La idea como oportunidad de negocio
Nadie discute que el emprendimiento es fuente de riqueza, empleo, innovación y desarrollo económico para los países. América Latina, según el estudio GEM 2008 (Global Entrepreneurship Monitor), es la región más emprendedora del mundo, con países que cuentan con un porcentaje de su población económicamente activa involucrada en nuevos emprendimientos que va desde el 12% en el caso de Uruguay o Brasil, hasta el 25% o más en el caso de Bolivia y Perú. Aún cuando este nivel es destacable si se compara con el de economías desarrolladas como Japón (5,4%), Korea (10%), Alemania (3,8%), Finlandia (7,3%) o USA (10,8%), nuestro principal problema a la hora de emprender, está en la baja calidad de los emprendimientos, producto principalmente, de la baja capacidad emprendedora.
Esta capacidad se refiere a las competencias para manejar eficiente y eficazmente el ciclo de vida completo de una nueva empresa, desde identificar una oportunidad de negocio real hasta manejar su crecimiento. En este sentido es fundamental que los emprendedores cuenten con información y herramientas que les permitan desenvolverse y manejar cada fase del desarrollo del negocio. Aquí el rol de las fuentes de educación y difusión de la cultura en emprendimiento es vital.
Pero no se trata de entregar educación sólo al emprendedor. Todos los actores que participan de una u otra manera en la cadena de desarrollo de nuevos negocios deben recibir educación focalizada: profesores e investigadores, estudiantes, inversionistas, instituciones estatales, Pymes y grandes empresas.
Tal vez, uno de los aspectos esenciales en la educación y el fomento de la cultura emprendedora es la identificación de una oportunidad de negocio, el paso inicial del ciclo emprendedor. Lo primero, entonces, es aclarar conceptos: cuando una idea se convierte en una oportunidad de negocio.
Las ideas son el principio de todo negocio pero a la vez son inertes, sin valor por sí solas. Son soluciones preliminares a una necesidad identificada. Las ideas se transforman en oportunidades de mercado cuando son âsoluciones a necesidades que entregan valor real para clientes existentes o potenciales, los cuales tienen disposición a pagoâ. Así, por ejemplo, para nadie es un misterio que actualmente las alternativas energéticas como los biocombustibles o soluciones eólicas, aparecen como interesantes oportunidades de mercado.
Sin embargo, aún falta para llegar a una oportunidad de negocio. Cuando una oportunidad de mercado es âapropiableâ por un equipo emprendedor u organización a través de ciertas ventajas competitivas y de un modelo de negocios que genere margen y flujos de caja atractivos, estamos frente a una real oportunidad de negocio. Son justamente estas oportunidades las que deben impulsarse hacia el mercado…