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Los 7 estilos de liderazgo más frecuentes en las empresas

En este artículo reconocerás siete de los estilos de liderazgo más frecuentes que se encuentran activos en el mundo de hoy, sus diferencias, pros y contras.

Andrew Martin (pixabay)
¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando piensas en un líder? Generalmente vienen a la memoria personas que han transformado realidades, “hombros de gigantes” sobre los que se apoyan los cambios trascendentales de la sociedad, y aquellas personas con una gran dosis de autodeterminación, motivación, muy buena comunicación y empatía para saber guiar a las personas, y fortaleza de espíritu para superar los desafíos.

Sin embargo, no siempre es así. Hay distintos tipos de líderes que se encuentran en todo tipo de organizaciones: desde un negocio familiar hasta una gigantesca empresa multinacional que opera en todo el mundo.

Recordemos que un líder genuino es aquel que es respetado por los demás por ser el ejemplo, guía, marcar el camino y ayudar a mejorar permanentemente. Desde esta perspectiva, no hace falta tener un cargo o estar en lo más alto en el organigrama, sino que desde cualquier posición es posible practicar el liderazgo cotidianamente.

7 estilos con muchas diferencias
En este artículo reconocerás siete de los estilos de liderazgo más frecuentes que se encuentran activos en el mundo de hoy, sus diferencias, pros y contras. Y tú, ¿en cuál te sitúas?

1. Liderazgo burocrático
La vida laboral según un manual de procedimientos. Son personas poco creativas y que les encanta abrumar con tareas, procesos y seguimiento a todos. Su lema es la precisión. Tiene su aspecto positivo cuando se trata de un área donde hay que ser muy meticuloso con el tipo de información que se maneja, aunque hacen agua si se los pone frente a un desafío creativo o de innovación.

2. Liderazgo autocrático
Cuando el jefe es el que manda y la única voz que suena. Las opiniones de los empleados son mala palabra, y esto hace que muchas personas deserten de los trabajos con este tipo de conducción. Es sumamente habitual principalmente en negocios pequeños, empresas familiares y en personas inseguras con poder. En lo constructivo, por ejemplo, un autocrático puede hacer que las cosas funcionen cuando se trabaja con equipos heterogéneos y sin formación, que necesitan mucho rigor y que les den indicaciones y órdenes permanentemente.

3. Liderazgo democrático (participativo)
Escuchar, participar, estimular. Este estilo se caracteriza por incentivar que el equipo contribuya con ideas y el desarrollo de habilidades. Es muy útil para estimular a las nuevas generaciones y crear un buen clima; es motivador y las personas están dispuestas a asumir desafíos. Forma la base de lo que conocemos como team work (trabajo en equipo). Lo negativo es que a la hora de decidir lo hace el líder casi en forma exclusiva; si bien lo positivo en esto es que usualmente toma en cuenta lo aportado por los empleados.

4. Liderazgo de tipo carismático
La persona que encabeza marca la diferencia. Esta forma inspira entusiasmo, cierta admiración y una alta dosis de energía, que viene acompañada con tomas de decisiones rápidas basadas en su intuición o impulso. En lo positivo, enciende a las personas conduciéndolas permanentemente con su energía y velocidad de ejecución. Un punto para observar es si el líder confía más en él que en el equipo, por lo que, por más carisma que tenga, puede opacar (y así, apagar) a los demás. Otra contra es que se basa demasiado en la personalidad del directivo, por lo que es difícil continuar con ese espíritu si abandona el trabajo.

5. Liderazgo transaccional
Yo te doy, tú me das. Se basa en la obediencia y en la recompensa. El líder es poco asertivo y se basa más en su emocionalidad que en la razón al otorgar tareas, premios y castigos. Hay millones de empresas y negocios con directivos así, encerrados en su forma de gerenciamiento (más que de liderazgo), por lo que las personas tienden a sentir miedo; o bien, se quedan soportando por comodidad o beneficios.

6. Liderazgo natural
Agentes de cambio en estado puro. Este prototipo refiere a aquellas personas que, si bien no tienen un cargo directivo formal, van ocupando lugares en base a sus habilidades interpersonales y la excelencia profesional. Se apoya en valores importantes para las personas y la empresa, por lo que implica que el propósito está presente en la toma de decisiones y las actividades diarias. Suele ser conciliador, buscar alternativas y ayudar a los demás. La contra es que, en la diversidad de estilos de puede ser avasallado por sus competidores en caso de no entregar su parte enfática para dirimir posiciones.

7. Liderazgo transformacional o consciente
La forma más estimulante de liderar personas. La inspiración es el concepto rector. Enseña, transmite, aconseja, se transforma en mentor por momentos, y da libertad a las personas para llevar adelante los objetivos. Es receptivo al feedback y genera empatía por su cercanía y componente afectivo. Tiene muy desarrollada la inteligencia emocional y aplica la innovación emocional en equilibrio para lograr lo mejor de cada persona, y de sí mismo.

La única contra es si, a veces, vive un poco pendiente de cómo están los demás, lo que lo distrae de cumplir sus objetivos prioritarios.



  • Ver original en EmprendedoresNews
  • Publicado el viernes mayo 17, 2019


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