud computing», como uno de los gérmenes fundamentales de esta revolución. Almacenar los datos en la nube otorga rapidez, agilidad, posibilidades de innovación y ahorro de costes. Según la Comisión Europea, la adopción generalizada del ââ¬Ëcloudââ¬â¢ podría impulsar el PIB de la Eurozona en 160 millones de euros al año y crear alrededor de 3,5 millones de empleos hasta 2020. El potencial sobre el empleo juvenil en Europa y, especialmente, en países miembros con serios problemas de desempleo, como es el caso de España, es inmenso. Al Senior Research Analyst de la consultora IDC, Juan García Morgado, no le sorprende la amplitud de las cifras. «La tecnología ha cambiado el modelo de relación entre el consumidor y la empresa. Fundamentalmente por tres motivos. El primero, la rapidez. Las empresas para ser competitivas necesitan ser más rápidas. El segundo, la llamada ââ¬Ëescalabilidad´. Ahora la capacidad de escalar de los productos debe ser muy alta. Por ejemplo, Instagram tardó dos meses en tener un millón de usuarios, mientras que el PC necesitó de un año para obtener los mismos usuarios. Y, por último, la multicanalidad, pues los productos deben poder ser consumidos por distintos canales: web, móviles, redes sociales… Y, a día de hoy, la única tecnología que permite dar respuesta a todo ello es la nube».
Sin billete de vuelta
Pese a ello, aún queda camino por recorrer. «El 90% de las compañías españolas tienen algún servicio de ‘cloud’, aunque sólo sea el correo electrónico, pero ninguna de manera integrada completamente en su ADN y funcionando a pleno rendimiento», reconoce Javier Sanz, managing director de Cloud de Accenture. Precisamente esta consultora se ha puesto a la cabeza de la revolución y su objetivo es culminar su proceso de integración total de la nube en el año 2019.
El viaje hacia la nube parece no tener billete de vuelta. Y su planificación se plantea como un paso fundamental. «La pregunta ya no es ââ¬Ëcloudââ¬â¢ sí o ââ¬Ëcloudââ¬â¢ no, sino cómo», asegura Sanz. La implicación de los consejeros delegados de las compañías resulta decisiva para que la estrategia se complete con éxito. Se trata de movilizar a toda la organización en un cambio que puede llegar a ser incluso más social que tecnológico. «Hay que diseñar una nueva forma de trabajar, cambiando los roles, no las personas», resume.
La principal barrera a esta revolución tiene que ver con la seguridad. Según Telefónica, propietario de uno de los DataCenter más importantes de Europa, «los servicios en la nube son seguros, eso sí, hay que saber usarlos de forma segura». «Ahora mismo ser un ciberdelincuente está al alcance de cualquiera. Y en la misma medida que el salto al internet de las cosas ofrece un mundo de posibilidades infinitas tanto para los usuarios como para las empresas, también lo hace en lo que tiene que ver con los riesgos», advierten desde Deloitte Alfonso Mur, socio director de Risk Advisory y Rubén Frieiro, socio de Cyber Risk.
«No se trata de dar la espalda a una revolución que es imparable. Sino de tener claros unos mínimos conceptos de ââ¬Ëhigiene digitalââ¬â¢. Igual que nunca se iría de casa dejando las llaves puestas en la puerta, no pueden tomarse a la ligera ciertas medidas de seguridad en la red», expresan. «Las empresas son cada vez más conscientes de ello. Es inevitable, por otro lado. La humanización de la tecnología hace que todo evolucione tan rápido que las puertas de entrada a nuestra privacidad se multiplican sin que nos de tiempo a ponerles cerradura», concluyen.
«La explosión de internet y las redes sociales ha inundado la Red de información que es muy valiosa y pública»
Y, una vez los datos son accesibles desde cualquier lugar, en cualquier momento y de una forma segura, el siguiente paso viene con ser capaces de analizarlos. Es lo que César Cernuda, presidente de Microsoft en Iberoamérica, definía en una entrevista con ABC como nube inteligente: «Imaginemos un sitio donde no solo se almacenan datos, sino donde además se puede acceder a ellos para analizarlos según las necesidades de mi empresa. Lo que ocurre es que actualmente los datos ya no son solo los que encontramos en las bases tradicionales. La explosión de internet y las redes sociales ha inundado la Red de información que es muy valiosa y pública, pero que no está estructurada. Por ello, tener una tecnología inteligente, que sea capaz de cruzar ambos marca la diferencia».
Datos: el petróleo del siglo XXI
Una de las empresas pioneras en este mundo del análisis de datos, la norteamericana SAS, ya ha comenzado a notar en sus cuentas el interés de las grandes corporaciones por el llamado Big Data. En los últimos cinco años, la compañía ha multiplicado por cinco sus resultados en nuestro país y las previsiones para los próximo ejercicios siguen siendo optimistas. «La mayoría de las grandes empresas se han dado cuenta de que los datos son el petróleo del siglo XXI», asegura Fernando Meco, director de Marketing Sciences y Analytics para el Sudeste de Europa. «Hace unos años, haber tomado conciencia de la importancia y sensibilidad de los datos podía ser una ventaja competitiva. Ahora, sin embargo, comienza a ser una desventaja el no tenerlo», puntualiza.
Así, hemos añadido ojos y oídos a nuestras máquinas y redes. Y les hemos pedido que observen, escuchen y manipulen el mundo por nosotros. Tecnología inteligente para empresas inteligentes que, paradójicamente, responde a las necesidades humanas como nunca antes lo había hecho. El futuro ya está aquí. Y esto sólo es el principio.
Banca: alianzas entre competidores
La banca es uno de los sectores empresariales en los que la tecnología ha irrumpido con más fuerza. Nuevos productos, servicios e incluso alianzas entre competidores que hace sólo un par de años eran impensables. Uno de los mejores ejemplos es Bizum, la solución de pago por móvil inmediata y cuenta a cuenta, que ha superado los 300.000 usuarios a principios del mes de enero.
La propuesta unió a 25 entidades financieras de nuestro país, lo que supone una cuota de mercado del 95%. Y el éxito ha sido incuestionable. La compañía salió al mercado el pasado mes de octubre y, desde entonces, los pagos realizados a través de este servicio han superado los 15 millones de euros.
El número de transacciones realizadas con Bizum superó las 338.000 y el valor medio de la transacción fue de 45 euros, cantidad que fue ascendiendo a medida que el servicio se consolidó.
La compañía que pilota Ángel Nigorra ya ha anunciado que a mediados de 2017 se lanzará la funcionalidad del pago en e-commerce, que busca aportar un valor añadido a los usuarios para que puedan pagar cómodamente, y de manera segura no sólo entre particulares, sino también a través de internet.
Cuidar el medio ambiente coninteligencia artificial
Áreas de especialización que en el pasado parecían imposible que pudieran entrar en el ámbito digital están cambiando profundamente debido al impacto de la inteligencia artificial y del análisis de ingentes cantidades de datos, lo que está teniendo implicaciones que pueden llegar a ser muy positivas para la sociedad.
En su informe sobre las tendencias tecnológicas de 2017, Accenture destaca el caso de la empresa iRobot, conocida por la creación de Roomba, el robot aspirador inteligente, que ahora está trabajando actualmente con ecologistas centrados en la conservación de los fondos marinos con el fin de fabricar un robot inteligente que patrulle los océanos para cazar y gestionar especies invasivas y proteger las poblaciones de peces nativos.
Otros sectores más desarrollados, como la agricultura de precisión, están redoblando sus esfuerzos para satisfacer la demanda de alimentos de la creciente población mundial. O iniciativas como Global Pulse, de la ONU, cuya misión es utilizar los grandes volúmenes de datos con seguridad y responsabilidad para un bien público y pretende con ellos acelerar el desarrollo y la adopción del análisis de datos para una acción humanitaria mucho más eficaz.
Alimentación:llegan las cervezas inteligentes
La llamada humanización de la tecnología se está convirtiendo en una fructífera estrategia empresarial. La empresa londinense IntelligentX Brewing Company ha desarrollado un sistema de inteligencia artificial para recopitar e incorporar continuamente el «feedback» de los clientes, que el propio sistema utiliza para elaborar nuevas versiones de las cervezas de la empresa.
Según explicó recientemente Rob McInerney, cofundador de IntelligentX, «nuestro sistema de inteligencia artificial puede mantener una conversación con todos nuestros clientes, lo cual nos ofrece la información necesaria para que nuestra cerveza evolucione. Puedes hablar con el algoritmo allí donde te estés tomando la cerveza».
En opinión de Hew Leith, cofundador de la fábrica de esta cerveza, las posibilidades son inmensas: «Los gustos de los consumidores cambian ahora con más rapidez que nunca y la inteligencia artificial nos da la posibilidad de responder. Hasta el momento, nadie en el mundo ha utilizando este tipo de algoritmos para la mejora de los bienes de consumo más habitual. Si tenemos éxito en este proceso, buscaremos cómo emplearlo en otras categorías de productos. El chocolate o los perfumes, por ejemplo».
Salud:el poder de la anticipación gracias al Big Data
El impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito de la salud también es inmenso. Los pacientes pueden ahora configurarse recordatorios personalizados para tomar la medicación desde sus «smartwachs», gestionar sus citas con los médicos sin necesidad de esperar largas colas, acceder a la asistencia por videoconferencia de los especialistas desde el sillón de su propia casa…
Pero las posibilidades no sólo se están desarrollando desde el punto de vista de la mejora de la comodidad para el paciente. La atención preventiva es uno de los campos que mayores esperanzas está generando. Por ejemplo, IBM está colaborando con Apple, Johnson & Johnson y Medtronic en la creación de nuevas soluciones médicas para aprovechar la información recogida por dispositivos médicos, de salud y bienestar personal.
Gracias a su análisis se espera lograr un mayor conocimiento de muchas enfermedades y respuestas en tiempo real, incluso en pacientes crónicos y cuidados intensivos. La unidad ofrece una plataforma de ââ¬Ëcloudââ¬â¢ abierta y segura para médicos, investigadores, compañías aseguradoras y compañías orientadas a soluciones de salud y bienestar que permite anonimizar, compartir y combinar los datos referentes a la salud.
Inditex, pionera en anticiparse a la demanda tecnológicamente
Inditex tiene muchas peculiaridades y una de ellas es que todos los empleados de las tiendas de Zara tienen un iPod Touch en la muñeca que les conecta en tiempo real con la central, que detecta inmediatamente sus ventas y, por tanto, las nuevas necesidades que tendrán sus almacenes. La tecnología, que se llama RFID, está basada en la radiofrecuencia y físicamente está situada dentro de la alarma antirobo y permite por ejemplo escanear en solo unos segundos pedidos y cajas llenas de prendas de varios metros cúbicos.
Esta tecnología de radiofrecuencia también ha cambiado por completo la colocación de las prendas ya que el chip del RFID emite una orden inmediata al almacén cada vez que se vende una prenda para que se reponga.
En 2014, Zara adquirió 500 millones de chips RFID, uno de cada seis de los que se espera utilicen los fabricantes de ropa en todo el mundo, según la firma de investigación IDTechEx. Otras grandes cadenas como Walmart o JC Penney han intentado la aplicación de esta tecnología pero sin mucho éxito. Inditex es de momento el mayor retailer que ha logrado su aplicación masiva y, además, se pueden reciclar.
De momento Inditex ha instalado el RFID en las tiendas de Zara en España pero el objetivo es llevarlo al resto del grupo. La multinacional está apostando fuerte por la tecnología y en cuatro años han desembolsado en este y otros proyectos tecnológicos 1.000 millones de euros. De cara al consumidor, se produce una mejora sustancial en su experiencia de compra ya que con el Ipod, de manera instantánea, los empleados pueden consultar si la prenda y la talla que desea el cliente se encuentra en el almacén o en otra de las tiendas y también permite hacer una búsqueda en su tienda online. Inditex, que fabrica al año 1.000 millones de prendas de 50.000 referencias, se ha marcado el objetivo de controlar dónde está cada una de ellas en todo momento para optimizar su complejo proceso de venta
El primer gran centro de datos de Europa está en España
Aunque a las empresas españolas aún les queda camino que recorrer en su viaje al ââ¬Ëcloudââ¬â¢, lo cierto es que las herramientas sí que están disponibles. El Datacenter que Telefónica tiene en Alcalá de Henares es uno de los mejores que actualmente existen en Europa, ya que alberga los servicios digitales más avanzados. «Ese es el corazón de nuestra nube y es donde se instalan todas las plataformas usadas para los servicios Cloud. Su posición privilegiada en todas las redes de comunicaciones, seguridad, disponibilidad, y sobre todo su situación en España hacen que dispongamos de la mejor base sobre la que construir los servicios Cloud para los diferentes segmentos de clientes», aseguran desde Telefónica. Cuenta además con la certificación TIER IV Gold, el único en España para uso no privativo con esta certificación. «La seguridad es una preocupación fundamental», concluyen desde la operadora que preside José María Álvarez-Pallete…