«El término emprendedor ha tomado mucho glamour»
Andrés Groisman es un emprendedor chileno que tuvo la posibilidad de vivir y trabajar en EE.UU. por más de seis años. Su paso por el país norteamericano le permitió ser parte de una empresa líder del marketing analytics y abrirse a nuevos negocios. Es así que tras una comida con el que en su momento era el presidente de una de las principales empresas de retail del país, se dio cuenta que muchas compañías no tenían los recursos suficientes como para costear los estudios de optimización que ofrecen las grandes consultoras de la industria.
Bajo este escenario, comenzó a investigar qué se puede hacer y rápidamente llegó a la conclusión que la única forma de atacar esa oportunidad era desarrollar una tecnología altamente escalable para la optimización del mix de marketing, de manera de automatizar gran parte del modelamiento matemático que hoy se hace manualmente y con ello reducir los costos con el fin de poder ofrecer una solución equivalente a la de la competencia pero mucho más barata.
Habiendo entendido el desafío, el emprendedor se juntó con su socio, Andrés Gottlieb, porque sabía que necesitaba de alguien experto en desarrollo de software. En paralelo invitó a un amigo PhD en Matemáticas a participar del que ya se había convertido en un proyecto escalable con el tiempo y que figuraba bajo el nombre de NoiseGrasp, una empresa que entrega servicios que permiten medir la efectividad de las campañas publicitarias y optimizar el mix de medios de un avisador, tanto online como offline y que además es parte del portafolio de empresas aceleradas por UDD Ventures.
Según Groisman, en todos estos ámbitos les fue bastante bien. «Tuvimos una excelente respuesta a nivel de validación comercial, encontramos dos clientes y partners que nos han apoyado desde el principio y determinamos que el camino a seguir para efectos del desarrollo de nuestra solución era el de la inteligencia artificial o «machine learning», técnica que comparada con los métodos tradicionales que se usan en la industria es como comparar un telégrafo con el iPhone 6S».
En ese sentido, y como una forma de analizar el ecosistema de emprendimiento en Chile, conversamos con Andrés Groisman, quién nos contó su experiencia emprendiendo en el país.
– ¿Cómo fue emprender en Chile?
Siendo honesto, la verdad es que no se me ha hecho particularmente difícil. Emprender en sí es difícil, sea donde sea, pero soy un convencido que en la medida que uno tenga una buena idea de negocio y sea trabajador (no me deja de impresionar la cantidad de gente que cree que emprender es hacer una página web y después sentarse a ver cómo les llueve plata en su cuenta corriente), las cosas se le van a ir dando.
Quizás la principal barrera que estoy encontrando ahora es lo relacionado al financiamiento, donde hay un vacío grande para los que estamos empezando y necesitamos un poco más que un «fondo semilla». Es lo que típicamente cubren los inversionistas ángeles, pero que en Chile yo al menos prácticamente no he encontrado.
– ¿El país tiene un buen ecosistema para el desarrollo de nuevas empresas?
No sé si «bueno» es exactamente la definición, pero definitivamente se está creando un ecosistema potente, hay mucha gente joven con ganas de emprender, la gente declara tener intenciones de invertir y políticas de gobierno que están apuntando en la dirección de crear este ecosistema. Pero siento que aún nos falta ese último salto, pasar «del dicho al hecho», que los jóvenes se la jueguen de verdad y renuncien a sus trabajos – aunque sea por un tiempo – para dedicarse 100% a su emprendimiento, y que aquellos que se hacen llamar inversionistas además de aparecer en redes de inversionistas también vayan a escuchar los pitch de emprendedores e inviertan incluso cuando no están generando millones de dólares en ingresos. Sin duda creo que están todas o casi todas las piezas del puzzle, y eso es un tremendo paso en la dirección correcta, ahora lo que falta es ir armando este puzzle para que todas las piezas encajen en su lugar.
– Si tuvieras que nombrar las ventajas del ecosistema chileno ¿cuáles podrías identificar?
Una de las grandes ventajas que yo he tenido es poder acceder a gente de primer nivel y que en otras partes más desarrolladas, EE.UU. por ejemplo, sería mucho más difícil, tanto por un tema de costos como también simplemente porque las redes y círculos en los que se mueven son otros.
Nuestra alianza con el Centro de Modelamiento Matemático de la U. de Chile es el mejor ejemplo de es, conseguir un partner de esa categoría en otras partes del mundo sería mucho más difícil si es que no imposible.
– ¿Qué te motivó a emprender? ¿Necesidad u oportunidades?
Mis motivaciones son varias, pero la principal es tener más control y libertad respecto de lo que quiero hacer. Son desde cosas chicas como poder ir a trabajar en jeans y tener la flexibilidad de irme de la oficina a las 3pm todos los lunes para llevar a mi hijo a natación, a decidir qué problema u oportunidad quiero atacar.
Siento que el término «emprendedor» ha tomado mucho glamour últimamente, pero para mi al menos es todo lo opuesto a glamoroso (menos plata, menos tiempo, menos reconocimiento, etc.), y al final se traduce en poder hacer las cosas por las que me siento más apasionado en vez de las que me paguen más plata…