¿Por qué las mujeres no suben a la Alta Dirección?

¿Te has preguntado por qué el mundo de la alta dirección está lleno de hombres y las mujeres reciben menos oportunidades para ingresar y desarrollarse en puestos clave?

El reporte Mujeres Directivas 2019, realizado por Grant Thornton, sostiene que las mujeres que asumen un cargo directivo aportan mejores resultados a las compañías, pues el desempeño en temas de innovación e ingresos aumenta de manera considerable cuando los puestos directivos son ocupados por ellas.

Sin embargo, podemos decir que existe una escasez de liderazgo femenino, ya que, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, las mujeres representan solamente el 5% de los CEO (directores ejecutivos) y 11% de los CFO (directores de finanzas).

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¿A qué se debe esta brecha de género? Uno de los principales obstáculos en el desarrollo profesional de las mujeres es el llamado “techo de cristal”, que son esas políticas no escritas que forman parte de la cultura de la empresa, impuestas por la sociedad machista y que se reflejan en estilos de dirección rígidos, largas jornadas laborales, juntas a última hora de la tarde, ambiente competitivo, discriminación salarial y falta de políticas que faciliten el balance entre el trabajo y la familia.

Además del techo de cristal, existen barreras en el interior de la mujer que llamamos “techo de cemento” que nada ni nadie puede romper, porque se lo ha autoimpuesto ella misma por elección personal; por ejemplo, rechazar una promoción a puestos directivos más exigentes o el sentimiento de culpa que algunas mujeres experimentan, cuando dedican muchas horas al trabajo y conviven poco tiempo con su familia o con sus hijos…