Cómo liderar un equipo: claves, estrategias y consejos – deGerencia.com
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Cómo liderar un equipo: claves, estrategias y consejos

Se suele mencionar la dirección de equipos de trabajo como una herramienta más de las que requieren los perfiles directivos actuales. Sin embargo, en la gran mayoría de las veces solo es eso, una mención, y nunca un análisis detallado de las claves sobre cómo liderar un equipo. Hoy queremos hacerlo en este post.

Cómo dirigir un equipo: por qué es importante

Las empresas han pasado de ser una masa uniforme de trabajadores que apenas se diferenciaban unos de otros para convertirse en espacios de interrelación en los que el factor humano es su máxima prioridad. Ha sido uno de los cambios más significativos con respecto a los modelos de gestión tradicional.

Este cambio ha exigido, entre otras cosas, nuevas habilidades para los responsables del liderazgo empresarial, entre ellas la empatía, la comunicación eficaz, la capacidad de transformación de su medio, la motivación, la gestión del talento o el reconocimiento de los logros alcanzados, entre muchas otras.

Dicho de otra manera: el contexto actual ha otorgado importancia a un elemento que siempre debió tenerla, pero del que sólo hasta hace poco hemos tomado conciencia: la gestión del factor humano, que nos lleva necesariamente a hallar fórmulas sobre cómo liderar un equipo de forma eficaz y potenciando las habilidades de sus miembros.

Fallos que revelan que no se sabe cómo liderar un equipo

En muchas circunstancias, es posible aprender de cometer errores. Sin embargo, la experiencia puede ser un maestro duro y un mentor implacable. Tomar los pasos equivocados puede ser inofensivo en varias ocasiones, pero también puede ser tóxico para la propia carrera y los objetivos de la empresa.

El mayor problema con aprender solo de la experiencia es que es posible que no se descubra que se está cometiendo un error hasta que no es demasiado tarde. Igual, a partir de ese momento, uno se convierte en un mejor líder, pero puede haber perdido una oportunidad que de otro modo habría mantenido si hubiera evitado ese error por completo. ¿Crees que sabes cómo liderar un equipo?

Errores comunes de los líderes de equipo

Algunos de los errores más comunes de quienes no saben cómo liderar un equipo tienen que ver con:

Tomar decisiones desinformadas o decisiones emocionales. La toma de decisiones es un proceso lógico en un entorno empresarial. Mientras que puede basar una decisión personal en sus emociones o información incompleta, una decisión comercial necesita más reflexión. Cuando se obtiene información sobre cualquier cosa que influya en una decisión, es mejor buscar más datos que ilustren el tema antes de llegar a una conclusión. Diferentes puntos de vista y conocimientos adicionales pueden ayudar al líder a tomar mejores decisiones por el bien de la empresa. Igual de importante es evitar tomar decisiones en el trabajo basadas en las emociones. Nadie debe ser contratado o despedido en función de las emociones, y no se deben tomar decisiones de la compañía debido a los sentimientos de un líder de equipo sobre algún tema. Es importante hacer la distinción entre valores y emociones porque, si bien los valores pueden hacer sentir cierta emoción sobre una situación, no causarán la misma toma de decisiones precipitada que las emociones. Es preciso pensar de manera lógica y ser capaz de mostrarle al equipo las razones detrás de una decisión.

Completar proyectos inacabados. Si se ha delegado una tarea al equipo y la envían sin terminar, mal hecha o no es correcta, entonces debe resistirse el impulso de arreglar el resultado uno mismo. Está bien hacerlo en ciertas circunstancias, como cuando se acerca una fecha límite y no hay tiempo de margen, por ejemplo. Sin embargo, no debe aceptarse el trabajo que no se realizó correctamente o que no se terminó por completo, a menos que haya habido alguna comunicación al respecto de antemano y se haya llegado a un acuerdo con los empleados. Cuando se delega una tarea, debe esperarse que sean completamente correctas. Si es preciso invertir mucho tiempo en repasar el trabajo que el equipo ha realizado o si hace falta terminar proyectos inacabados, el líder de equipo no tendrá suficiente tiempo para su propio trabajo. Parte de ser un líder es delegar tareas y esperar que el trabajo se realice con excelencia.

Alejarse del conflicto saludable. El conflicto es una parte natural de las interacciones humanas saludables. No puede esperar que un equipo funcione de la mejor manera si no se les permite tener conflictos de ningún tipo. El truco es evitar que las cosas se salgan de control y esto se puede hacer creando una cultura donde se acepten conflictos saludables. Permitir conflictos saludables para que los empleados puedan expresar sus diferentes puntos de vista, opiniones y discutir los méritos de sus ideas sobre las ideas de los demás.

Actuar sin ayuda de manera constante. No es saludable para ningún líder dirigirse a un mentor o superior para cada decisión que deba tomarse, aunque también es una mala elección actuar solo en todo. Cuando se necesita ayuda, hay que buscarla. Esto también sirve de ejemplo para el resto de miembros del equipo.

Permitir demasiada autonomía al equipo. Los equipos autónomos son aquellos que pueden operar por sí mismos sin demasiada supervisión. El empoderamiento es algo maravilloso en la mayoría de los lugares de trabajo, pero tampoco es algo que debería esperarse de todos los empleados, a menos que hayan demostrado su valía. Desafortunadamente, no todos en un equipo van a ser trabajadores dedicados y motivados que harán todo a tiempo sin supervisión. Debido a ello, es un error no verificar el progreso, obtener informes consistentes y asegurarse de que todo funcione sin problemas.

Siete estrategias para directivos: cómo liderar un equipo

Ante la pregunta de cómo liderar un equipo, lo primero que habría que mirar es el tipo de grupo al que te enfrentas como líder o cabeza visible de una organización. Es decir, quiénes lo integran, cuántos son, cuáles son sus objetivos, qué tienen en común, que roles asumen y cuáles son sus dinámicas internas.

Esta cuestión supone que cada caso es distinto y requiere decisiones y estilos propios de liderazgo. Implementar la estrategia más adecuada en cada situación puede ser la raíz para la consecución de buenos resultados.

No obstante, esto no implica que el liderazgo de equipos de trabajo sea algo excepcional ni que no podamos señalar estrategias transversales y aptas para implementarse en cualquier escenario. Repasemos algunas de ellas y su utilidad:

Crear un clima altamente productivo:

¿Aspiras a ser un líder exitoso en un ambiente opresivo, autoritario, marcado por la injusticia y la desigualdad de trato a tus colaboradores? ¡No lo lograrás! Los grupos de trabajo contemporáneos no funcionan así; todo lo contrario, lo suyo es la participación, la libertad, la cooperación, la interacción directa y las decisiones conjuntas y consensuadas. A esto nos referimos cuando hablamos de un clima altamente productivo, pues solamente en condiciones de este tipo tus colaboradores estarán dispuestos a sacar lo mejor de sí y a articular esfuerzos para alcanzar objetivos comunes. ¿Qué tan lejos estás de ello?

Predica con tu ejemplo:
Sé un referente para quienes te rodean. Poca legitimidad tendrán tus acciones si un día exiges algo y al siguiente incumples eso que has pedido a los miembros de tus equipos. Por ejemplo, no hables de participación, diversidad y decisiones conjuntas si al final impones tu autoridad y tu criterio. Sé coherente; no olvides que eres la cabeza visible de la empresa que lideras.

Rota las funciones y los roles:
Una manera de motivar los equipos de trabajo es cambiando de vez en cuando los roles que sus miembros asumen. Ojo, no hablamos de que lo hagas cada semana o ni cada dos meses, pero sí que lo practiques en aquellos casos en que tu negocio empiece nuevos ciclos o ejercicios profesionales. La renovación es la mejor manera de aumentar el compromiso de tus colaboradores con el proyecto común y, de paso, un excelente recurso para descubrir determinados talentos en ciertas personas. ¿Hace cuánto no renuevas tus equipos?

Gestiona los conflictos exteriorizándolos:
Lo peor que puedes hacer como líder de equipos es permitir que un conflicto se enquiste entre sus miembros. Una vez lo identifiques, haz que salga a flote y que sean sus propios protagonistas quienes hablen de ello. Todos los grupos tienen problemas, diferencias, dificultades y contrariedades; el asunto está en saber intervenir a tiempo, escuchar atentamente a cada una de las partes inmersas en una situación de este tipo y, finalmente, actuando con justicia y ponderación.

Apuesta por una comunicación fiable:
Los líderes que hablan claro y abordan los asuntos de interés común de manera directa, son respetados y transmiten seguridad. La comunicación entre él y sus colaboradores debe ser auténtica y sin ambigüedades. Debes evitar lo artificial que muchas veces supone la labor de liderazgo. Esto no sólo aplica para todos los mensajes que tú emitas en nombre propio, sino también para aquellos que de alguna u otra forma determinen el rendimiento de tus equipos de trabajo. Busca, además, los canales más indicados para cada caso.

Fija metas periódicas:
Los objetivos trazados cada cierto tiempo son referencias para la acción de tus equipos de trabajo. Tanto si son diarios, semanales o mensuales, lo importante es que cumplan con la doble función que les corresponde: aumentar el nivel de motivación de tus colaboradores y potenciar su compromiso con el proyecto del que forman parte. Las metas periódicas, además, son un buen recurso contra la rutina y el tedio que muchas veces se enquista en los equipos de trabajo, y que por tanto impide que se alcance el máximo rendimiento.

Establece contacto directo con cada miembro del equipo:
Así como es fundamental que tengas un trato cercano con tu grupo de trabajo en su conjunto, también lo es que de vez en cuando personalices dicha relación escuchando a cada uno de tus colaboradores. Lo ideal es que lo hagas de manera formal, aunque también puedes ensayar vías informales y menos previsibles, sobre todo si lo que quieres es que tus colaboradores se muestren espontáneos, abiertos al diálogo y logres empatizar con ellos. Cuando optes por este recurso, recuerda que una de las funciones esenciales del líder es transformar a quienes le rodean y potenciar sus habilidades y fortalezas.

Otra estrategia que puedes implementar ante la duda de cómo liderar un equipo, es reconocer el trabajo de tus colaboradores e incluso establecer un sistema de incentivos que les haga ver lo importantes que son sus contribuciones. Además de ser un impulso moral, ayuda a fortalecer las dinámicas de los grupos de trabajo



  • Ver original en Retos Directivos
  • Publicado el viernes marzo 27, 2020


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