Precios de la comida rápida superan avance de la inflación
El grupo de restaurantes y hoteles, en el que se encuentran estos establecimientos, registra el mayor aumento (4,8%) sobre la inflación de enero
Por gusto, apuro o economía, la comida rápida ha sido una opción; sin embargo, a la hora de escoger dónde comer, el último factor ya no cuenta. Los precios en los establecimientos de la llamada junk food en Estados Unidos, donde un combo sencillo está en el orden de $4, en Venezuela puede llegar hasta $20 a cambio oficial y a $10 a tasa Sicad . En los últimos siete meses se registra un incremento promedio de 35%.De acuerdo con el tradicional índice Big Mac que elabora el semanario británico The Economist, en julio de 2013 una hamburguesa big mac, la más sencilla de la cadena Mc Donaldââ¬â¢s, costaba en Venezuela Bs. 45 y hoy se ubica en Bs. 69. Vale recordar que a mitad de enero, en el marco de las inspecciones para fijar «precios justos» como parte de la lucha contra la llamada «guerra económica», el Gobierno ordenó bajar 7,5% el precio al Big Mac, quedando en Bs. 69 en los 139 Mc Donaldââ¬â¢s que hay en el país, mientras que las papas fritas y el refresco debieron sufrir una rebaja de 10%. Sin embargo, este no es el único combo ni el único negocio de comida rápida. En el resto, los precios suben sin freno al ritmo de la inflación y las devaluaciones. En un recorrido realizado por El Mundo, Economía & Negocios se pudo observar una variación en los precios que ronda los Bs. 24, en relación con el mes de julio del año pasado. Las cifras de inflación del mes de enero, divulgadas por el Banco Central de Venezuela (BCV), confirman la situación, una vez que el grupo de restaurantes y hoteles, en el que se encuentran los establecimientos de comida rápida, registra el incremento de precios más alto, al trepar a 4,8%, cuando la inflación global se ubica en 3,3%.La inflación en este grupo ha sufrido altibajos en los últimos siete meses. En julio del año pasado se ubicaba en 3,3%, registrando incrementos paulatinos todos los meses hasta llegar a 6,2% en octubre. En diciembre logró bajar a 3,9% pero en enero repunta nuevamente para trepar a 4,8%.Según las listas de precios publicadas en cada uno de los comercio visitados, comer en la mayoría de ellos no baja de Bs. 100, dependiendo del menú que se elija. Si bien la hamburguesa big mac de Mc Donaldââ¬â¢s está regulada en Bs. 69, este precio aplica solo para la hamburguesa, ya que el combo con papas fritas y refresco cuesta Bs. 157.El big mac es el combo más sencillo. Si lo que se busca es algo más que una «bala fría», los combos más grandes rondan los Bs. 200. Para los más pequeños tampoco resulta económico comer la llamada cajita feliz, pues oscila entre Bs. 92 y Bs. 105, dependiendo de la hamburguesa o si se trata de nuggets de pollo.Otro establecimiento de comida rápida que se había considerado de bajo costo es Wendyââ¬â¢s. El tradicional lunch «de la muñequita de moñitos», que incluye una hamburguesa pequeña con papas fritas y refresco, ya cuesta Bs. 99, pero si estima que seguramente no logrará saciar el hambre y prefiere un combo más grande, deberá extender el presupuesto. La hamburguesa big clasic sencilla sale en Bs. 155, si la quiere con doble carne le costará Bs. 189 y si es un poco más glotón y prefiere una hamburguesa triple, el costo de esta es de Bs. 210.En KFC también sale en Bs. 99 la combinación más económica. Se trata del combo criollo, que consta de dos piezas de pollo, arepitas y refresco; le sigue el combo pabellón en Bs. 109. Pero si desea algo más que un pasapalo será mejor optar por un combo súper de dos piezas en Bs. 115, de tres piezas en Bs. 155 y de cuatro piezas en Bs. 185.Para quienes buscan una opción con menos grasas, Subway puede satisfacer la necesidad, aunque los precios siguen siendo altos. Un sandwich de 15 centímetros oscila entre Bs. 82 y Bs. 97, mientras que el de 30 centímetros va de Bs. 169 a Bs. 198, según los ingredientes principales.La franquicia nacional Arturoââ¬â¢s ofrece como plato más barato el Súper de dos piezas de pollo en Bs. 130, mientras que el Súper de cuatro piezas de pollo asciende a Bs. 190. El chamo pack para niños cuesta entre Bs. 108 y Bs. 115.Y si de comer pizza se trata, en Papa Johns se encuentra el combo de pizza individual con refresco en Bs. 125.Tomando en cuenta que una combinación con papas fritas y refresco tiene un precio promedio de Bs. 150, de acuerdo con el trabajo de campo realizado por este rotativo, una persona que opte por esta opción para almorzar todos los días debe sacar cuentas y percatarse que gastará Bs. 750 semanal, es decir, Bs. 3.000 mensual. En este escenario, se podría afirmar que comer en establecimientos de comida rápida equivale casi a gastar un sueldo mínimo, el cual se ubica en Bs. 3.270, según el último aumento decretado en enero del presente año. En estas circunstancias, para una persona que devengue sueldo mínimo visitar uno de estos restaurantes, al menos una vez al mes, resulta un lujo. Comer rápidoLa economía ya no es un factor a tomar en cuenta a la hora de escoger uno de estos lugares para comer. Darse un gusto o ganar tiempo quizás son las razones por las que no dejan de estar llenos esos establecimientos, aunque ya es bien sabido que no es precisamente la comida más sana. «Yo vengo a comer a Mc Donaldââ¬â¢s porque me doy un gustico de vez en cuando y por lo rápido que es comer aquí. Uno entra y come en unos 15 minutos, pero en cuanto a los precios, ya no es tan barato como antes. Yo pido últimamente el CBO, que es el nuevo producto, y me ha gustado, es bueno aunque yo sé que no es lo más sano», señaló Andrea Manrique.Para Ana Mogollón comer en una franquicia de comida rápida se ha convertido en una necesidad, ya que es lo que más abunda en Los Ruices, donde trabaja, y llevar almuerzo preparado en casa es una opción que le quita tiempo valioso que prefiere compartir con su hijo. «Aquí hay variedad, pero los precios han aumentado en los últimos meses. Yo sé que ninguna comida rápida es sana, pero cuando uno no puede traer comida de casa, a veces suele ser una de las opciones más accesibles», dijo mientras salía del Arturoââ¬â¢s de Los Ruíces con su bebé.Ligia Sánchez también se marchaba de Arturoââ¬â¢s y se mostraba descontenta con la relación calidad/precio con la que se encontró en este restaurante. «La comida es mala, ha desmejorado mucho y está carísimo todo. Desde hace como ocho meses he visto que ha aumentado muchísimo aquí al igual que en Mc Donaldââ¬â¢s».Se adaptan a la leyCuando de fijación de precios se trata no se puede pasar por alto la ración promulgada Ley Orgánica de Precios Justos, que fija en 30% el límite máximo de la ganancia para todas las actividades comerciales. Abel Calvo, director ejecutivo de Profranquicias, indicó que los establecimientos de comida rápida están en proceso de adaptación de la estructura de costos para cumplir con la ley. Destacó que ha habido fiscalizaciones a los locales pero en esta nueva jornada no han tenido reportes de los agremiados, más allá de la regulación de la hamburguesa big mac de Mc Donaldââ¬â¢s, a propósito de la amenaza del presidente Nicolás Maduro de expropiar las empresas que no estén cumpliendo con la norma.Las ferias de comida son los lugares donde suelen aglutinarse las franquicias de comida rápida. Claudia Itriago, directora ejecutiva de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo), señaló que diariamente los 172 centros comerciales afiliados en todo el país reciben un promedio de más de dos millones de visitantes y, entre las tres áreas más visitadas se encuentran siempre las ferias de comida, junto con los cines y áreas de diversión.En Venezuela, los locales de comida rápida llegaron hace más de 20 de años y desde entonces han influido en los patrones de consumo en el país. En 1949, los hermanos Richard y Maurice McDonald abrieron el primer local de McDonaldââ¬â¢s del mundo. Hoy, se estima que existen más de 31.000 restaurantes en los que se atienden diariamente más de 58 millones de clientes. En Venezuela, Mc Donaldââ¬â¢s llegó en 1985 y hoy tiene 139. Para quienes trabajan en la calle la comida rápida es una opción que ayuda en la logística, porque se adapta al estilo de vida ajetreada que impera en las grandes ciudades y, para muchos termina siendo más valioso el tiempo que el dinero . La calidad de la comida rápida forma parte de otra historia.