Cambio histórico: los ajustes estructurales ya no son una prioridad para Europa
La crisis causada por el coronavirus es la crisis más grave que ha sufrido la economía Europea desde hace mucho tiempo, sobretodo la economía de España. Las nuevas previsiones de la Comisión Europea es una contracción del economía española en 10,9 por ciento.
Las malas previsiones de las grandes economías en Europa van a provocar una recesión más grave, de lo que se esperaba inicialmente, alejando cada vez más la tan famosa recuperación en ‘V’.
La Comisión Europea espera que la economía española se contraída un 8,3 por ciento en 2020
La Comisión Europea prevé que Europa se contraiga un 8,7 por ciento, mientras que la Unión Europea se prevé que se contraiga en un 8,3 por ciento.
Las previsiones del próximo año, la Comisión Europea prevé un crecimiento del 7,1 por ciento para España. Pero el crecimiento va a ser menor de lo que lo previsto en Mayo para el conjunto de los socios.
Las previsiones económicas para estos meses de verano solo se actualizan las cifras de crecimiento y de la inflación, y las previsiones de la Comisión Europea para España son que habrá una deflación del 0,1 por ciento para el 2020 y para el año que viene habrá una inflación del 0,9 por ciento.
La negociación del fondo de recuperación es uno de los puntos más conflictivos
También se aspira a cerrar los presupuestos de la Unión Europea para los próximos 7 años, es decir, se tienen que negociar los 1,85 billones de euros de gasto para solucionar los diferentes problemas que ha causado la crisis del covid-19.
Uno de los puntos más conflictivos de está negociación son los criterios para decidir cómo se van a repartir los 750 mil millones de euros del fondo Europeo de recuperación. La propuesta que establece la Comisión Europea, basada en las cifras de empleo durante los últimos 5 años, beneficia a España y a Italia.
Mientras los países miembros de la Unión Europea discuten sobre como pueden superar la crisis causada por el coronavirus, también se ha empezado a negociar cómo y cuándo se empezarían a retirar las ayudas y a empezar a sanear las economías con ajustes fiscales.
En este aspecto, la Comisión Europea no espera que los países miembros presenten ajustes fiscales en sus borradores presupuestarios del 2021. España tendría que reducir su elevado endeudamiento, que puede superar a finales de este año el 120 por ciento del PIB.
Pero la Comisión Europea, ahora mismo, tiene en mente que ahora es el momento de reaccionar frente la crisis causada por el coronavirus para evitar las consecuencias económicas que puede traer.
Ni la Comisión Europea ni ningún miembro espera unos ajustes fiscales inmediatos
El debate para sanear las cuentas públicas de las economías de los países miembros de la Unión Europea, es decir, el cuándo y el cómo se deben retirar las ayudas y ajustar las economías para reducir el endeudamiento, ya está puesto encima de la mesa.
Sin embargo, nadie espera que estos ajustes se realicen de forma inmediata, ya que tanto la Comisión Europea como ciertos miembros de Europa son conscientes de que la transición debe hacerse poco a poco, para evitar los efectos negativos del coronavirus que pueden traer caer en más errores.
El debate para los ajustes, seguramente, será desplazado para el 2022, ya que todo depende de la evolución del coronavirus y si se consigue una vacuna pronto. También se ha pensado en la supresión del límite del 60 por ciento de la deuda pública, y fijar unos objetivos realistas a cada situación.
España está preparando subida de impuestos en contra de lo que piensa la Comisión Europea
El Gobierno de España piensa hacer todo lo contrario que propone la Comisión Europea, ya que en plena crisis económica y con los efectos del coronavirus todavía latentes en la economía, quieren realizar una subida de impuestos a largo plazo.
La Comisión Europea y el Banco de España han recomendado al Gobierno de España apoyar la economía mientras duren los efectos negativos del coronavirus, ya que una subida de impuestos, acompañados de recortes, no deberían hacerse hasta que la economía se den síntomas de una sólida recuperación.
Una subida de impuestos supone un mayor lastre para el crecimiento económico y, por tanto, no es aconsejable realizarlo en medio de la crisis que se está viviendo, ya que no se sabe cuando se va a dar la recuperación de los efectos negativos.
Aplicar esta medida por parte del Gobierno de España puede poner en peligro la recuperación, ya que puede lastrar el consumo que empieza a despertarse de nuevo después del confinamiento o reducir, aún más si cabe, la inversión de las empresas que luchan por sobrevivir.
El Gobierno de España ha puesto encima la mesa un reforma fiscal que prevé un aumento del IRPF a las rentas altas, un incremento del tipo del Impuesto de Sociedades para las grandes empresas o un aumento de los impuestos especiales y medioambientales.
Mientras el Gobierno de España está pensando en aumentar impuesto, por otra parte Merkel en Alemania ya tiene prevista una reducción del IVA hasta finales del 2020 para estimular el consumo y darle un impulso a la recuperación económica.