El trabajo informal que divide al país en ‘dos Méxicos’
México es un mosaico de trabajo formal e informal que refleja la profunda desigualdad con la que ha crecido el país en las últimas décadas. Es tal la diferencia, que aún entre los estados con vocaciones de actividad económica similares, existe un marcado contraste entre aquellas entidades que tienen una población laboral con plenos derechos y otros que registran una elevada tasa de personas que trabajan sin derechos y, por lo tanto, con una elevada fragilidad laboral.
En materia de formalidad e informalidad, también contrastante el panorama observado en el norte del país contra el centro pero, de manera muy especial, con el sur de la República Mexicana. Las diferencias son tan abismales en algunos casos que pareciera que se tratan de dos países diferentes, los dos Méxicos a los que muchos analistas se refieren en sus estudios.
El norte contra el sur
De acuerdo con datos publicados por el sitio Data Coparmex, avalados por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), México tiene solamente 12 entidades que registran tasas de formalidad laboral por arriba de la mitad de su población que trabaja, es decir, tasas superiores o mínimas de 50 por ciento. Con base en esas cifras, tenemos que apenas el 37.5 por ciento del territorio nacional, hablando en términos laborales, está bajo la protección de la formalidad en una proporción igual a superior al 50 por ciento.