Plan financiero: cuándo y cómo revisarlo
No hace falta decir que un plan financiero no debería considerarse como algo estático. Por eso, conviene revisar este tipo de documentos a lo largo del tiempo y de forma regular. De esta forma, los responsables del negocio se pueden asegurar de que se mantiene en el camino hacia sus objetivos. También es preciso adaptar los planes financieros a medida que cambien las circunstancias.
¿Cuándo debe revisarse un plan financiero?
El momento en que conviene más revisar un plan financiero depende de las circunstancias de cada empresa, pero debe ser:
Al menos una vez al año.
Y cada vez que ocurra algo importante en la situación financiera e l empresa o el entorno.
Basta con pensar en la evolución de las cuentas de la empresa durante los últimos 5 a 10 años. Es probable que hayan cambiado significativamente durante ese tiempo. Los ingresos serán diferentes, al igual que sus gastos.
Probablemente se hayan desarrollado diferentes intereses y la situación de la industria podría haber cambiado. Quizás podrían haberse producido cambios más fundamentales, como una actitud cambiante hacia el riesgo, a medida que se comprende más sobre la inversión y la planificación financiera.
La clave aquí es que, a medida que cambian las circunstancias, también debería cambiar el plan financiero.
¿Qué considerar en la revisión del plan financiero?
La revisión del plan financiero implica tener que pasar por todo el proceso de creación de este documento nuevamente. El planteamiento es similar cada vez, y, por eso, hay que evaluar cómo han cambiado estas áreas:
Metas y objetivos de negocio. Estos pueden haber cambiado, o puede haberse incluido nuevos, a medida que se han ido alcanzando las anteriores.
Es posible que haya descubierto que algunas suposiciones anteriores no eran realistas o que. Por el contrario, resultaban demasiado pesimistas. Esto es vital para ser lo más correcto posible, ya que las suposiciones que están equivocadas pueden tener una influencia significativa en los resultados del plan financiero. No hay que alarmarse, pero sí aceptar que casi todas las suposiciones estarán equivocadas, ya que es muy difícil predecir el futuro, y pocas de ellas pueden ser estáticas.
Esto cambiará, preferiblemente a mejor a medida que el negocio se vuelva más valioso y sus activos crezcan.
Nuevas fuentes de ingresos pueden suponer tener que asumir gastos diferentes, quizás también mayores.
Activos. Es conveniente actualizar la relación de activos a medida que los valores fluctúen y se adquieran otros nuevos.
Pasivo. Todo negocio debe mantenerse al tanto de los cambios y controlar esta área para que no queden cabos sueltos.
Planificación de flujo de caja. Revisar los cambios anteriores en el plan financiero ayudará a ver cómo las cosas cambian e impactan en la capacidad del negocio para alcanzar sus objetivos.
Planificación de emergencias. Es posible que se considere que se dispone de suficiente para hacer frente a una emergencia, pero esto debe verificarse para asegurarse de que el plan financiero refleja la situación actual.
Además de estos aspectos, es muy interesante tratar de mejorar la capacidad de ahorro del negocio. Para hacerlo, habría que volver a evaluar el plan para el crecimiento de los activos, determinando la tolerancia al riesgo. A continuación, sería preciso volver a equilibrar los activos, ya que algunos habrán crecido en valor más rápido que otros. El último paso es investigar y llevar a cabo un seguimiento del rendimiento de esos activos para determinar si cumplen con las expectativas.