El Canal de Panamá continúa superando expectativas, pese a la sequía y la pandemia de COVID-19
El mes de abril fue crítico para medir las consecuencias de la pandemia de coronavirus (COVID-19) y la sequía en las operaciones del Canal de Panamá, experimentando menos tráfico que el resto de nuestro año fiscal, sin embargo, es importante destacar que, a pesar de estos hechos, la vía acuática ha superado todas las expectativas, un hecho significativo para el país, cuando su ampliación ajusta ya tres años de haberse inaugurado.
Por ello Capital Financiero comparte con sus lectores el contenido de un análisis sobre el impacto de estos dos factores críticos en las operaciones del Canal desde el principio del presente año y las proyecciones futuras, el cual fue elaborado por las propias autoridades de la vía acuática.
Un nuevo panorama para el Canal de Panamá
Considerando las tendencias y medidas que el Canal ha venido implementando este año, debemos remontarnos a enero cuando se anunció que el 2019 había terminado como el quinto año más seco en los últimos 70 años. Esto contribuyó a que los niveles de agua en el lago Gatún, la principal fuente de agua para la vía interoceánica, cayeran muy por debajo de los niveles esperados.
Para atender esa situación, el Canal introdujo la medida del cargo por agua dulce que permitió administrar el recurso hídrico necesario para sostener la operación durante la estación seca, y algunas iniciativas adicionales.
El nivel de tráfico que se manejó luego del 15 de febrero, cuando se implementó esta iniciativa, llevó a tener filas de espera de hasta cien buques que arribaban a la vía interoceánica sin reserva de tránsito. Por lo que, a fin de garantizar el servicio de acuerdo con los estándares que exigen los clientes, el Canal aumentó el número de esclusajes a aproximadamente 36 por día para así reducir los tiempos de espera.
A lo largo de ese mes y el siguiente, se limpiaron los inventarios en China y hubo acumulación de éstos en Estados Unidos (EE.UU.), anticipando la posibilidad de un aumento en los aranceles de importación de productos del país asiático, debido a la guerra comercial entre ambos países.
Más importante aún, en febrero el COVID-19 pasó a ser un fenómeno global y la industria de comercio marítimo comenzó a sentir su impacto. Como resultado, se cerraron las plantas de manufactura en China, pero las obligaciones contractuales existentes permitieron que la mercancía continuara en movimiento.
En marzo, el COVID-19 fue decretado una pandemia, estableciendo cuarentena a nivel mundial, lo que generó impacto en el comercio y, en consecuencia, en las operaciones propias del Canal de Panamá.
Como varias organizaciones en Panamá y no ajenos a este contexto, el Canal implementó la cuarentena, a partir de la cual redujo el personal en sitio a solo aquellos necesarios para mantener las operaciones de tránsito y solicitó que el resto trabaje desde sus casas e incluso se tomen vacaciones, además se hicieron cambios en los turnos de trabajo y rotaciones de mayor duración.
De esta forma se ha asegurado a más de 10,000 pruebas de COVID-19 que se están aplicando a todos los colaboradores, teniendo como premisa que su bienestar es la mayor prioridad, además de seguir todos los lineamientos del Ministerio de Salud de Panamá (Minsa) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Luego, en el mes de abril, se registró un nivel de tránsitos un poco por debajo de lo planificado: Aproximadamente 34 buques por día, arrojando un total de 1,022 durante el mes, aunque de todas formas, no se ha notado un impacto significativo en términos de tonelaje, ya que varias navieras transfirieron su carga, o gran parte, a buques más grandes.
Perspectiva hoy
Como se había previsto, fue en mayo donde finalmente se reflejó el impacto de la pandemia en las operaciones del Canal de Panamá, como parte de los efectos que se venían percibiendo en el comercio marítimo mundial. Durante la primera mitad del mes, los tiempos de espera comenzaron a disminuir y evidenciamos una menor cantidad de tránsitos.
Finalmente, mayo cerró con un total de 937, una reducción de 21% con respecto a lo proyectado al principio de nuestro año fiscal en octubre de 2019. Si bien determinar la duración de la pandemia de COVID-19 no es posible, ésta ha demostrado ser un fenómeno de mucha intensidad y permanencia, como lo manifiestan nuestras últimas cifras de tránsitos.
Los graneleros se encuentran trabajando a grandes volúmenes dada la necesidad de materia prima. Finalmente, notamos que la pandemia ha acelerado el ajuste de las cadenas de suministro globales que habíamos anticipado previo al COVID-19, y que favorece la localización sobre la globalización.
El segmento de Gas Natural Licuado (GNL) también se vio afectado por los golpes a la economía a nivel global, y la baja en el consumo de energía. El sector de los portacontenedores es el más importante para la vía interoceánica, y hasta ahora se encuentra estable, debido a que se trabaja con contratos de mayor duración y existe carga que debe llegar a su destino a tiempo.
El segmento de pasajeros, lógicamente, si bien no es el más significativo para el Canal de Panamá, fue el que más se vio afectado, registrando 45 cruceros menos en comparación con el año anterior.
Y en el caso de los buques portavehículos, el impacto también fue alto, debido a que las fábricas de automóviles en los EE.UU. se encuentran paralizadas y dado el creciente nivel de desempleo, la demanda es menor.
Enfoque de cara al futuro
En cuanto a los desafíos que experimenta el Canal con los recursos hídricos, notamos que las medidas que adoptada están funcionando y han asegurado un nivel operativo de calado.
No obstante, la vía acuática continúa en la búsqueda por soluciones a largo plazo y ha avanzado en ese sentido ya se adelanta una preselección de empresas para que presenten propuestas para llevar adelante una cartera de proyectos destinados a atender este tema, un trabajo ha seguido su curso más allá del COVID-19 y continuará.
Este proceso de licitación podría finalizar en los próximos 12 meses, para lo cual el Canal se encuentra analizando todas las soluciones posibles.