La economía de guerra y el problema catalán
El desarrollo de los acontecimientos del problema catalán nos tiene atónitos (que no sorprendidos) a propios y más propios (aquí pocos ajenos hay). Nuestras pantallas televisivas se hayan secuestradas por unos personajes que aparecen hasta cuando las apagamos, y para hacer un alarde contínuo del empecinamiento más kamikaze, especialmente cuando desde estas líneas llevamos meses, sino años, advirtiendo de que la independencia catalana es literalmente un suicidio económico.
Sobre el problema catalán se cierne una amenaza cierta y (muy) funesta, y la voz de la experiencia nos dice a gritos desde otros países que podemos acabar de la peor de las formas posibles. Hoy analizamos para ustedes este asunto, con toda la gama de grises que nuestros ojos son capaces de percibir, aunque inevitablemente algún tono se nos quedará fuera, y esperamos que ustedes nos ayuden con sus contribuciones, pues es un tema en el que es fundamental un diálogo en el que todos tenemos la responsabilidad de participar dado que en Cataluña son las calles las que están que arden.
Las decisiones democráticas como el Brexit también pueden llevar a un desastre económico
Hay casos recientes que apuntan a situaciones con consecuencias económicamente igual de catastróficas, como por ejemplo el Brexit. A pesar de que el Brexit fue una decisión totalmente democrática y con las garantías de un referéndum legal, ello no quita que fuese una decisión muy democrática, pero realmente desastrosa. De hecho, como pueden leer en diversas noticias, los indicadores económicos británicos se han dado la vuelta, y aunque no se han despeñado todavía, lo cierto es que un servidor siempre predijo que las consecuencias del Brexit más dramáticas eran a largo plazo…