En busca de la vivienda «perfecta»
La vivienda es el espacio en el que pasamos más del 90% de nuestro tiempo, según estiman estudios como el «Healthy Homes Barometer 2016» realizado por la Universidad de Humboldt y la multinacional danesa Velux. En ese mismo informe se afirma que para 2050 nueve de cada diez edificios del actual stock de vivienda del Viejo Continente, seguirán en uso. Además, este barómetro realizado a partir de las respuestas de 14.000 europeos de 14 países, entre ellos por primera vez España, ordena de mayor a menor los ocho factores que determinan el bienestar en el hogar: el tamaño de la vivienda, el estado de conservación, la relación con los vecinos, la calidad del sueño, el clima interior, el nivel de humedad, los costes energéticos y las horas de luz.
En el caso de nuestro país, los tres primeros son el estado de conservación, seguido por el tamaño y el clima interior. Así pues, a veces, toca hacer reformas en casa.
El 75% de los europeos encuestados a la hora de reformar su casa considera
«muy o extremadamente importante» buscar el ahorro en sus costes energéticos, mientras que un 73% tienen idéntica opinión respecto a la obtención de un mayor bienestar. Entre los jóvenes de 18 a 29 años, los porcentajes varían levemente: el 67% optan por el ahorro energético frente al 70% que harían obras en casa, para obtener un mayor comfort. En el grupo de personas de 30 a 50 años, pagar menos por la luz o el agua aúna hasta el 78% de los apoyos.
Para Andrés del Valle, del estudio Baroja Esteve del Valle Arquitectos, «no hay una conciencia ecológica pura en general, sino que somos ecológicos porque nos cuesta menos dinero». A su juicio hay «muchos parámetros a tener en cuenta como las ventanas, los cerramientos o el tipo de climatización». En su opinión, todo depende del tipo de inversión, su coste y el tiempo de retorno preferido. Por este motivo, rechaza que este tipo de actuaciones sean caras: «Ahora estamos trabajando en una promoción de 12 viviendas unifamiliares aisladas en Boadilla. Todos ellas son eficientes energéticamente, y no están por encima de los costes de mercado en la zona», explica.
Michael K. Rasmussen, director de Marketing de Velux constata al respecto que «la primera condición es que la gente conozca estas realidades, y si tienes soluciones o alternativas atractivas, actuarán». Rasmussen apuesta por poner de moda y hacer interesante, todo lo relacionado con la «correlación» entre cambio climático y las casas saludables.
¿Lujo, ahorro o salud?
Desde el lado de los promotores, eldirector general de Negocio de Quabit Inmobiliaria Javier M. Prieto, subraya que «la eficiencia todavía no figura como una decisión de compra», aunque ha matizado que empieza a serlo en la obra nueva. Esta promotora ha sido de las primera en tenerlo en cuenta, para sus nuevos proyectos en España: «En el caso de las reformas de viviendas particulares va a ser más complicado, pero se irá haciéndo poco a poco», y augura que «hasta que no esté subvencionado» será complicado que alguien quiera reformar su domicilio para introducir mejoras.
El presidente de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura (ASA), Miguel Ángel Díaz Camacho, recuerda que en España existe el «Documento Básico de Ahorro de Energía» que deberá revisarse para adaptarlo al estándar comunitario de «consumo de energía casi nulo», y añade que, en 2013, se intentó impulsar la rehabilitación de viviendas con la obligatoriedad del Certificado Energético. En opinión de Díaz, no se trata de un lujo, ya que «la eficiencia energética es una inversión que fomenta el ahorro». Algo que, recuerda, se puede medir y cuantificar existiendo un «beneficio real». Lo que debería justificar «un mayor impulso de las administraciones en forma de incentivos».
Al respecto, la arquitecta y vocal de la junta de gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), constata que «España no ha inventado ni liderado este movimiento», pero se muestra optimista porque, en su opinión, hemos sabido reaccionar y ahora conocemos la importancia de lo que ha denominado como «una nueva forma de concebir la construcción y las ciudades» canalizada a través de una nueva generación de arquitectos, economistas, urbanistas o ingenieros apoyada por pioneros para desarrollar las bases de la ecología española.
Hacia la «vivienda ecológica»
Tanto Chinchilla como el presidente de ASA proponen estrategias como un diseño adecuado, una buena orientación, ventilación natural o un buen aislamiento. Además de cuidarse de que las viviendas se hacen en barrios bien comunicados o que facilitan buenos hábitos. En este sentido, la también investigadora de la Escuela Bartlett de Arquitectura (Universidad de Londres) destaca el trabajo de jóvenes profesionales para «la adaptación de protocoles del centro y el norte de Europa» a nuestra cultura y clima mediterráneos.
Por su parte, Prieto, de Quabit, coincide en que este tipo de casas- especialmente las de nueva construcción- ahorran en el consumo de energía, aunque los costes pueden subir un poco. Sin embargo, cree que para el comprador resulta rentable repercutirlo sobre el precio final.
Chinchilla pide ir «más allá de la eficacia energética», y reivindica el concepto de «vivienda ecológica» que, en su opinión, ayuda a llevar unos hábitos de vida más equilibrados desde la óptica medioambiental e implica mucho más que colocar placas solares en la fachada. Para ello, pide que «antes de pensar en tecnología se reorganice el modo de vida individual», y critica que nuestro parque inmobiliario no se diseñara con una perspectiva ecológica, ya que sería mucho más barato. En esta línea, confía en el criterio de los «consumidores verdes» para elegir la opción menos onerosa, y cree que de esta forma «la ecología comenzará a ser un valor diferencial»…