Estos son los 7 errores más comunes de un líder
Un buen líder contesta de forma clara y concisa a las siguientes preguntas: ¿qué quiero lograr?, ¿para qué lo quiero lograr?, ¿cómo lo voy a lograr? y ¿cómo lo voy a medir?. Tiene las respuestas y las acciones que permiten asegurar que estas interrogantes se encuentran resueltas tanto en su mente, como en las de sus colaboradores.
¿Cuáles son los principales errores de un líder en su día a día?
1.- Comunicación. Un error muy común se basa en la mala comunicación entre el líder y sus equipos de trabajo. Es decir, no logra establecer un diálogo claro en trono a sus expectativas, nuevos procesos, métricas, etc. Si bien, ello no quiere decir que desconozca estos aspectos, la deficiencia radica en no hacerlo saber para el resto, por lo que la comunicación es una competencia que debe permanecer en constante desarrollo entre los líderes.
2.- Inteligencia emocional. No todo es lineal en el actuar diario de un líder. El líder se enfrenta diariamente a situaciones donde hay desviaciones e imprevistos, lo cual genera estrés y tensión. Frente a ello, un pobre manejo de su inteligencia emocional provoca una resolución de problemas inapropiada.
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3.- Retroalimentación. El no tener habilidades formales para retroalimentar de forma oportuna y adecuada a su equipo de trabajo evita mantener un alto nivel de desempeño. Un líder que no es capaz de dar una valoración al trabajo realizado, no está al tanto de lo que pasa, no se entera de los éxitos ni desviaciones de su equipo e impacta de forma negativa en los resultados del negocio.
4.- Proteger a sus equipos. Es muy común que los líderes se “pongan las medallas” cuando las cosas salen bien y busquen culpables cuando hay desviaciones. Un líder que no cuida y protege a su equipo no solamente decepciona, sino que se aleja de lo que sería su verdadera misión: ser un respaldo y, al mismo tiempo, un escudo para el equipo con el cual trabaja.
5.- Huir del cambio. Tiene que ver con una competencia no desarrollada que es, justamente, la capacidad de adaptarse a entornos de cambio. Existen líderes que siguen aferrados al status quo y a mantenerse en su zona de confort.
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6.- No diferenciar entre delegar y ordenar. Ordenar tiene que ver con asignar una tarea y delegar con un resultado, por lo que la actividad de los líderes del s. XXI debe estar más enfocada en influir positivamente en sus equipos para que la gente dé resultados positivos. Así, la orden debe ser la última de las herramientas para influir.
7.- Negar los errores. La única forma de corregir una determinada situación es aceptando que existe una desviación. Un líder que no está atento a ello y que no tiene una autoestima lo suficientemente fortalecida para aceptar cuando se equivoca, está destinado a repetir los errores.