Grupo Hormiga, el gigante chino busca cambiar las finanzas en el mundo
Tiene nombre de insecto, pero su tamaño es el de un coloso.
Es el Grupo Hormiga, que, con más de 1,000 millones de usuarios activos en su plataforma Alipay y un valor de mercado estimado en $316,000 millones de dólares, se ha convertido en el mayor conglomerado empresarial de finanzas y comercio digital de China.
Fundado en 2004, el Grupo Hormiga ha alcanzado en estos años una cotización estimada a la de JP Morgan, el banco más grande del mundo.
Esta hormiga gigante parece lejos de querer detenerse y en las próximas semanas llevará a cabo la que, previsiblemente, será la mayor salida a bolsa de la historia.
El Grupo Hormiga ya revolucionó el uso del dinero y las transacciones en China, convirtiéndose en el primer medio de pago digital en un país tradicionalmente apegado al uso del efectivo, y muchos analistas creen que con su enorme oferta de acciones busca dar el primer paso hacia su expansión internacional.
Cómo empezó todo
Ahora más de 80 millones de proveedores ofrecen sus productos a través de alguno de los servicios del grupo, pero los pilares de ese éxito se asentaron años atrás.
El empresario Jack Ma había creado Alibaba, una plataforma de comercio digital, pero se encontraba con el problema de la falta de medios y garantías de pago en un país en el que muy pocos tenían acceso a tarjetas de crédito y muchos comerciantes no estaban dispuestos a enviar sus productos al comprador si este no pagaba por adelantado.
Entonces Ma creó Alipay, el embrión del Grupo Hormiga, un servicio de fideicomiso digital que retenía el precio del artículo adquirido hasta que llegaba al domicilio del comprador y después lo entregaba al vendedor.
Jack Ma es el fundador del grupo Alibaba y uno de los hombres más ricos de China.
“Alipay solucionó los problemas de lo poco desarrollados que estaban los servicios financieros en China”, le dijo a BBC Mundo Martin Chorzempa, investigador del Instituto Peterson de Economía Internacional.
“El comercio electrónico era difícil al principio porque poca gente tenía tarjetas de crédito. La mayoría de bancos eran propiedad del Estado y se centraban más en prestar servicios a otras empresas estatales que a los consumidores particulares”.
Esto hacía que muchos pequeños ahorradores no tuvieran acceso al crédito ni a productos de financiación.
Ma declaró en 2008: “Si los bancos no cambian, cambiaremos a los bancos“.
Es lo que su Grupo Hormiga parece haber conseguido en estos años.
Con el tiempo, sus servicios se fueron diversificando y hoy vende millones de créditos a través de su plataforma. El usuario recibe la respuesta a su solicitud en pocos minutos en su teléfono inteligente.
Hormiga le cobra a quienes solicitan el crédito un interés más bajo del que ofrecen los bancos tradicionales, que son en realidad quienes conceden los préstamos.
La estructura de los bancos hace que los préstamos pequeños no sean un negocio para ellos, ya que gastan más en investigar la solvencia del cliente y en todo el papeleo de lo que finalmente obtendrían de la operación. Ahí encontró el Grupo Hormiga uno de sus filones.
Las entidades le pagan una comisión por llevarles clientes y por algo mucho más valioso: la información sobre su solvencia y perfil de riesgo.
“Una compañía así, con cientos de millones de usuarios y un montón de información sobre ellos, puede jugar un papel clave, ya que puede evaluar el riesgo de cualquiera de una manera que los bancos no pueden”, indica Chorzempa. Todo, de una manera más rápida y económica que un banco tradicional.