Una decena de grandes fortunas españolas apuestan 400 millones a la recuperación de la Bolsa
Toda crisis es una oportunidad. Además de un manoseado proverbio, este mantra ha sido el lema que han seguido una decena de fortunas españolas para abordar la debacle bursátil del último mes. Desde el pasado 9 de marzo, cuando las Bolsas de todo el mundo comenzaron a caer a plomo por el parón económico que ha provocado la expansión del coronavirus, el Ibex se deja un XX%. Y esas diez familias de rancio abolengo han invertido en renta variable unos 400 millones de euros, de acuerdo a los precios del cierre del jueves.
En unos casos, se trata de empresarios que ya son los accionistas de referencia de sus empresas. Y, al comprar más acciones, pretenden mandar un mensaje de seguridad y confianza al mercado.
Este es el caso, por ejemplo, de los hermanos Francisco y Jon Riberas. Ya en los primeros días en que los mercados financieros de todo el mundo dieron señales de colapso los Riberas quisieron mandar una señal al mercado con la toma de participaciones en Gestamp y Dominion, dos de las empresas industriales que forman parte de su holding familiar, Acek. En la primera, la joya de la corona de la familia, han adquirido en mercado unos 11 millones de acciones para controlar el 71,78% de la firma. En Dominion se han reforzado hasta el 13,13% del capital. Una estrategia similar ha seguido el propio Francisco Riberas en las compañías donde, sin ser accionista de referencia, forma parte del consejo. Por ejemplo, en Telefónica ha comprado 100.000 títulos.
Otra de las grandes familias del Ibex ha seguido una estrategia similar. Los Grifols ha adquirido 176.000 títulos del gigante español del plasma por unos cinco millones de euros. La relevancia de este movimiento deriva de que es la primera vez desde 2016 que la familia compra títulos en mercado. En este caso a través de la sociedad Deria, con el 8,9% del capital de la compañía.
Ladrillo
Pero en otras ocasiones son meras inversiones. Es decir, utilizan su cómodo colchón financiero para buscar oportunidades en el mercado e invertir en empresas a las que las caídas bursátiles hayan castigado hasta dejarlas muy por debajo de su valor. Y así, cuando llegue la recuperación, estar bien posicionados para recoger enormes beneficios.
Este es el caso del empresario del juego Manuel Lao, el nombre que ha emergido con más fuerza en las últimas semanas. Lao vendió en 2018 la compañía que fundó, Cirsa, a Blackstone por 2.200 millones. Descontados los 950 millones de deuda, dispone de 1.250 millones para invertir a placer. Y ha disparado al sector inmobiliario.
Lao apareció en los registros de la CNMV como accionista individual de Merlin por primera vez el pasado 24 de marzo, con un 5%. Seis días después elevó este porcentaje hasta el 6,27%. Un paquete valorado en casi 250 millones de euros. Solo esta operación es más de la mitad de todo lo invertido por todas las grandes fortunas en las últimas semanas.
Este empresario apuesta así no solo por la mayor socimi española, sino que también se sitúa en la mayor operación urbanística puesta en marcha actualmente en Europa, la Operación Chamartín. Hace escasos meses Merlin adquirió una parte de los títulos de la constructora San José en Distrito Castellana Norte, la sociedad que lo explota, tras negociar sin éxito la toma de la parte de su mayor accionista, BBVA.
Lao no ha sido el único gran empresario en optar por el ladrillo en pleno Apocalipsis. El multimillonario mexicano Carlos Slim ha hecho lo propio con Metrovacesa. A través de su sociedad Inversora de Carso –con la que controla otra compañía del sector, Realia, así como FCC– afloró un mes antes del desplome bursátil un 3% del capital de la promotora controlada por Santander y BBVA. El pasado 9 de marzo, una de las jornadas más aciagas del Ibex en su historia, se reforzó hasta el 5,49%