Estados Unidos desvela su plan para reactivar su economía
Estados Unidos ya tiene una hoja de ruta para la reactivación de su economía. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha desvelado durante la madrugada española las líneas de su plan para volver a poner en marcha la mayor economía del mundo tras las medidas de confinamiento que ha aplicado para tratar de contener la expansión del Covid-19. El plan permite asomarse a cómo será el mundo después de esta crisis.
«En las últimas semanas y meses, millones de americanos se han unido en un sacrificio compartido para frenar la expansión de esta horrible enfermedad. A través de este compromiso nacional, hemos hecho increíbles progresos, nuestros equipos de expertos científicos y médicos dicen que con esta estrategia hemos salvado cientos de miles de vidas. Los modelos predecían entre 1,5 y 2,2 millones de fallecimientos en Estados Unidos si no hubiera habido esfuerzos de mitigación, con la mitigación se prevén entre 100.000 y 240.000 fallecimientos», ha asegurado el mandatario al inicio de su comparecencia.
«Nuestros expertos dicen que la curva se ha aplanado y que el pico de infecciones ya está superado. En más de 850 condados, el 30% de nuestro país, no se han reportado nuevos casos en los últimos siete días», ha añadido.
Trump ha sostenido que basándose en los datos, el equipo de expertos ha determinado que es el momento de «iniciar el nuevo frente de la guerra». El frente de la recuperación económica. «Un encierro a nivel nacional no es una solución sostenible en el tiempo. Para preservar la salud de nuestros ciudadanos debemos preservar también la salud y el funcionamiento de nuestra economía. Un encierro prolongado combinado con una crisis económica supone un enorme y amplio coste en la salud de la población. Esto incluye un pronunciado aumento en el abuso de drogas, del alcohol, de los suicidios, enfermedades del corazón y muchas otras dimensiones del bienestar físico y mental» ha aseverado.
Para reactivar el país, la administración estadounidense ha esbozado una serie de recomendaciones que dejarán el peso de la decisión en manos de los gobernadores de los diferentes Estados. «El plan consta de tres fases a la hora de restablecer la vida económica y algunos Estados podrán reabrir antes que otros al no tener el mismo nivel de problemas», ha afirmado Trump.
Independientemente de la fase en la que se encuentre una zona, la administración federal recomienda a los ciudadanos mantener sus medidas de higiene y portar mascarillas siempre que sea posible y especialmente a la hora de usar transportes públicos. Aquellas personas que se sientan enfermas, deben de permanecer en sus casas y seguir las recomendaciones del personal sanitario.
Asimismo, los trabajadores y las empresas deberán en todo momento aplicar una serie de precauciones especiales como monitorizar la temperatura de los empleados, usar protección, desinfectar áreas comunes y no permitir que aquellos trabajadores con síntomas acudan físicamente a desempeñar su labor.
Fase 1
En la primera fase del plan, aquellos estados que hayan dado muestras de descensos en los contagios en los últimos 14 días y su capacidad de atención sanitaria no esté colapsada pueden comenzar a levantar el puño de hierro del confinamiento.
Las personas que pertenezcan a grupos de riesgo deben permanecer a salvo. Aquellos que convivan con estas personas y retomen la actividad, deberán permanecer aislados de ellas. Todos los individuos, ya sean de riesgo o no, deben de extremar las precauciones en público y maximizar las distancias físicas hacia los demás. Las reuniones de más de 10 personas deberían de evitarse salvo que se tomen precauciones especiales y especialmente en el caso de que no se pueda garantizar una distancia apropiada. El Gobierno estadounidense pide minimizar los desplazamientos no esenciales.
En este escenario, las empresas tienen que seguir fomentando el teletrabajo, cerrar las áreas comunes donde los empleados socialicen o en su lugar, imponer estrictas medidas de seguridad. El plan sugiere vehementemente que las compañías estudien habilitar zonas para personas en grupos de riesgo.
Las escuelas permanecen cerradas en esta fase. Quedan prohibidas las visitas a residencias de ancianos y hospitales. Restaurantes, eventos deportivos y lugares de culto pueden funcionar bajo estrictas medidas de distanciamiento. Los gimnasios pueden abrir con precauciones y los bares, permanecen cerrados.
Fase 2
Si no hay visos de un rebrote en los casos y los contagios continúan bajando, se inicia la fase 2. Las personas de riesgo deben seguir refugiadas en sus casas y los que convivan con ellos, seguir aislados en la medida de lo posible. El distanciamiento en sitios públicos sigue, pero el número de personas que pueden estar juntas si se mantiene la distancia se eleva a 50. Se reanudan los desplazamientos no esenciales.
Para las empresas, los consejos siguen igual que en la fase 1. Las escuelas puede abrir de nuevo. Siguen prohibidas las visitas a residencias de ancianos y hospitales. Se reanudan las intervenciones quirúrgicas no críticas. Los bares pueden reabrir limitando su aforo.
Fase 3
En el supuesto de que no hayan habido rebrotes y ya se cumplan los criterios por tercera vez consecutiva, empieza la fase 3. Las personas de riesgo pueden retomar su vida, pero siempre manteniendo precauciones más severas que el resto. Esto incluye cuidar especialmente el distanciamiento físico con los demás. La población de bajo riesgo debería evitar multitudes.
Las empresas pueden volver a la normalidad. Pueden reanudarse las visitas a residencias de ancianos y hospitales. Los eventos que concentren a mucha población, pueden funcionar con limitadas medidas de distanciamiento. Los gimnasios pueden funcionar con los protocolos estándares sanitarios. Los bares pueden funcionar con su aforo normal, siempre que proceda.
El duro golpe del Covid-19
Estados Unidos sumó la semana pasada más de 5,2 millones de demandas de ayuda al desempleo, según recogen los datos publicados ayer por el Departamento de Trabajo del país, el más castigado de todo el mundo hasta la fecha por el coronavirus, con más de 640.000 casos confirmados y más de 30.000 fallecidos. Estas peticiones son algo menos que las registradas la semana anterior. Sin embargo, en conjunto, sumando tan solo los datos del último mes, la crisis del Covid-19 ha destruido ya cerca de 22 millones de puestos de trabajo en el país.
Aunque las solicitudes han ido bajando el ritmo y los expertos creen que ya se ha podido alcanzar el techo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha visto obligado a tomar estas medidas con el objetivo de volver a poner en marcha la economía.
Todas las regiones han informado de un aumento de las peticiones de subsidio por desempleo en la última semana, con California a la cabeza, con 660.966 solicitudes, por delante de Nueva York (395.949) y Georgia (317.526). Varios estados, sin embargo, rechazan la reapertura por miedo a un repunte de casos y fallecimientos.
El confinamiento en Estados Unidos comenzó hace algo menos de un mes, haciendo que cerca del 94% de la población viese de alguna forma reducida su movilidad. La paralización económica, junto al cierre temporal de empresas y comercios, ha disparado la tasa de paro. Los expertos vaticinan que en el próximo índice, que recogerá las cifras de abril, se superará la barrera psicológica del 10%, pudiendo llegar incluso al 15%. A principios de marzo, último mes del que se disponen datos, la tasa de paro llegaba al 4,4%.
Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional conocidas esta semana, el endeudamiento de Estados Unidos pasará del 109% de 2019 al 131,1% y 131,9% previstos para 2020 y 2021, respectivamente. Ayer, la oposición del país norteamericano frenó la emisión de moneda virtual del FMI, que pretendía inyectar liquidez a la economía mundial.