La desigualdad cotiza al alza, pero no tanto como nos venden
Desde que la refundación del capitalismo irrupiese en la primera línea de la alta política, no son pocos los que han empezado a interesarse con cierta preocupación por las causas y las consecuencias últimas de esa desigualdad que siempre había sido ya un tema recurrente en nuestros análisis. Parte de esa preocupación viene auspiciada porque los occidentales asistimos atónitos a cómo nuestras socioeconomías están siendo dinamitadas desde dentro, motivo por el que resulta ya ineludible ponerse a intentar buscar una solución con muchas calles ya inflamadas.
Y como parte de la siempre constructiva contribución de estas líneas al debate, debemos matizar hoy que, efectivamente, y como venimos divulgando desde hace tiempo, hay una brecha de desigualdad abierta en nuestras socioeconomías, pero no es menos cierto que puede no ser tan abismal como algunos sectores intentan vendernos sesgadamente, tratando de echar así gasolina al fuego del emergente descontento popular y las llamaradas de sus algaradas callejeras…