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Autónomo dependiente: riesgo y soluciones

El autónomo dependiente también se denomina TRADE y es quien factura al menos tres cuartas partes de sus ingresos al mismo cliente. Hasta hace poco, esta figura no estaba legislada. Afortunadamente, hoy día, la ley la contempla en el Estatuto del Trabajo Autónomo, facilitando que a este tipo de freelances les sean reconocidos sus derechos.

A la vez que estos se protegen, también se fijan reglas y obligaciones que aplican a un profesional que ya tiene bastantes con las que lidiar en su día a día: plazos de entrega, declaraciones de Hacienda, etc.

Por eso, en las siguientes líneas vamos a analizar qué se puede hacer para dejar de ser autónomo dependiente y empezar a disfrutar más del trabajo de freelance.

¿Cómo se llega a la situación de autónomo dependiente?

El trabajador por cuenta propia debe tener cuidado si decide trabajar para un solo cliente a largo plazo. Se trata de una trampa en la que la mayoría de autónomos cae en algún momento de su carrera.

Aunque, a primera vista, obtener el 75 % o más de los ingresos de un solo cliente durante un período de meses o años puede parecer una buena noticia, en realidad no lo es tanto. Es cierto que se trata de una forma muy efectiva de simplificar el cronograma de trabajo, siempre que se gestione correctamente; pero también implica algunos riesgos.

¿Qué tiene de peligroso trabajar para un solo cliente?

Los trabajadores autónomos que centran 3 /4 partes de su negocio en un solo cliente ponen todos sus huevos en una sola cesta, y eso implica que, si el cliente decide ir en otra dirección, todos esos ingresos podrían desaparecer de la noche a la mañana.

Además, si ese cliente es consciente de que paga el 75 % de todo lo que gana el autónomo dependiente (algo inevitable porque tiene que firmar un contrato, tal y como marca la Ley), entonces el freelance pierde capacidad de negociación, ya que el cliente sabe que depende de ellos y es menos probable que acepten una subida d tarifas, el establecimiento de límites o el cambio de políticas.

Pero además de estos riesgos, hay una desventaja más grande de tener prácticamente un solo cliente por un período a largo de tiempo: que contamina la perspectiva del freelance.

En el deporte se ve claramente que, si no se usa un músculo regularmente, se debilita y se atrofia. Del mismo modo, si no se tiene que salir y ganar nuevos negocios, si uno se duerme en los laureles, comenzará a perder esa ventaja.

Uno de los rasgos más importantes que comparten los freelances exitosos es un enfoque constante en el crecimiento y fortalecimiento de sus negocios. Fomentar esta mentalidad es la clave para el éxito a largo plazo.

La trampa de sentirse cómodo con un solo gran cliente roba la oportunidad de fomentar esta mentalidad y aleja al autónomo dependiente del triunfo.

¿Cómo dejar de ser autónomo dependiente?

Si se necesita trabajar demasiadas horas por semana, o si el cliente es tóxico o poco flexible, entonces el autónomo dependiente se encuentra en una situación de emergencia y necesita salir de ella lo antes posible.

El cliente está afectando a su salud, mentalidad, relaciones y, ¿para qué? ¿Merece realmente la pena? Seguro que hay mejores clientes en el mercado y, para encontrarse con ellos, lo primero es actuar sobre la situación que se atraviesa. El plan de acción es sencillo:

Apretarse el cinturón. Menos gastos implican una menor necesidad de ingresos. Y esas horas extras de las que se dispondrá pueden usarse para ampliar la base de clientes y acceder a nuevos proyectos.

Dedicar al menos medio día por semana a otros clientes. Es importante que el autónomo dependiente haga lo que pueda para reorganizar su horario, ser más disciplinado y productivo con su tiempo, y establecer límites. De este modo logrará disponer de, al menos, medio día por semana de tiempo para algo que no sea ese cliente que le absorbe la energía.

Asumir el riesgo de trabajar en proyectos de clientes pequeños. Si aún no se tiene ninguno, puede usarse el tiempo libre para revisar si las propias habilidades están desactualizadas (y buscar soluciones) o para realizar actividades de desarrollo empresarial más exhaustivas.

Reservar media hora todos los días para buscar nuevos clientes. Se necesitan más opciones para tener confianza y poder, así que hay que buscar trabajo. Esto no debería llevar mucho tiempo, pero la consistencia es clave. En dos o tres meses empezarán a notarse los efectos de esta búsqueda.

Renegociar. Probablemente ya se está trabajando mucho, el cambio de situación requiere un gran esfuerzo. Aún se debería estar obteniendo ingresos del cliente principal, y ello ser suficiente para vivir. A ese dinero habría que ir sumándole el de los proyectos a corto plazo que se van concentrando en ese día libre por semana (más algunas noches y fines de semana, muy probablemente). Es momento de renegociar las condiciones con el cliente y tratar de conseguir mejorar las pactadas.

Aunque no todo es negativo. Está claro que hay excepciones en las que conviene trabajar para un solo cliente a largo plazo. Ser autónomo dependiente puede ser un riesgo, pero si los pagos son buenos y puntuales (y permiten el ahorro), se pone el foco en los resultados y se trabajan las redes puede ser una solución para quienes buscan una opción de empleo más flexible que los modelos tradicionales.



  • Ver original en Retos Directivos
  • Publicado el lunes julio 6, 2020


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